Ante las altas temperaturas que sufrimos estos días en media España, apetecen cosas frescas y ligeras que nos quiten la sed y nos dejen buen sabor de boca antes de volver a colocarnos la mascarilla. Para que no recurras a la manida cerveza helada, te recomendamos estos vinos cuya calidad no está reñida con el precio y que, además, se saborean mejor con cubitera.
Pazo de San Mauro
No sólo la imagen de este vino ya nos incita a tomarlo frío. Este albariño de Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas, la que fuera propiedad de la familia hispano-portuguesa Pereira de Castro (descendientes del rey Sancho I de Portugal), está elaborado en la zona más meridional de Rías Baixas, en el Condado de Tea, a orillas del Miño. Se trata de un blanco muy aromático, con notas afrutadas, matices florales y cítricos, y un toque mineral perfecto para armonizar pescado, arroz y, por supuesto, marisco gallego.
Dice una leyenda de esta tierra de feiticeiras y homes peixe que en las laderas del Miño están los mejores albariños. Quizás por esa razón en este pazo construido en el año 1591 el cultivo de la viña siempre ha estado vinculado a su historia. Pazo de San Mauro es y ha sido siempre un gran estandarte de la viticultura gallega. PVP: 13,50€
Manzanilla Alegría
Si hay un vino que lleva bien el calor es la manzanilla de Sanlúcar. Con un nombre que invita a plantarle cara a los malos tiempos con una sonrisa, Alegría de Williams&Humbert es un vino para compartir, al más puro estilo de Andalucía. La celebración de la vida forma parte de la filosofía gaditana y esta bodega con sede en Jerez de la Frontera recoge un poquito de ese goce en cada botella.
Esta manzanilla sanluqueña es punzante e intensa, tiene notas almendradas y ese cuerpo y ese carácter, mitad salvaje mitad sofisticado, que tanto nos atrae del sur. Bien fría, resulta perfecta para aliños, mariscos (especialmente la gamba roja o los mejillones) y, cómo no, el pescaíto frito. PVP: 5,34€
Pure Rosé Espumoso
Cuidar la línea y beber vino parecen cosas incompatibles pero, ¿y si el vino que tomásemos no tuviera azúcar? Esta es la revolucionaria propuesta de los italianos Pure The Winery, pioneros en la elaboración de vinos cero azúcar, con la que pretenden satisfacer las necesidades del público más healthy.
Para sobrellevar esta ola de calor, nos quedamos con su espumoso rosado a base de chardonnay, pinot meunier y pinot noir. Un espumante con aroma a cítricos, flores y frutos rojos y un cuerpo suave, con burbujas finas y un agradable toque ácido al final. PVP: 11,99€
Viña Albina
Si un poco más arriba recomendábamos un vino sin azúcar para paladares saludables, ahora vamos con otro apto para celiacos y veganos. La célebre marca de Bodegas Riojanas, uno de los nombres más antiguos del mundo del vino, irrumpe en Rueda con un verdejo de calidad y con carácter. Desde 1901 Viña Albina se ha ganado la confianza de varias generaciones de seguidores con los que comparte la filosofía de mantenerse fieles a sí mismos.
Este verdejo es para los que buscan en un vino la seguridad de una elección siempre acertada. Fresco pero intenso, alegre pero serio, tremendamente fácil de beber y para todos los públicos. Mejor tener dos botellas. La primera enseguida se "evapora". PVP: 6,75€
Otazu Rosado Merlot
La explosión de sensaciones que el Otazu Rosado Merlot provoca en nariz tienen que ver con las grosellas, las frambuesas y las fresas silvestres. De ahí también su recuerdo a golosina. Con notas de fruta roja y un final fresco e intenso, este rosado mimado de la bodega navarra se elabora a partir de uvas merlot procedentes de parcelas y mediante la técnica tradicional del sangrado de uvas tintas tras doce horas de maceración en frío.
Nos recomiendan servirlo entre 8 y 10 grados, junto a ensaladas templadas o frías, arroces, pastas, verduras a la plancha y embutidos. Aunque también es buen compañero de pescados y carnes blancas. Un rosado que une arte, historia y naturaleza, y que recoge toda la personalidad y singularidad características de Bodegas Otazu, con una relación calidad-precio sorprendente. PVP: 9,95€
Monopole
La Compañía Vinícola del Norte de España es una de esas bodegas que no necesitan presentación. Te sonará más como CVNE y es que esta empresa familiar de Haro (La Rioja) cuenta con más de 140 años y cinco generaciones a sus espaldas. Como marca líder en el mercado español, distribuye a más de 90 países y su secreto está en saber conjugar la vigencia de las sabias tradiciones bodegueras con la introducción de las últimas innovaciones.
Precisamente Monopole es uno de los vinos que mejor reflejan esta simbiosis entre ayer y hoy. Todo un clásico de la bodega, elaborado a partir de la uva viura, es un blanco elegante, fino y a la vez alegre. La fermentación se realiza en a temperatura controlada para facilitar la conservación de los aromas primarios, frutales y florales, propios de la variedad. Y lo consigue. El resultado es un vino fresco y afrutado, en perfecta sintonía con una suave acidez. PVP: 5,30€
Javier Sanz Sauvignon Blanc
Que en la zona de Rueda no se elabora solamente verdejo es algo que no todo el mundo sabe. La sauvignon blanc también tiene su pequeña parcela en la denominación, y bodegas artesanas como la de Javier Sanz la embotellan con mimo y por puro deleite. Se trata de una variedad que llegó a Rueda desde Francia hace 40 años, y que se adaptó de manera excepcional al pedregoso terruño vallisoletano.
La fiebre de la verdejo hizo que muchas bodegas acabaran arrancando buena parte del viñedo de sauvignon blanc en la zona. Afortunadamente no todo y no todos. Gracias a románticos como Javier, podemos disfrutar de este vino blanco que presenta aromas y sabores cítricos y tropicales, propios de la variedad, con una acidez final que aumenta la sensación de frescor y deja en el paladar un agradable recuerdo floral y mineral. PVP: 9,10€