Hay una serie de rutinas diarias que pueden hacernos perder unos cuantos euros a lo largo del año. El simple hecho de prestar atención al gasto que hacemos en nuestro hogar, por ejemplo, en el consumo eléctrico, puede hacernos a ahorrar bastante dinero.
Además, debemos pensar que no sólo nos estamos haciendo un favor a nosotros mismos y a nuestra familia, cuando ahorramos en luz o cuando gastamos menos agua, estamos haciendo también un favor a nuestro planeta y al planeta que quedará para nuestros hijos.
Hoy vamos a enseñarte unos sencillos trucos para que puedas ahorrar electricidad en tu hogar, de forma que lo llegues a notar en tu factura al final de cada mes.
Haz un análisis de lo que gastas
Para poder comenzar a ahorrar electricidad, debes primero hacer un análisis de en qué estás gastando energía. En ocasiones ocurre que estamos consumiendo energía de forma pasiva y ni siquiera tenemos conocimiento de ello.
Los proveedores de energía eléctrica nos suelen proporcionar información sobre nuestro gasto, normalmente mediante gráficas que muestran las 24 horas del día y nos indican el número de kilovatios consumidos. A veces esta información está “escondida” y no resulta intuitivo acceder a ella. Infórmate llamando a tu proveedor de cómo obtener esta información de gasto.
Una vez tengas acceso a la información proporcionada por tu proveedor podrás comprobar en qué horas se consume más energía, con lo que podrás analizar el motivo y también intentar cambiar hábitos a partir de este análisis.
Fíjate muy bien en el consumo “base” que tienes en horas en las que a priori no se debería estar consumiendo energía, es decir, cuando duermes. Si sobrepasa los 150 vatios, deberás hacer un análisis del motivo. Es una buena idea que te hagas con un enchufe inteligente que te indique cuánto consumes y que vayas recorriendo todos los enchufes de la casa donde tienes enchufados electrométricos para ver cuánto consumen cuando están apagados.
Si algún electrodoméstico estando apagado supera los 4 o 5 vatios de consumo, debes revisar si tienen un modo de ahorro de energía que no tienes activado y tratar de reducir ese consumo. Si no tiene modo de ahorro de energía, puedes colocarle un enchufe inteligente que te permita desconectarlo del todo cuando no lo estés usando. Si no quieres gastarte dinero en adquirir un enchufe de estas características, deberás desenchufar el aparato si es posible, cuando no lo uses, pues estás derrochando energía. Una vez realices estas acciones de ahorro, puedes volver a comprobar en las gráficas que te envía tu proveedor cuánto ahorro estás logrando con ellas.
Usa bombillas led
Las bombillas tradicionales consumen muchísima más energía que las bombillas led, por ello es recomendable que si aún usas este tipo de bombillas las sustituyas cuanto antes. Cabe señalar que, en su adquisición, son más caras que las bombillas tradicionales, pero a la larga se amortizan y mucho. Para que nos hagamos una idea, una bombilla de tipo led puede llegar a durar hasta la increíble cifra de 70.000 horas, así que, aunque cuesten más, merece la pena.
Si quieres gastar algo menos de dinero en el reemplazo de bombillas, puedes optar por las de bajo consumo. Las bombillas de bajo consumo son menos eficientes que las de tipo led y duran menos.
Controla las luces que enciendes
Te levantas para ir al baño y en el camino enciendes la luz del pasillo, la del baño… apagas la luz del baño, después vas al salón enciendes su luz, la tele, te sientas en el sofá y se te olvida apagar la luz del pasillo… ¿te suena la escena? Debes tener un control más estricto con las luces que enciendes y que apagas, puede parecer que en el fondo no estamos gastando tanto, pero si nos vamos a revisar los datos estadísticos, podemos observar que el 20% del gasto energético de las familias, se concentra en el gasto de luz.
Si tienes termostato, úsalo bien
El uso de termostato mal utilizado puede hacer que derrochemos energía. A continuación, te damos unas pautas para que lo uses mejor:
- No dejes el termostato toda la noche encendido, prográmalo para que se apague una media hora después de acostarte.
- Enciende el termostato unos quince minutos antes de levantarte.
- Aísla bien tu hogar para que no se vaya el calor. Sella bien ventanas y puertas.
- Por la noche baja las persianas.
- Usa cortinas.
- Si tu termostato lo permite, programa las temperaturas según tu horario, de forma que, si no vas a estar en casa, no se encienda la calefacción.
- Usa ropa de abrigo y programa tu termostato acorde a la temperatura que puedes soportar.
Regula la temperatura de tu calentador de agua
Es muy probable que, si no nos hemos preocupado de regular la temperatura del calentador del agua esté fijada en su máximo con unos 60ºC. Esta temperatura tan alta puede hacer que te quemes y además no es buena para las tuberías. Te recomendamos que reduzcas la temperatura a unos 40ºC, de este modo no sólo ahorrarás energía, sino que harás que la vida de tus tuberías aumente considerablemente.
Utiliza agua fría, siempre que puedas
A veces lavamos la ropa o los platos con agua caliente de forma innecesaria, con el consecuente malgasto de energía. Siempre que puedas, utiliza el agua fría y si puedes, en la ducha no pongas el agua muy caliente.
Revisa la tarifa de luz que tienes contratada
Debes revisar, por un lado cuánta potencia tienes contratada, si no te saltan los plomos de casa a pesar de encender muchos electrodomésticos al mismo tiempo, es posible que estés pagando de más en tu factura de luz. Analiza si es posible reducir la potencia contratada.
Por otro lado, debes revisar la tarifa que pagas, quizá te interese contratar una con discriminación horaria, que te permite determinar cuando consumes más energía para que tu proveedor te cobre menos en ese periodo de tiempo en que más gastas.