Son los reyes del aperitivo, pero también los mejores acompañantes de una comida completa. Carismáticos y todoterreno, la exquisita complejidad de los vinos de Jerez hace que sean grandes aliados en la mesa. Te proponemos poner a prueba la versatilidad gastronómica de estos vinos únicos en el mundo descorchándolos junto a tus recetas estivales favoritas. Porque las posibilidades culinarias de los jereces son tan ilimitadas como tu imaginación.
Fino con tabulé de anchoas
Desde una fritura andaluza con vistas al mar hasta un plato de sushi en el sitio de moda, pasando por unas croquetas caseras o una buena tortilla de patatas, el fino es el rey de los maridajes veraniegos. Sólo hay que abrir una botella con un ceviche de dorada a la andaluza, un tartar de atún rojo de almadraba, un ajoblanco tradicional, un salpicón de marisco, una sopa fría con frutos del mar o un hummus al estilo andalusí, se conviertan en una explosión de sabores y sensaciones.
Desde Cocinillas, te proponemos comprobar la magia del fino junto a un tabulé de anchoas, una vuelta de tuerca a la ensalada típica de Oriente Medio, preparada con anchoas, cuscús, cilantro, remolacha, chalotas y queso feta. Todo ello aderezado con limón y vinagre de Jerez. El toque salino y sápido del fino armonizará con el salado de las anchoas, potenciando además el sabor del queso, y sus notas de almendra verde ofrecerán un interesante juego con el cilantro, un ingrediente especialmente difícil de maridar.
Manzanilla con ceviche de lubina
Intensa, salina y punzante, delicada pero con carácter, la manzanilla de Sanlúcar es capaz de conquistar a todo tipo de paladares. Sus toques salinos, adquiridos durante su crianza a orillas de la desembocadura del Guadalquivir, combinan a la perfección con mariscos, pescado frito, jamón ibérico, salazones y aliños. Los platos que contienen vinagre, como ensaladas, escabeches, marinados o sopas frías, también son buenos acompañantes de este vino.
Por eso te proponemos un reto: el ceviche es un desafío para cualquier experto en maridajes, ya que la acidez del zumo de lima en el aderezo, el picante del ají y el amargor del cilantro complican la armonía con cualquier tipo de vino. Salvo con la manzanilla. Los recuerdos de almendras verdes de la reina sanluqueña y su carácter salino son capaces de equilibrar la potencia de sabores del ceviche.
Amontillado con tartar de atún rojo picante
Su precioso color ámbar, su aroma sutil y delicado y su entrada en boca amable y equilibrada, hacen que este jerez sea el más singular de todos. Fruto de la fusión de dos crianza biológica y oxidativa, el amontillado adquiere una complejidad de matices de lo más interesante y un don innato para el maridaje.
El amontillado es capaz de ensalzar la riqueza de sabores de cualquier plato, en especial la intensidad del atún rojo. Te proponemos añadirle un toque picante al tartar con la ayuda de una mayonesa tradicional con un poco de zumo de lima y Srirasha. Este jerez potenciará la sensación de frescura del picante en el paladar y sus notas de avellanas tostadas completarán el abanico de sabores de este plato.
Oloroso con salmorejo de tomates cherri
Si eres amante del curry y de la cocina asiática, te encantará el oloroso. El más poderoso de los vinos de Jerez puede multiplicar las posibilidades de disfrute de un pollo tikka masala o unas brochetas de carne al estilo teriyaki, pero también convertirse en el compañero perfecto de algo tan tradicional y tan nuestro como el salmorejo.
El verano es la época perfecta para disfrutar de sopas frías como el gazpacho o el salmorejo, dos de los símbolos de nuestra gastronomía por sus beneficios nutritivos, su carácter refrescante y su rico sabor. Si te animas a elaborar un salmorejo con tomates cherri, prueba a servirlo con una copa de oloroso. Pocos vinos son capaces de plantarle cara a la acidez del vinagre como este.
Cream con helado de horchata
Sí, se puede seguir con vinos de Jerez hasta el postre. Los jereces dulces o semidulces, como el medium, el cream, los moscateles o el Pedro Ximénez, pondrán el broche de oro a una comida o una cena. Considerados postres en sí mismos, son fantásticos para sublimar un helado cremoso, un tiramisú, una crema catalana o un arroz con leche.Como no hay verano sin horchata y sin helado, te invitamos a fusionar ambas delicias y acompañarlas de una copita de cream, un vino de mezcla que se obtiene de vinos secos (generalmente oloroso) a los que se le añade PX para endulzarlos de manera natural.