Asustar a alguien es una divertida forma de pasar el rato, aunque la persona que lo sufre, no se lo suele pasar demasiado bien. A pesar de ello, nunca está de más tener preparadas algunas bromas en forma de susto. Eso sí, siempre hay que saber a quién se le gasta la broma. Hay personas que no reaccionan muy bien ante las bromas y mucho menos ante los sustos.
Por otro lado, es muy importante conocer a la persona y asegurarse que no tiene ningún problema del corazón. Si se le da un susto demasiado impactante podría incluso llegar a presentar problemas de salud. Lo importante es darle el susto, pero que al final nos riamos todos, tanto quien lo recibe como quien lo hace.
Sustos inocentes y sencillos
Para los niños, personas mayores y también para quien no se lleve bien con los sustos, los inocentes son los más adecuados. Uno muy sencillo es esconderse tras una esquina o tras una puerta. Cuando la víctima pase por delante, daremos un gran alarido, con el que seguro se asustará, porque no se lo espera. Este susto es muy fácil y puede hacerse en cualquier lugar.
Si el susto lo vamos a dar en casa, podemos hacerlo un poco más elaborado. Nos iremos a la habitación de la víctima y permaneceremos completamente a oscuras. Pondremos nuestra mano en el interruptor y cuando la persona vaya a encender la luz, la cogeremos de la mano y daremos un fuerte grito. El susto está asegurado.
Susto con efectos de sonido
Los efectos de sonido que podemos encontrar en Internet pueden ser de gran ayuda para preparar un buen susto. Podemos descargarnos un gran número de efectos diferentes y muchos de ellos de manera totalmente gratuita. Derrapes de coches, disparos, explosiones, etc. Lo que debemos hacer es colocar unos buenos altavoces al lado de la persona que va a recibir el sueño mientras duerme.
Cuando esté todo colocado, subiremos el volumen al máximo y cuando esté durmiendo daremos al botón play del reproductor. ¿Te imaginas estar durmiendo y de repente suenen disparos en tu casa o un derrape de coche? Seguro que si todo se hace como se espera, el susto puede ser exagerado.
Tu cabeza en un bote de formol
Este es un susto que hay que preparar bien y cuidadosamente para que tenga el mejor resultado. ¿Qué pasaría por tu mente si ves la cabeza de un familiar o un amigo en un bote de formol? Para hacer este susto se necesitan pocos materiales. Un gran frasco de cristal en el que pueda entrar nuestra cabeza, agua, colorante alimentario, papel laminado, una buena impresora y un buen editor de imágenes. ¿Te animas a prepararlo?
Con el editor de imágenes tendremos que fusionar tres fotografías en una sola. Debemos fusionar perfil derecho, izquierdo y una foto frontal. Con ello buscamos crear un efecto 3D para que parezca nuestra cabeza. La imprimiremos en un papel común y la forraremos con papel laminado. También podemos imprimirla en papel fotográfico para que dé un mejor aspecto, más realista.
Llenaremos el bote de agua y aplicaremos un poco de colorante alimentario de color amarillo o verde. Enrollaremos un poco la fotografía y la meteremos dentro del gran bote de cristal. Nos aseguraremos de que la fotografía quede bien cerca del cristal por la parte interior. Cuando esté bien colocada la foto, cerraremos el bote de cristal y lo colocaremos en un estante que quede a la vista.
Si queremos más realismo, podemos utilizar pelo sintético similar al nuestro, en cuanto a longitud, color, etc. La adheriremos a la parte superior de la fotografía, dando la impresión de que es nuestro propio pelo. La cabeza puede ser la nuestra o de algún familiar o amigo.
Si quieres que todo sea mucho más realista, puedes comportarte de manera extraña durante unos días. La persona de la que imprimamos su cabeza, no debe dar señales de vida a la víctima en unos días. Nosotros podemos preguntar por esa persona y decir que hace tiempo que no sabemos nada de ella.
El bote de cristal podemos meterlo en la nevera y pediremos a la víctima que nos vaya a buscar algo de la nevera. El susto que se llevará será verdaderamente exagerado, pero hay que hacerlo todo con cuidado. Tanto la impresión como la ambientación y la preparación del susto.
El susto del espejo
Con un espejo se pueden dar sustos bastante impactantes. Tan solo hay que prepararlo todo cuidadosamente para que su efecto sea verdaderamente sorprendente. Para la elaboración de este susto necesitaremos varios materiales: un espejo de pared (mejor si es antiguo), una espátula, una fotografía muy antigua de esas que dan miedo. También se necesita cinta transparente, toallas de papel, una tablet y acetona.
Lo que hay que hacer es raspar la parte refractiva de la zona posterior del cristal. Hay que raspar solo en una zona, preferiblemente en el centro del espejo. Posteriormente hay que limpiar los residuos que dejaremos.
Con la suficiente cinta transparente podremos pegar la tablet con un vídeo en bucle de algo desagradable. Si no queremos tanta complicación con la tablet, podemos pegar la foto en blanco y negro, dejando que se pueda entrever a través del teléfono.
El espejo seguirá haciendo su función, pero quien se mire a él, verá reflejada la foto. Lo mejor de todo es que no sabrá de dónde viene ese reflejo, porque no hay nada roto ni se ve nada cambiado del espejo. Esto dejará desconcertada a la persona a la que le queramos hacer pasar un mal rato.
Podemos hacer que la imagen se vea de forma diferente poniendo el espejo del revés. Si queremos que todo sea más tétrico, se puede cambiar la bombilla del baño por una de las antiguas. Hay que buscar bien, pero con una de 40 vatios será suficiente, dará muy poca luz para crear la atmósfera necesaria.