Tanto si ya has vuelto de vacaciones como si este año has decidido quedarte en casa, no hay excusa para seguir invirtiendo en enoturismo tu preciado tiempo libre. Estas bodegas, a tiro de piedra de grandes ciudades, se dibujan como un oasis vínico en el horizonte cosmopolita, y ofrecen una alternativa de lo más atractiva para alargar el verano sin tener que hacer maletas.
Licinia Wines (Madrid)
Fundada por un grupo de pioneros que comparten la visión del inmenso potencial de los viñedos del sureste de Madrid, Licinia Wines es desde el año 2000 todo un referente en el mercado nacional del vino. Situada en Morata de Tajuña, a poco más de media hora del centro de la capital, las visitas comienzan en el viñedo, situado a 4 km de la bodega. Tras una breve descripción del clima, del suelo y de las variedades de uvas que se cultivan, se vuelve a las instalaciones para conocer la historia y orígenes de Licinia y Muss, dos bodegas diferentes que comparten una misma ubicación, y realizar una cata maridada con un surtido de ibéricos. Planazo de finde.
Codorníu (Barcelona)
A menos de una hora de Barcelona, nos sumergimos en el mundo del cava de la mano de Codorníu, la bodega familiar que introdujo el método tradicional para la elaboración de espumosos en España allá por 1872. Más de 450 años de historia de vino a sus espaldas nos obligan a visitar esta gran bodega de Sant Sadurni, en el Alto Penedés. Monumento histórico artístico desde 1976, Codorníu es un impresionante ejemplo de arquitectura modernista, y su propuesta de enoturismo incluye un recorrido en tren por las cavas subterráneas, obra del arquitecto Puig i Cadafalch, así como una exposición de maquinaria.
Enrique Mendoza (Alicante)
En Alfaz del Pi, en plena Costa Blanca, Bodegas Enrique Mendoza nos traslada a un mundo de sosiego en un entorno natural inmejorable, para hablarnos del esfuerzo, dedicación y profesionalidad que definen su trayectoria. El abanico de posibilidades de enoturismo es amplio: desde un tour completo por el campo de podas experimental, las instalaciones de la bodega y la cava subterránea, hasta una cata comentada con maridaje o probar los vinos directamente de la barrica de la mano de sus enólogos. Y todo a 40 minutos de Alicante ciudad.
Tierra Savia (Sevilla)
Amparada por la I.G.P. Vinos de la Tierra de la Sierra Norte de Sevilla, Bodegas Tierra Savia nace y se desarrolla en pleno corazón de la Sierra Morena Sevillana, entre Cazalla de la Sierra y Alanís, a poco más de una hora de la capital andaluza. A 700 m de altitud, mimetizada en el paisaje de montes y dehesas, elabora todos sus vinos en ecológico para conservar la biodiversidad y mejorar la estructura de los suelos de una zona declarada como Reserva de la Biosfera. Ofrecen visitas guiadas que comienzan con un agradable paseo por los viñedos con explicaciones didácticas para entender el ciclo de la vid, para después visitar las instalaciones de la bodega y, finalmente, catar sus vinos en una terraza rodeada de viñas con vistas a la sierra.
Itsasmendi (Vizcaya)
A tan sólo 30 minutos de Bilbao, enclavada en Gernika, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai, Itsasmendi es una de las grandes casas del txakoli vizcaíno. Sus vinos blancos, diferentes al resto, han recibido numerosos reconocimientos (entre ellos el Bacchus de Oro 2010) y son el resultado de un paisaje de contrastes donde conviven el mar y la montaña, así como de una apuesta por las variedades autóctonas y un profundo respeto al medio natural. Su propuesta de enoturismo tiene nombre propio, Artizar, y supone una nueva manera de ver y sentir el turismo del vino a través de experiencias únicas que aúnan emoción y gastronomía bajo un mismo eslogan: “Edan bizia edan bizi” (bébete la vid, bébete la vida).