Existen miles de alimentos que usamos día a día y que podemos elaborar en muy pocos pasos. Un ejemplo de ello es el queso, pero también podemos elaborar ingredientes que utilicemos con asiduidad, como puede ser el vinagre, un producto muy fácil de hacer. Con la elaboración artesanal de estos alimentos podemos reducir la ingesta de aditivos lo cual supone, un cambio muy beneficioso para la salud y donde nosotros mismos podremos responder a la pregunta de qué es realmente lo que comemos.
El queso es un delicioso subproducto de la leche que gusta a muchas personas por su delicioso sabor y porque puede consumirse de mil formas diferentes. En el mercado podemos encontrar un gran número de quesos: viejo, curado, semi-curado, blanco, crema, azul, etc. Solemos comprarlos porque pensamos que el proceso para hacer queso es largo y complejo pero con estas pautas podemos hacer un delicioso queso en casa sin demasiado esfuerzo.
Ingredientes y utensilios necesarios para hacer el queso
Para hacer queso necesitaremos los siguientes ingredientes y utensilios:
- Una botella de leche entera (mucho mejor si es leche fresca de granja sin conservantes).
- Un bote de nata para cocinar
- Un limón
- Sal
- Un exprimidor
- Un colador
- Una cazuela
- Un tupperware
Como has podido ver, son ingredientes muy sencillos de conseguir en tiendas y, en cuanto a los utensilios, son habituales en cualquier vivienda. De esta forma siempre podremos tener queso fresco para consumir cuando queramos.
Primeros pasos para la elaboración del queso
Con la leche muy fría (habiéndola metido durante unas horas en el frigorífico), la calentaremos. Esto es importante porque ayudará a que la leche se corte. Paso muy importante para la fabricación del queso.
Calentaremos la leche a fuego lento durante una media hora aproximadamente. En unos 10 minutos comenzará a hervir y en ese momento apagaremos el fuego. Taparemos la olla y esperaremos unos 20 minutos para que se enfríe.
Limón, el truco para que la leche fermente antes
El siguiente paso es exprimir el limón dado que con ello haremos que la leche fermente antes. Se cortará rápidamente para poder hacer nuestro queso. Exprimiremos el limón entero y colaremos el zumo para que quede libre de pepitas, pulpa, etc.
Abriremos la tapa de la cazuela con la leche ya fría e incorporaremos el zumo del limón que acabamos de exprimir. Removeremos un poco con una cuchara de madera e incorporaremos un poco de nata líquida para cocinar. La razón por la que debemos añadir la nata, es porque con ello se le da un toque dulce al queso. Echaremos la nata y continuaremos removiendo lentamente para mezclarlo todo de forma homogénea. Lo volveremos a tapar y dejaremos que todo se mezcle durante unos 5 minutos.
Vuelta al fuego para que se corte la leche
Tras esos 5 minutos, volveremos a poner la cazuela al fuego, en esta ocasión sin la tapa. Pondremos el fuego al máximo e iremos removiendo sin parar hasta que veamos que la leche se ha cortado. Es muy fácil darse cuenta porque veremos cómo la leche se cuaja y se separa del suero. Llegados a este paso apagaremos el fuego y proseguiremos con nuestro queso.
El siguiente paso de este proceso es colarlo para deshacernos del suero. En caso de no hacerlo, el queso no será auténtico ni tendrá un buen sabor. Por ello, tenemos que verter el contenido de la cazuela en un colador. De esta forma el queso se quedará y eliminaremos el suero de la leche.
En caso de que se tenga un colador pequeño se debe ir colando, poco a poco. Si no se tiene un colador, podemos realizar este proceso con un paño fino de algodón que esté bien limpio. Se pondrá toda la pasta en el pañuelo y se hará un hatillo. A continuación, deberemos apretar fuerte para que salga todo el suero y ya habremos completado esta parte de la tarea de la fabricación de nuestro propio queso casero.
Dar la forma deseada al queso
Continuaremos con el siguiente paso, que consiste en darle la forma al queso. Podremos darle la forma que queramos, siempre y cuando el queso siga caliente. Para ello, podemos utilizar algún molde que hayamos comprado. También podemos hacerlo con láminas de plástico o cualquier otro material similar.
Una vez metamos toda la pasta en el molde, lo presionaremos para eliminar restos de suero que hayan podido quedar del paso anterior. De esta forma compactaremos bien el queso, que mantendrá la forma que le habremos dado.
Una vez tenga la forma deseada, meteremos el queso en el tupperware para que no entre aire. Meteremos el tupper en la nevera y esperaremos unas 12 horas. Tras ese tiempo ya podremos consumir nuestro propio queso cuando queramos.
Consejos finales
Es importante recordar que este queso no tendrá conservantes, por lo que habrá que consumirlo antes de 5 días. Puede parecer poco tiempo, pero cuando pruebes el queso y veas lo delicioso que está, es seguro que no durará demasiado.
Si quieres darle algo de sabor, puedes incorporar otros ingredientes como pueden ser, trozos de fruta dulce, frutos secos o incluso hierbas o especias. De esta forma, proporcionarás al queso un sabor completamente diferente a los que hayas podido probar antes.
Como ves realizar tu propio queso es muy fácil, y si tienes niños en casa es una buena tarea para realizar junto a ellos. Esto hará que también quieran disfrutar de un producto que han hecho y lo consumirán con especial interés, a la par que les agradará ver como otros familiares comen algo que ellos mismos han hecho.