En el mundo del vino también hay modas

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Vinos

5 vinos que marcarán tendencia en 2025

Sacamos la bola de cristal para predecir lo que vamos a beber este año: más blancos y rosados, menos alcohol, conciencia ecológica y mucho terroir.

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A lo largo de 2025, el mundo del vino se verá marcado por una serie de tendencias innovadoras y transformadoras, que definirán los estilos que más vamos a disfrutar en la copa. Se trata de una evolución impulsada por la creciente conciencia ambiental y las cambiantes preferencias de los consumidores.

La sostenibilidad se posiciona como pilar fundamental, con un auge en la viticultura regenerativa, las prácticas respetuosas con el medioambiente y los vinos ecológicos. Por otro lado, los vinos naturales y de baja intervención ganarán popularidad, especialmente entre los consumidores jóvenes. La valoración de variedades autóctonas y la puesta en valor de la singularidad de cada terruño reflejan un mercado en constante evolución.

La tecnología jugará este año un papel crucial, desde la optimización de la producción hasta la personalización de experiencias que llevarán al enoturismo hacia opciones más inmersivas. Esta realidad promete redefinir la industria vitivinícola, combinando tradición y métodos ancestrales recuperados con prácticas modernas y responsables.

En lo que respecta a la salud, en los últimos años se viene observando un auge en los vinos de baja graduación alcohólica y las opciones sin alcohol, respondiendo a la creciente demanda de estilos de vida saludables. En 2025, esta alternativa estará mucho más asentada.

Pasamos a la práctica con cinco vinos que representan algunas de las tendencias vínicas que llenarán nuestras copas este año. 

Vinos blancos y rosados

Siguiendo la tendencia de los últimos años, en 2025 se espera un aumento en el consumo de vinos blancos, así como una mayor popularidad de los vinos rosados. Opciones como Monte Real Rosé, el primer rosado Premium de la marca de Bodegas Riojanas, se impondrán como vinos todoterreno este año, perfectos para disfrutar en cualquier momento y lugar, con o sin comida de por medio.

La garnacha de Monte Real Rosé proviene del viñedo El Hierro, plantado en Uruñuela (Rioja Alta) en 1901; cepas de más de 120 años que confieren potencia, mineralidad y concentración al vino, y se unen a una elaboración suave que refleja la delicadeza de un terruño centenario, en homenaje a la viña vieja riojana. Las notas complejas del trabajo sobre lías complementan la frescura de un rosado de apenas 12º de alcohol, ligero y amable, frutal y alegre, apto para celiacos y veganos. Precio: 16 euros 

Tintos ligeros y con menos alcohol

La preferencia por vinos más frescos y con menos alcohol se acentuará durante los próximos meses, respondiendo a la demanda de opciones más saludables y fáciles de beber. Vinos como El Pas de l'Estudiant, de Josep Grau Viticultor, serán los más solicitados.

Se trata de un tinto joven y ligero elaborado en Montsant a partir de uvas garnacha y syrah. Con aromas intensos a frutos rojos y notas florales, en boca es suave y equilibrado, con taninos amables y un final agradable. Su frescura y vivacidad, así como su carácter afrutado y sutil, lo hacen muy versátil y fácil de beber, y lo convierten en el acompañante perfecto para todo tipo de comida. Precio: 36,50 euros

Sostenibilidad y agricultura regenerativa

Las bodegas adoptarán prácticas más respetuosas con el medioambiente, como el uso de energías renovables y la eliminación de productos químicos, buscando mejorar la salud del suelo y la biodiversidad en los viñedos.

 

Es el momento para abrir la mente a vinos como A Pita Cega, elaborado por Pilar Higuera en la bodega Lagar de Sabariz, una de las viñadoras más relevantes en el panorama vitivinícola español, especialmente en lo que se refiere a cultivo biológico y biodinámico. Con 93 puntos Parker, A Pita Cega, su vino más emblemático, es un coupage de treixadura y albariño de Ribeiro fuera de la denominación de origen. Un blanco biodinámico con 12 meses sobre lías muy valorado en toda Galicia. Precio: 39,95 euros

Vinos naturales y de baja intervención

Este año continuará creciendo la demanda de vinos elaborados con mínima intervención y sin aditivos, especialmente entre los consumidores jóvenes que buscan autenticidad y transparencia. Vinos como Natural Blanco de Lagravera. Pilar Salillas elabora este vino 100% natural y sin sulfitos, a partir de garnacha blanca cultivada de manera biodinámica y fermentada con pieles en la Serra Llarga de Lleida. 

 

Se trata de un vino a medio camino entre brisado y blanco o, como asegura Salillas, “un vino salvaje que al airearse muestra aromas de hinojo y resina, manzana verde, y una textura fibrosa y crujiente”. Un vino afrutado, de cuerpo medio y muy aromático, que lleva a la copa el carácter del paisaje leridano. Precio: 14,80 euros

Variedades autóctonas y terroir local

Pero si algo va a aumentar a lo largo de estos meses es el interés por los vinos que reflejan el terroir local y las uvas autóctonas. Variedades menos conocidas, recuperadas en muchos casos por románticos del viñedo por ser parte del patrimonio histórico y cultural de la zona, y que reflejan la diversidad y la expresión única de cada región vinícola.

Una de esas variedades locales olvidadas y desconocidas para la mayoría es la alcañón, autóctona de la zona del Somontano. Bodegas Alodia la recupera con mucho esfuerzo tras encontrarla oculta en los viñedos más viejos de la región, para elaborar este blanco complejo y estructurado. Vendimia seleccionada, fermentación a baja temperatura para fijar los aromas y seis meses de crianza en galileos, depósitos esféricos de hormigón sin tratar para hacer trabajo con lías. El resultado es un vino único en su especie, cítrico pero untuoso, de baja acidez pero con persistencia, pensado para el disfrute de amantes y aventureros del vino. Precio: 14,20 euros

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