Acabamos de entrar en el que sin duda será el verano más atípico de los que llevamos vividos. Para resarcirnos de esos viajes que la pandemia del coronavirus nos ha quitado, y también de los que teníamos en mente para las vacaciones estivales pero hemos decidido posponer, hemos elaborado esta lista de vinos internacionales.
Si no podemos visitar todavía estos lugares, que al menos nos quedemos con buen sabor de boca.
Maçanita Tinto (Portugal)
Nos vamos hasta Portugal para conocer a Antonio Maçanita, uno de los jóvenes enólogos más brillantes de ese país que, junto a sus hermanos, elabora vinos desde el archipiélago de las Azores hasta el Alentejo. En el Duero y dentro de la denominación europea clasificada más antigua (Douro DOC) Maçanita pone su talento vitivinícola en manos del terruño, aunando el uso de variedades clásicas de la zona con técnicas modernas de vinificación. El resultado son vinos equilibrados, elegantes, con el carácter auténtico del Douro.
Maçanita Tinto es una versión fresca y equilibrada de un clásico 'rojo' del Douro. Un vino que muestra toda la riqueza y el poder de esta tierra, y lo convierte en equilibrio, mineralidad y elegancia. Elaborado con touriga nacional a partir de una mezcla de viñedos viejos de más de 80 años y sousao plantado en suelos de esquisto, este delicioso tinto cosechado a mano y envejecido durante 12 meses, aporta aromas a violeta y es rico y equilibrado en boca, con toques a arándanos y ciruelas. Portugal en una copa.
E. Guigal Côtes du Rhône (Francia)
Si has oído hablar del Ródano últimamente es porque sus vinos están en boga. El sur de Ródano francés es un gran valle formado por el curso del río que le da nombre. El clima mediterráneo la convierte en una de las regiones vitivinícolas más cálidas de Francia. Un lugar en el que prosperan la garnacha, la syrah y la mourvèdre (nuestra monastrell), y que da lugar a vinos ricos, fáciles de beber, con taninos moderados y bajos niveles de alcohol. Vinos, en general, de calidad y a muy buen precio. Sin contar, obviamente, con Châteauneuf-du-Pape, una de las subregiones del Ródano más conocidas y exclusivas.
Para adentrarse en la riqueza del Ródano, proponemos E. Guigal. Etiquetado como Côtes du Rhône AOC (Appellation d'Origine Contrôlée), este coupage de las tres variedades típicas de la zona (syrah, garnacha y mourvèdre) tiene la robustez necesaria para aguantar un estofado o una buena carne a la parrilla, y a la vez la sutileza y el equilibrio de un cuerpo medio frutal que recuerda a los vinos australianos.
Tommasi Amarone Classico Della Valpolicella (Italia)
Seguimos con clásicos. Tommasi Viticoltori es una de las bodegas más antiguas y famosas de Verona, arraigada durante varias generaciones en el territorio de Valpolicella, aunque sus propiedades se extienden también a otras regiones de Italia. Los orígenes de esta importante bodega familiar se remontan a 1902 y, gracias al progenitor Giacomo Tommasi, desde la década de 1960 se ha convertido en uno de los puntos de referencia para el vino de calidad en Valpolicella.
Todas las etiquetas se caracterizan por su elegancia, equilibrio y estructura, y dan buena muestra del poder y la riqueza de los tintos locales, especialmente Amarone Classico, toda una referencia de la denominación al representar una de las interpretaciones más típicas de este famoso vino. Suave, rico y persistente, elaborado con las variedades corvina, corvinone y rondinella, es un tinto concentrado y potente, que expresa la tradición del territorio en la producción de vinos a partir de uvas secas. Fiel también a la antigua costumbre de usar barriles grandes, que no transfieran excesivos aromas de madera.
Dr. L Riesling (Alemania)
Si nos hemos quedado con las ganas de viajar a Alemania, este verano no nos puede faltar un riesling en casa. La variedad que ha encumbrado los vinos secos, frutales y a la vez minerales de este país alcanza su máxima expresión en la entrada de gama de Dr. Loosen, un vino perfecto para adentrarse en el fascinante mundo de la región vinícola del Mosel, a la ribera del río Mosela.
Procedente de la denominación más famosa de la variedad y con ese carácter afrutado pero con marcada acidez, tan característico (y adictivo) de la uva riesling, este vino, el más sencillo de la bodega de Ernst F. Loosen pero no por ello el peor, está pensado para hacer la vida más fácil a los grandes amantes de los blancos. Muy asequible al bolsillo y con una gran sensualidad, transmite el carácter de las escarpadas terrazas del Mosela y asegura un paso en boca rico, cremoso y con una acidez brillante. Una delicia mineral que perdura más allá del aperitivo.
Esperando a los Bárbaros (Argentina)
Cruzamos el charco y damos el salto al Nuevo Mundo para bebernos lo mejor de Argentina: la malbec. Con un nombre difícil de olvidar, Esperando a los Bárbados es ya una especie de 'vino de culto' entre los aficionados a esta magnífica uva tinta. Y lo es gracias a su creador, Matías Michelini, para muchos el enólogo más apasionado y salvaje de Argentina.
Michelini es uno de esos 'locos' maravillosos que vive (casi literalmente) en sus viñedos de Gualtallary, al borde de la Cordillera de los Andes. Entre sus vinos encontramos etiquetas como Hulk, Brutal o Verdes Cobardes, nombres con los que intenta definir una gama de vinos naturales con mucha personalidad, elaborados a partir de variedades como la semillón, la viognier, la torrontés naranja o la syrah, en la que destaca Esperando a los bárbaros. Un malbec orgánico y biodinámico, hecho con uvas muy mimadas y vinificado de un modo simple y austero. “Uvas modernas sin maquillaje”, dice el winemaker, para representar la pureza del terruño.