Los gatos se caracterizan por ser animales muy independientes, inteligentes y muy limpios. Si has decidido adoptar a uno de estos pequeños, es posible que tengas dudas sobre cómo educarlo, si estás leyendo estas líneas ya has dado un paso importante porque estás demostrando tener algo muy importante para lograrlo: la intención.
Normalmente la educación de un gato es más simple que adiestrar a un perro para que haga ciertos trucos básicos pero como todo, es cuestión de paciencia y constancia. Los gatos suelen acatar órdenes de forma muy rápida y en cuanto a la limpieza no suelen dar mucho problema, pues son muy ágiles a la hora de aprender cuál es el lugar donde deben ir a hacer sus necesidades así que, no te preocupes, si sigues nuestros consejos lo harás muy bien.
Un gato no es un perro
Antes de comenzar a educar a un gato, debes tener muy presente que un gato no es un perro, es un error común en personas que han tenido antes perro y nunca han tenido un gato. Así que olvida intentar enseñarle a hacer trucos como: que te de la patita o te traiga la pelota.
Los gatos son animales independientes, aprenderán ciertos comportamientos como que no deben rascar muebles y usar su rascador, que no deben trepar por las cortinas, morder cables o subirse a determinados sitios, pero no les pidas que te hagan trucos, pues, aunque este tipo de adiestramiento se ha conseguido en algunos gatos con mucho entrenamiento, no es algo que vaya acorde con la psicología felina.
Un gato tampoco te recibirá cuando llegues a casa, lo hará a veces, pero sólo si realmente le apetece más verte que seguir durmiendo la siesta. No exijas a un gato lo mismo que a un perro.
Enseñar a un gato a usar la caja de arena
En general aprenden prácticamente solos a utilizar la caja de arena o arenero, pero si tu gato aún es muy pequeño o es callejero es probable que pueda tener algún problema para entender que debe utilizar el arenero para hacer sus necesidades.
Debes comprar un arenero que sea del tamaño adecuado, en general cuanto mayor sea mejor, si es demasiado pequeño tu gato no la utilizará ya que no se sentirá cómodo. Por otro lado, ten en cuenta que si tienes un gato cachorro la caja no puede ser muy alta pues no podrá acceder de forma sencilla a ella.
Echa la arena suficiente como para que tu gato pueda tapar los excrementos, pero no te pases echando pues si llenas el arenero en exceso, cuando tu gato trate de enterrar los desechos sacará un montón de arena fuera de la caja. Como tarea básica, tendrás que mantener muy limpio el arenero repasándolo dos veces al día.
Ahora que ya tenemos claros los aspectos fundamentales sobre el arenero, ya podemos enseñar a nuestro gato a usarlo. Sigue estos consejos:
- Coloca a tu gato en el arenero y muéstrale con tu mano (no uses sus propias patitas para enseñarle) que puede escarbar en la arena. Seguramente se anime a escarbar y posteriormente a hacer sus necesidades.
- Si tu gato hace sus necesidades fuera de la caja, recoge el excremento y ponlo en el arenero.
- No riñas a tu gato si no hace sus necesidades en el sitio correcto.
- Premia a tu gato con caricias cuando utilice correctamente el arenero.
- Si tu gato no entierra sus excrementos, usa un poco de arena y tápalo tú, aprenderá que debe hacer lo mismo.
Enseña a tu gato a usar el rascador
Uno de los problemas más habituales que tienen los dueños de los gatos es que éstos rascan los muebles. Los gatos necesitan rascar, por ello si quieres que no te destroce el mobiliario, debes proporcionarle un rascador a tu gatito.
En el mercado hay multitud de modelos, algunos de ellos pueden servir incluso como cama para tu gato o como centro de juegos. Compra el rascador que más te guste y rocíalo con catnip. El catnip es una hierba aromática que atrae a los gatos como por arte de magia, debido a esto se comercializa en forma de spray, ideal para rociar en sitios donde queremos que estén los gatitos, como por ejemplo en su rascador.
Si pillas a tu gato arañando algún mueble u otro lugar que no sea su rascador, cógelo inmediatamente y llévalo a su rascador, si actúas siempre así, pronto asociará que ese debe ser el lugar donde rascar.
Enseña a tu gato a no subirse a los sitos
Si quieres que tu gato no se suba a la mesa de la cocina o a la cama, siempre que lo veas en esos sitios debes echarlo sin excepción, ya que, si un día lo dejas estar y al día siguiente lo echas, no entenderá que realmente no quieres que esté allí.
Para reforzar el entrenamiento puedes usar una botella de spray, rellenarla de agua y cada vez que se suba a donde no debe, pulverizar agua sobre él, de este modo asociará que el "castigo" lo recibe del agua y no de ti. Entenderá que no debe subirse a esos sitios si no quiere recibir un chorro de agua.
Cómo castigar a un gato
Muchas veces no conseguimos educar a nuestro gato porque no sabemos castigarle. No debes gritarle y ni que decir tiene que no se debe nunca pegar al animal o ser agresivo con él.
Cuando pilles a tu gato infraganti haciendo algo que no quieres que haga debes reñirle en el momento, utiliza una palabra concreta para que cuando la digas entienda que eso no se debe hacer, por ejemplo, puedes decir un "No" en un tono serio o un "Eso no se hace". No debes dejar pasar tiempo entre la acción que ha hecho y tu regaño, pues si dejas pasar tiempo no lo asociará.
Durante los próximos 20 minutos desde la riña, no debes acariciar a tu gato ni darle de comer, pues si realizas alguna de estas cosas, puede considerar esos gestos como un premio por tu parte y asociará sus acciones malas como algo positivo que debe repetir.