Abadía Retuerta y Castillo de Canena. Las dos son firmas muy reconocidas, cada una en su sector. La primera es una bodega puntera ubicada en Sardón de Duero, con todo el clima y virtudes de la Ribera, pero sin formar parte de la denominación de origen. La segunda es líder en el mundo del AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Está situada en el municipio de Canena, en Jaén, impulsora de los aceites “super premium”, los de cosecha muy temprana y elaboraciones exquisitas en todas sus gamas. Tampoco está en ninguna denominación de origen.
Ambas disfrutan de un marco espectacular. La primera cuenta con una abadía del siglo XII reconvertida en un hotel de súper lujo y un restaurante con estrella Michelin, en medio de 250 hectáreas de viñedo. Canena dispone de un castillo de verdad, muy bonito, habitable y a menudo habitado por la familia, en cuyas estanterías no caben la montaña de premios nacionales e internacionales que reciben sus AOVEs. Junto a él 1.500 hectáreas de olivos espectacularmente cuidados.
Enrique Valero, al frente de Retuerta y los hermanos Vañó, Rosa y Francisco, al frente de Canena, se conocían desde hace tiempo. Es lo que tienen los famosos. Acabaron haciéndose buenos amigos y en 2017 decidieron hacer un intercambio. A Abadía Retuerta llegaron olivos centenarios de la variedad picual que se plantaron en su finca, mientras entre los olivares de Castillo de Canena se replantaron cepas de tempranillo y de diferentes variedades prefiloxéricas; es decir, se regalaron lo mejorcito de cada casa.
Luego se les ocurrió 'la idea': harían un estuche común, en madera, elegante, donde cada uno pondría algo especial. Por una parte, Abadía Retuerta Pago de Negralada 2016, un tempranillo con 16 meses de crianza en barrica de roble francés; y por otro lado Castillo de Canena Royal Temprano, siendo la royal una variedad muy especial autóctona de la zona casi perdida y rescatada en los últimos años. La leyenda que acompaña el estuche es: 'Unidos por la Tierra' en que cuentan que “El vino no lo hace el viñedo. El aceite no lo hace el olivar. Todo lo hace la tierra, y la tierra la hace la mano que la sabe cuidar”. El precio de la joya es de 110 euros.
Les faltaba un panadero, ya que el olivo y la vid son junto con el trigo la base histórica de los cultivos mediterráneos. Desde hace unos años, los AOVEs de alto nivel han aparecido con fuerza en el mercado, y en gran medida están siguiendo la trayectoria que tomó el mundo del vino al final de los años 80 y sobre todo en los 90, cuando nacieron cientos de bodegas nuevas y se desarrolló el vino de calidad, como nunca había existido en este país.
El mundo del virgen extra, vive ahora su época de mayor progreso en su historia, dando con mucha fuerza en los mercados internacionales, donde antes dominaban totalmente los aceites italianos, y ahora sufren una competencia que ni soñaban. Sobre todo cuando surgió la cosecha temprana.
Esto consiste en que las aceitunas se cosechan verdes durante el mes de octubre, muchas veces coincidiendo con las vendimias, cuando lo normal es a finales de noviembre, diciembre e incluso enero. A las aceitunas se les saca muchísimo menos rendimiento que si se las cosecha en épocas de mayor madurez, pero el resultado es un jugo exquisito de un color verde espectacular, y aromas y sabores tan intensos como elegantes.
Muchas bodegas están haciendo aceite de oliva virgen extra que presentan junto a sus vinos; y muchos son de calidad. Es una segunda actividad que seguirá creciendo, pero segunda actividad, al fin y al cabo. Las dos firmas 'Unidas por la Tierra' son zapateros que van a sus zapatos. Abadía Retuerta la compró en 1988 la compañía farmacéutica suiza Sandoz, para trabajar en la investigación de semillas. Con la fusión de varias compañías farmacéuticas surge Novartis que está a punto de abandonar la explotación; pero el desarrollo del vino en España les anima a trabajar en este sector. En 1994 se lanzan al proyecto vinícola, en el 96 se termina la bodega y llega Ángel Anoncibar, el enólogo que lleva desde entonces la dirección técnica de la casa con gran éxito.
Cuentan con un blanco extraordinario de sauvignon blanc que se llama LeDomaine, como el hotel instalado en la abadía; y con varios tintos: Pago de Valdebellón elaborado básicamente con cabernet sauvingon; Pago Garduña hecho a base de la variedad Syrah; Pago de Negralada con la tempranillo como protagonista, y el Selección Especial que es una mezcla un poco de todos.
Negralada 2016, que aparece en el estuche, es un vino que presenta una nariz muy intensa cargada de fruta negra muy madura, una de las grandes características de la tempranillo, recuerdos balsámicos, toques ahumados y tostados de la presencia de buenas maderas, regaliz, especias. La boca sabrosa y rotunda tiene una buena acidez que le da frescura y sobre todo equilibrio con un gran paso.
Por su parte Castillo de Canena es una explotación aceitera desde hace varios siglos; pero no fue hasta 2003 en que los hermanos Vañó, ejecutivos hábiles en diferentes trabajos, decidieron dejarlo todo y lanzarse a la elaboración de AOVEs premium, comercializarlos y exportarlos, con un resultado envidiable.
Disponen de tres tipos de aceitunas, la picual, arbequina y la royal. El Castillo de Canena Royal Temprano cosechado en octubre, presenta una nariz muy intensa con un potente frutado (cuando se trata de vino se llama afrutado, y realmente viene a ser lo mismo, es decir, que recuerda la uva o a la aceituna), herbáceos finos, recuerdos de heno y de alcachofa, muy típicos. En boca es muy potente y presenta un ligero picante y amargor que indica la potencia, estructura y longevidad del aceite.
Ambas casas comparten ideas sobre sostenibilidad, respeto por la naturaleza, trabajo serio en sus terruños, y la idea de presentarse juntos les está dando muchas satisfacciones. Como comentan, empezar la mañana con una tostadita de pan con Royal Temprano, verde e intenso; y llegar a la comida con un Pago de Negralada, puede ser lo más sibarítico imaginable.