En España todavía son pocos los amantes del vino que suben un peldaño más para adentrarse en el mundo del coleccionismo. Sin embargo, el interés por los vinos de lujo no para de crecer, tanto a nivel emocional como en términos de inversión. «Para ser coleccionista de vinos solo necesitas curiosidad, sensibilidad y tiempo», defiende Audrey Vigne, directora de Insolity, el proyecto de grandes vinos y destilados para amantes y coleccionistas que nace de una de las mayores distribuidoras de marcas Premium del país, Primeras Marcas. «Cuando amas el vino, vas creando una memoria sensorial y emocional: moldeas tus gustos, tus preferencias. Probablemente empiezas adquiriendo botellas de las zonas que conoces: Rioja, Ribera del Duero. Luego, vas adentrándote en otras zonas, ya sea dentro o fuera de nuestras fronteras», añade.
Aquí entra en juego también el prestigio de la región. «Las grandes denominaciones de Burdeos y Borgoña son siempre una elección segura tanto en lo que refiere a disfrute gastronómico como en potencial de revalorización. Son vinos de grandes Châteaux cuya profundidad, historia, prestigio y valor los convierte en verdaderas joyas de una bodega personal».
También es una cuestión de actitud y empuje, explica la directora de esta marca que tiene el objetivo de ofrecer al amante o coleccionista de grandes vinos una experiencia más personal y próxima. «Porque, como todo en la vida, no siempre es fácil. Se ha de tener la disposición adecuada, pasión y perseverancia, pero también el asesoramiento adecuado con el que aprender y abrirse a descubrir. En ese sentido, una buena asesoría y acompañamiento es indispensable». Para Insolity este es uno de los ejes centrales. «Tenemos la suerte de contar con vinos fantásticos, y de la mano de nuestro ‘consultor-sumiller’ podemos orientar tanto a amantes como a coleccionistas con selecciones pensadas para complacer tanto la capacidad patrimonial que se desee adquirir como los gustos personales».
Por otro lado, hay momentos más propicios para lanzarse a coleccionar. La campaña en Primeurs (lo que aquí traducimos como Premier), que se abre los meses de abril y mayo, es claramente uno de ellos. «En Primeurs es una modalidad de compra procedente de Burdeos que consiste en adquirir Grandes Vinos a la avanzada; antes de su embotellado. Este sistema permite conseguir botellas de producción muy limitada y altísima demanda al menor precio. Son las etiquetas que representan el 1% de los mejores terroirs del mundo», detalla Vigne.
Son vinos que, para cuando salgan al mercado, su valor se habrá incrementado entre un 10 % y un 25 % en el caso de algunas referencias. A partir de ahí, la media anual de revalorización gira entorno a entre el 4 % y el 8 %. «Son un valor seguro, vinos que contarán una historia muy singular cuando alcancen su momento de esplendor si se sabe esperar el tiempo adecuado para descorcharlo», advierte la directora de Insolity, quienes acaban de lanzar ahora -de manera inédita y fuera de fechas habituales- su campaña en Primeurs. «Tanto para coleccionistas avanzados como para alguien que quiera lanzarse a coleccionar, este es un excelente momento».
¿Cuáles son los vinos básicos por los que empezar?
Audrey Vigne asegura que coleccionar es como crear un fondo de armario: «Siempre has de tener unos básicos. Asimismo, también es cuestión del nivel de patrimonio que se desee crear». En ese sentido, casas de alto prestigio como Petrus, Lafite Rothschild o Cheval Blanc son una adquisición segura, aunque las botellas disponibles son muy escasas. Por su parte, La Fleur-Pétrus, Pichon Baron, Palmer o Cos d’Estournel se posicionan como referencias totalmente adecuadas de acceso al coleccionismo.
Siguiendo aún en Francia, Borgoña acapara ahora mismo todas las miradas. Hay un gran interés en la región y casas como Louis Latour son nombres imprescindibles dentro de las colecciones más codiciadas. «En España, bodegas de reconocido prestigio como Vega Sicilia, Viña Tondonia o Terra Remota en el Empordà son para mí algunos de los referentes indiscutibles», sugiere la cara visible de Insolity. Sin dejar la esfera mediterránea, Italia también es un país de grandes vinos. «Dos nombres clave son Gaja y Sassicaia. Y, alejándonos un poco, podemos adentrarnos en el mundo de los Rieslings de la mano de dos de las bodegas alemanas con mayor reputación: Markus Molitor y Künstler».
¿Qué es un vino de colección?
Al margen de propuestas concretas, habría que tener en cuenta ciertos aspectos básicos y fundamentales para que un vino pueda considerarse fine wine, vino de lujo o de colección. «Desde el punto de vista técnico, que sean vinos tánicos en el caso de los tintos o con un óptimo contenido de azúcar en el caso de los blancos, ello les permitirá envejecer bien; que hayan pasado por una crianza en barrica y puedan así evolucionar favorablemente; y, sobre todo, que estén asegurados el origen y las condiciones de conservación de la botella. Sin unas buenas condiciones de guarda, no es posible mantener una colección con todas las garantías». Por esta razón, Insolity ha ideado la Crypta, un espacio pionero en España de custodia de vinos y destilados bajo la máxima seguridad y perfectas condiciones de conservación, que estará a disposición de sus clientes a partir del año que viene.
«Desde el punto de vista de la reputación, influye de un modo determinante en la revalorización que los vinos provengan de una casa con excelente prestigio y demanda, es el caso de los Premier Cru de Burdeos; que su producción sea limitada o que gocen de buenas reviews por parte de la crítica especializada, por ejemplo». A partir de aquí, como Audrey Vigne exponía al principio, ya es cuestión de seguir ahondando en los gustos personales, de ir explorando nuevas referencias y regiones. E incluso, para los más experimentados, de atreverse a descubrir etiquetas menos conocidas pero que, bajo asesoramiento experto, garanticen una agradable sorpresa en el futuro.