Lo mejor de quedarse en España este verano es que no te va a faltar vino. Buen vino. De norte a sur de la península, de este a oeste o cogiendo un avión hasta las islas, el territorio nacional cuenta con tantos estilos de vino como opciones de viaje. Si no sabes por dónde empezar, aquí tienes unas cuantas recomendaciones. Y si todavía no has decidido qué hacer ni dónde ir durante las vacaciones, quizás estos vinos te ayuden a fijar el próximo destino.
Si tiras para el norte
Para los que huyan del calor estival para disfrutar del clima fresco y el ambiente sosegado de las costas norteñas, proponemos un tinto gallego. Porque en Galicia no sólo hay blancos. Los argentinos Héctor y Pablo Durigutti tienden un puente entre Mendoza y Galicia a través de la colección de vinos de aldea Raíces del Miño, elaborados en Ribeiro. Castrelo das Pedras Tinto Galaico está elaborado a partir de una mezcla de variedades locales (brancellao, caíño longo y sousón), plantadas en laderas de marcadas pendientes, bancales y terrazas zigzagueantes en el cauce del Miño. Se trata de un tinto que destaca por su frescura y su personalidad, muy aromático y mineral, con una singular crianza sobre lías en cocciopestos, ánforas de cemento cocido hechos en la Toscana, al estilo de los antiguos romanos. Precio: 28 euros
Si pones rumbo al sur
¿Qué tal si aprovechas tus vacaciones en Cádiz para probar los “otros” vinos blancos que se están elaborando en el Marco de Jerez? Te invitamos a salir un poquito del fino y la manzanilla (pero sólo un poquito, que a los jereces siempre hay que volver) para descubrir vinos sin encabezar como Vara y Pulgar Blanco, la apuesta del elaborador jerezano Alberto Orte por los vinos tranquilos de variedades recuperadas. Se trata de un vino no fortificado, que combina la palomino fino con otras variedades locales como la vigiriega blanca, la malvasía y un porcentaje pequeño de otras uvas autóctonas. Máximo respeto al origen para logar la expresión más pura de la salinidad de la albariza. Precio: 16,90 euros
Si vuelves al pueblo
Un vino de pueblo, es lo que te proponemos si vas a pasar tus vacaciones en un entorno rural. Concretamente, un vino de La Manchuela, donde Bodegas Gratias contagia su pasión por el terruño desarrollando una interesante labor de recuperación del patrimonio vitivinícola de la región. Su macabeo negro criado en damajuana es el mejor ejemplo. Adalid de la iniciativa de recuperación de variedades perdidas llevada a cabo por la bodega, Gratias Eme es un tinto de viñedos de más de 40 años, cultivados en vaso y en secano, cuya vendimia se realiza de manera manual. Las uvas se despalillan y estrujan para realizar la fermentación en pequeños recipientes de 800 litros y, tras la maceración y un prensado suave, se lleva a cabo una crianza en damajuanas. El resultado es un vino fresco, ligero pero complejo, que invita a no parar de beber. Precio: 19 euros
Si vas a las playas de Levante
La preciosa parcela pegada al monte alicantino donde nace El Veneno, debe su nombre al apodo del tío Veneno, un tipo regio y con carácter que, sin embargo, dejó para el recuerdo un viñedo excepcional. Este monastrell del Alto Vinalopó, cultivado en ecológico sobre terrazas centenarias de piedra, es un tinto con garra, preparado para envejecer en botella gracias a sus 12 meses de crianza en barrica, pero a la vez sutil, sedoso y muy elegante, con mucha fruta y matices campestres de lavanda y romero. Uno de los niños mimados de Pepe Mendoza, alma mater de la Casa Agrícola que lleva su nombre, cuyo objetivo es embotellar la esencia mediterránea. Precio: 26,50 euros
Si saltas a Canarias
Dicen que donde fueres, hagas lo que vieres. Por eso la mejor opción si veraneas en las Islas Canarias es beber vinos locales. Que hay muchos, diferentes y muy buenos. El Rosado de Lágrima de la bodega lanzaroteña El Grifo es una delicia volcánica perfecta para degustar en los meses más cálidos del año. La niña bonita de la bodega más antigua de Canarias es pura adicción. Un rosado elaborado con listán negro, que toma su nombre de las primeras 'lágrimas' que escurren de la prensa sin presión. Todo el cuidado es poco para mantener viva la frescura natural de esta variedad prefiloxérica tan querida en las islas. Si quieres sacarle todo el partido en materia de maridajes, pon a prueba su versatilidad gastronómica junto a cocina asiática, especias y picantes ligeros. Precio: 18,90 euros
Si te quedas en Madrid
Que sí, que en Madrid sí hay vino. Y del que sorprende. Si te toca pasar el verano en la capital, ya tienes un aliciente en la copa. Se llama Cadalso, como el pueblo (Cadalso de los Vidrios) y es uno de los Vinos de Montaña de Península Vinicultores, una gama que pone en valor las zonas vinícolas históricas del Sistema Central. Cadalso se elabora a partir de viñas viejas de garnacha de la Sierra de Gredos, concretamente del municipio que le da nombre. Un tinto joven y fresco, sin crianza en madera, sencillo pero muy gastronómico, fragante, sedoso, mineral. Y madrileño. Precio: 9,95 euros