Cada 15 de enero, la Ermita de San Mauro, ubicada en Salvatierra de Miño (Pontevedra), se llena de creyentes que rezan al mártir para que les proteja de las enfermedades reumáticas. La pequeña capilla, construida en 1582, es la primera pieza de la gran historia de Pazo de San Mauro, la última adquisición de Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas

Esta finca, situada a orillas del Miño, en la frontera con Portugal, fue edificada en 1591 por la familia hispano-portuguesa Pereira de Castro y debe su nombre a la capilla que la precede. Desde el principio, su trayectoria ha estado fuertemente unida al cultivo de la viña: la estratégica localización, en Condado de Tea (una subzona de la D.O. Rías Baixas), ofrece un microclima con más horas de sol y lluvias más escasas que en el resto de Galicia que favorece la completa maduración de la uva; dando lugar a vinos con notas florales, manzana verde y frutas de hueso, así como una acidez menos agresiva.

"La marca de 'Pazo de San Mauro' se remonta a antes incluso de la existencia del Consejo Regulador", cuenta Susana Pérez, enóloga de la bodega. "Tenemos premios que se dieron a la finca por su viñedo ya en el 1890", agrega Pérez sosteniendo una botella de Pazo de San Mauro Albariño (19€), la nueva añada 2023; una cosecha intensa, aromática y fresca, perfecta para el verano y sus productos de temporada, como los pescados blancos y todo tipo de mariscos.

La Ermita de San Mauro en Salvatierra de Miño (Pontevedra).

Vinos en un pazo con cinco siglos de historia

El cultivo de la vid en Pazo de San Mauro se inicia en el siglo XVI, considerándose una de las bodegas más antiguas de Europa. Sus 32 hectáreas de viñedos están erigidas sobre un suelo arcillo-granítico que aporta a los vinos un carácter complejo y mineral. Esto, sumado a las condiciones climatológicas ya mencionadas, permite la elaboración de blancos de altísima calidad. 

No obstante, de esas 32 hectáreas no todo es albariño: también cuentan con una hectárea de loureira, en una zona más pedregosa que da origen a una uva mucho más concentrada. Con ella y con albariño elaboran su Sanamaro Sobre Lías (39,50€), un vino de edición limitada (no más de 14.000 botellas) para los apasionados de los blancos con crianza que armoniza a la perfección con mariscos, pescado azul, arroces y carnes blancas. "Va a tener una evolución en botella muy buena", augura la enóloga.

Los viñedos de Pazo de San Mauro, con Portugal en el horizonte.

En función del tipo de uva, Pazo de San Mauro emplea tres tipos diferentes de elaboración. Por una parte, el prensado directo (pensado para las parcelas más jóvenes); por otra parte, la maceración (para uvas muy concentradas, con buena acidez) y, por último, la técnica del racimo entero (para uvas bien maduras), que introdujeron en el año 2016 y que es la que se utilizaba antiguamente cuando no existían palilladoras, con la que se consiguen blancos que recuerdan a vinos más tradicionales. 

Los restos del raspón y de los hollejos (la piel de la uva) que quedan en las prensas tras llevar a cabo los anteriores procesos son siempre aprovechados por Pazo de Valdomiño, una destilería relacionada con Bodegas y Viñedos Marqués de Varas que utiliza esas partes sobrantes para elaborar su propio orujo de albariño. El grupo vitivinícola también es responsable de la distribución en España de Ron Barceló y la ginebra Hendrick's. 

Experiencias enoturísticas a orillas del Miño

Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas es un proyecto que nació en 1840 con Don Felipe de la Mata, VIII marqués de Vargas, quien decidió plantar las primeras viñas en la Hacienda Pradolagar. La empresa se encuentra actualmente en manos de la cuarta generación familiar, Don Pelayo de la Mata, XIII marqués de Vargas y IX conde de San Cristóbal. 

Además de Pazo de San Mauro, que adquirieron en 2001, cuentan también con otras dos bodegas: la bodega Marqués de Vargas, en Logroño (La Rioja, D.O. Rioja) y la bodega Conde de San Cristóbal, en Pago de Valdestremero, en Peñafiel (Valladolid, D.O. Ribera del Duero).

La finca Pazo de San Mauro.

Las tres ofrecen experiencias enoturísticas para los amantes del vino, aunque Pazo de San Mauro y Conde de San Cristóbal tienen mucha demanda y poca disponibilidad, por lo que es recomendable reservar con, al menos, dos semanas de antelación. 

Las visitas a Pazo de San Mauro son de seis personas mínimo y tienen una duración de 1 hora y 45 minutos, con un precio de 40€ cada uno. Los interesados podrán visitar la bodega, sus viñedos y disfrutar de una cata de sus preciados vinos. También existe la posibilidad de acercarse hasta la orilla del río Miño, a una pequeña playa a pocos minutos del pazo, justo frente al límite con Portugal.

En definitiva, Pazo de San Mauro es sinónimo de vinos blancos de alta calidad en un enclave único e histórico con los que sumergirse en la cultura gallega y conocer mejor la esencia de Bodegas Marqués de Vargas.