- Nombre: Preludio de Sei Solo
- Bodega: Sei Solo
- Añada: 2018
- Tipo de vino: Tinto
- Variedad: Tempranillo
- Región (D. O.): Ribera del Duero
- Crianza: 18 meses en barricas usadas
- Alcohol: 15 % Vol
- Formato: 750 ml
- Cata: Untuoso, amplio y envolvente, muy frutal y con un final especiado
- Precio: 24,50 €
- Punto de venta: www.seisolo.es
Sin clarificar y con un filtrado suave, Preludio Sei Solo es un tempranillo elaborado con viñas viejas en La Horra que no necesita una larga crianza en madera para demostrar su personalidad. “Mi intención era elaborar un vino que, sin dejar de ser un Ribera del Duero, tuviera personalidad propia”, asegura Javier Zaccagnini, director durante 6 años del Consejo Regulador de Ribera del Duero.
El fundador de grandes proyectos como Aalto y Ossian lleva a cabo su apuesta más personal junto a su hijo Michael, con el afán de buscar una manera distinta de elaborar la tempranillo ribereña. “Nuestro objetivo es hacer sobresalir el carácter frutal de la variedad, aún si esto supone una disminución de la estructura tánica y la corpulencia”, dice.
La primera añada de Sei Solo salió al mercado en 2011, aunque la aventura comenzó en 2007 a partir de cuatro pequeñas parcelas de viñedo de más de 60 años que el elaborador adquirió en La Horra, su pueblo favorito de Ribera del Duero. A día de hoy, este primer vino se elabora con uvas muy viejas procedentes de majuelos excepcionales de la zona.
Para Preludio de Sei Solo, la segunda referencia de la bodega, se vendimian viñas viejas y jóvenes de los alrededores, pero también uva de excelentes viñedos en Moradillo y Gumiel de Izán. “A ambos vinos les damos una crianza de entre 16 y 20 meses en barricas de 600 litros, y solo un 30 % de estas son nuevas, para que la madera no incida demasiado en el estilo del vino y se mantengan la frescura y los aromas frutales de la variedad”, destaca Zaccagnini.
Porque lo que caracteriza a los vinos de este experimentado viñador, conocedor como pocos de la grandeza de la Ribera, es el respeto a la personalidad de la uva tempranillo. Padre e hijo embotellan sin clarificar y con un filtrado muy suave, lo justo para eliminar pequeñas impurezas. Y una vez en la botella, los vinos reposan al menos 6 meses en la bodega para que ganen en equilibrio y elegancia antes de salir al mercado.
Con un carácter distinto al habitual estilo concentrado que muestran los vinos de la zona, Preludio de Sei Solo se inclina hacia la finura, la riqueza de matices y la sutileza, sin miedo a mostrar menos intensidad por haber renunciado a una excesiva presencia de la madera. Un tinto que demuestra que las largas crianzas no siempre garantizan grandes vinos. Que la clave está, siempre, en darle a cada parcela lo que pida.
Música embotellada
“Me hubiera gustado que el nombre de mis vinos estuviera relacionado con el pueblo donde están las viñas o el nombre de una finca, pero cuando fundé la bodega apenas tenía dos viñas viejas apodadas El Alto, demasiado similar al nombre de mi otra bodega en aquel momento, Aalto. Por su parte, La Horra, también estaba ya registrado como marca por una bodega local”, explica el elaborador.
Por eso Javier Zaccagnini optó por volver la vista hacia su otra pasión, la música, que tantas similitudes tiene con el vino. “En homenaje a Juan Sebastián Bach, a quien admiro profundamente, me decidí por una de sus obras maestras, ‘Seis Sonatas y Partitas para Violín Solo’. Las dos primeras palabras de la partitura original son Sei Solo”. Escrita con la grafía original de Bach, esta expresión musical sirve de hilo conductor a una aventura íntima y familiar que, con tan solo dos vinos en el mercado, ha conseguido recoger toda la riqueza de la Ribera del Duero.
Maridajes recomendados para Preludio de Sei Solo
Ribera del Duero es una de las grandes denominaciones españolas por muchas razones, una de ellas es la versatilidad de los tintos elaborados con tempranillo a la hora de componer maridajes. El alto contenido de fruta de Preludio de Sei Solo, con los característicos toques amargos de la variedad, hacen que sea un vino perfecto para acompañar embutidos, carnes rojas y platos de caza, y también pescados grasos como el salmón, el atún o las sardinas.
Por otro lado, su sedosidad permite destacar los sabores de determinados quesos curados de oveja o semi curados, como el gouda o gruyere, potenciando su sabor. Desde Cocinillas, te proponemos combinarlo con verduras a la parrilla y platos de cuchara como un estofado de ave o un guiso de rabo de toro.