El consumidor español congela el 80% del producto fresco que compra en el mercado para tener reservas durante la semana. Pero siguen surgiendo dudas sobre qué alimentos puedo congelar, cómo hacerlo o cuál es el modo más seguro de descongelarlos.
El congelador es una de las mejores herramientas para conservar alimentos. Sin embargo, hay otros que no deberían nunca pasar por él, tanto por el hecho de no conservarse bien como porque podrían llegar a ser perjudiciales para la salud. He aquí una lista con algunos de qué alimentos no se pueden congelar.
1. Los productos con grasa
La grasa tiene una congelación muy lenta. Si congelamos alimentos con grasa (carnes, tocinos, pancetas, jamones, embutidos, etc.), la parte magra queda en buen estado, pero la parte grasa pierde su sabor. Es por eso que si se quiere congelar jamón, lo mejor es retirar la parte del tocino y congelar solo la carne.
2. La leche
La leche almacenada en el congelador puede aguarse una vez que se descongele. Además, el sabor de la leche descongelada no es nada agradable. No obstante, sí que se puede cocinar con leche descongelada, pero siempre y cuando se descongele de la manera adecuada y no esté demasiado acuosa.
3. Las patatas
Las patatas poseen un alto contenido en agua, por lo que después de ser almacenadas en el congelador pueden ablandarse y ponerse esponjosas. Sin embargo, este cambio de texturas no viene del todo mal si queremos guisar o cocer las patatas. Las patatas congeladas ya cortadas en tiras son la solución.
4. Los huevos
Los huevos no se pueden congelar nunca. Si lo hacemos, el contenido de agua que hay dentro del huevo se expanderá, lo que puede provocar que se agriete la cáscara externa y se llene de bacterias. Si se desea congelar huevos, hay que sacarlos de la cáscara, batirlos hasta que estén bien mezclados y meterlos en recipientes para congelar alimentos.
5. El queso blando
Si metemos un queso blando en el congelador se producirá un efecto similar al de la leche. Cuando llegue el momento de comerlo, los grumos del queso estarán muy acuosos. La textura ya no será la misma y el queso habrá perdido prácticamente todo su sabor. Lo máximo que tenemos que hacer con el queso blando es meterlo en la nevera.
6. Las verduras crudas y las frutas
Cualquier verdura o cualquier fruta que tenga una alta concentración de agua (apio, pepino, lechuga, sandía, etc.) no debe meterse en el congelador, ya que el agua del interior se convertirá rápidamente en pequeños cristales de hielo. Esto lo que provocará que, al descongelar, hayan perdido toda su textura y sabor.
7. Los ajos
Algunos cocineros congelan el ajo antes de que los dientes comiencen a brotar. Sin embargo, el ajo tiende a ponerse con un sabor fuerte y amargo una vez que se ha descongelado. El ajo congelado pierde todo su sabor, con lo que ello supone a la hora de preparar los alimentos.
8. Carne ya descongelada
Nunca podemos tratar de volver a congelar cualquier tipo de carne que hayamos sacado antes del congelador. Los alimentos que hemos sacado del congelador pueden atraer bacterias de forma más rápida que los que no hemos metido en él. Lo mejor es sacar la carne que se vaya a utilizar, cocinarla a la temperatura adecuada y comerla.
9. Las salchichas
Las salchichas y la carne procesada no deben congelarse nunca. El problema es que una vez descongeladas van a perder toda su textura y su sabor. Lo mejor en estos casos es mantenerlas al vacío en el frigorífico. De esta forma, mantendremos siempre intactas todas sus propiedades.
10. El yogur
Al descongelar un yogur, pierde toda su textura y cremosidad. El yogur tiene un alto contenido en agua, de ahí que le suceda algo muy parecido a la leche o el queso blando. Nos daremos cuenta nada más meter la cuchara. El aspecto del yogur será demasiado acuoso y la sensación no será la misma.
11. La pasta y el arroz
No hay nada perjudicial en comer pasta descongelada. Sin embargo, la pasta que ha estado en el congelador se vuelve blanda y habrá perdido parte de su sabor al cocinarla. La única opción que tenemos en este caso es congelar los espaguetis para luego cocinarlos al dente. Así no perderán tanto su textura y sabor.
Lo mismo le sucede al arroz. Si lo metemos en el congelador, al sacarlo estará blando. No es peligroso para la salud, pero sí que habrá perdido toda su textura y sabor.
12. La mayonesa y las salsas
Cuando se descongela la mayonesa, toma una textura grumosa de sabor nada agradable. Esto mismo es lo que le ocurre a las salsas en general, sobre todo las que están hechas a base de crema y leche. La única que se puede mantener en el congelador sin perder su textura y sabor es la salsa hecha con harina.
13. Las tartas y pasteles caseros
Cuando compramos una tarta, lo más probable es que las metamos en el congelador. Sin embargo, las tartas y pasteles caseros (aquellos basados en un bizcocho, un relleno y una cobertura), pierden textura y sabor. El resultado ya no será el mismo una vez que las hayamos sacado del congelador.
14. El pescado
Sí, es cierto que el pescado se puede congelar, pero solo si está muy fresco. De no ser así, nos arriesgamos a congelar el pescado y las bacterias que puedan venir con él. Estas bacterias, gracias al frío, permanecerían aún latentes en el pescado y llegarían hasta nuestro plato.
Estos son los más habituales alimentos que no se pueden congelar. La mayoría de ellos pierden todo su sabor al ser descongelados y se vuelven muy acuosos.