No se trata de una sintomatología grave, pero sí de un problema estético y social. Tus dientes son una de las primeras cosas que las personas notan ya que son un síntoma de salud y de bienestar, además de que reflejan nuestra personalidad a través de la sonrisa.
Por fortuna, hay remedios caseros de bajo coste que pueden ayudarnos a sentirnos confortables con nuestros dientes.
¿Por qué los dientes se vuelven amarillos?
Los dientes amarillean con el paso del tiempo. La razón es que debajo del esmalte hay una sustancia marrón pálida llamada dentina, que puede hacerse más visible cuando el esmalte se adelgaza, algo que suele ser común en personas de cierta edad.
Aunque es un proceso natural e inevitable, hay muchos factores que lo aceleran y que incluyen:
- Consumo elevado de café y té. El vino tinto y ciertas bebidas carbónicas también contribuyen a manchar o amarillear los dientes.
- Fumar cigarrillos.
- Dieta rica en alimentos procesados, que son muy ácidos.
- Algunas condiciones médicas que hacen que la boca esté seca por falta de saliva.
- Uso de ciertos antibióticos.
- Factores genéticos.
Algunos de estos factores son inevitables y otros dependen de nuestros hábitos y podemos aliviarlos con una buena higiene bucal y limitando el consumo de sustancias que sabemos que son perjudiciales.
Remedios caseros para blanquear los dientes en casa
- Bicarbonato. El bicarbonato de sodio es un producto que tiene múltiples aplicaciones en el ámbito doméstico, tanto en la cocina, como para la limpieza o en su uso médico. Mezclamos una cucharadita de bicarbonato con dos de agua y nos cepillamos los dientes con la mezcla varias veces por semana. Después de varias semanas, empezaremos a notar su efecto blanqueador.
- Peróxido de hidrógeno. Bajo este nombre se conoce un producto que se encuentra en la mayoría de los hogares: el agua oxigenada, un desinfectante que tiene propiedades antibacterianas y blanqueadoras, por lo que es empleado en muchos productos comerciales con este fin. La forma habitual de utilizarlo es en forma de enjuague bucal. Para ello, lo diluiremos con agua hasta obtener una solución al 1.5%, ya que en las farmacias y comercios suele venderse con una concentración que va del 3 al 5% y se ha comprobado que en concentraciones elevadas puede inflamar las encías. Bastará con mezclar una parte de agua con un peróxido de hidrógeno. También puede combinarse con bicarbonato para obtener una pasta de dientes casera, aunque hay que limitar su uso a unas cuantas veces por semana ya que erosiona bastante el esmalte dental.
- Aceite de coco. Este es un ingrediente menos habitual que los dos anteriores, pero tiene la ventaja de ser totalmente natural, sin ningún tipo de contraindicación y es relativamente fácil de encontrar en comercios especializados. Es un remedio utilizado por la medicina ayurvédica para la higiene dental por sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. Simplemente coloca una cucharada de aceite de coco en la boca y muévelo entre los dientes durante cinco minutos.
- Fruta. Las frutas son imprescindibles en nuestra alimentación, además algunas de ellas tienen propiedades que contribuyen a la higiene de nuestros dientes. La fresa, por ejemplo, tiene propiedades blanqueadoras debido a su contenido en ácido málico. Los cítricos, y muy especialmente la cáscara de naranjas y limones, son muy beneficiosos en este aspecto, aunque, por su elevada acidez, que puede dañar el esmalte, es conveniente enjuagarse la boca después de emplearlos. El plátano, que contiene abundante potasio, magnesio y manganeso, también elimina el tinte amarillo de los dientes. Simplemente hay que pelar un plátano maduro y frotarse los dientes con el interior de la cáscara durante unos dos minutos. Después de tres semanas, los dientes se habrán blanqueado.
- Levadura de cerveza. Este popular suplemento alimenticio es un derivado de la fermentación de los cereales y se comercializa habitualmente en forma de copos. Es rico en proteínas, ácido fólico y vitaminas del grupo B, beneficiosas para la dentadura. Se emplea mezclándola con sal y formando una pasta que se utiliza como un dentífrico común.
- Carbón activado. Este es un producto que se utiliza para desintoxicar ya que atrapa las toxinas y en el caso de los dientes, absorbe los microorganismos que forman la placa. Se utiliza como un dentífrico, dos o tres veces por semana, mezclando con agua, pero hay que evitar utilizarlo en el caso de tener coronas o empastes de porcelana.
- Vinagre de sidra. Este condimento que puedes hacer tú mismo, tiene numerosas aplicaciones en el hogar y en la cocina, además de ser bueno para muchas condiciones médicas. Contiene compuestos como el ácido acético, potasio, magnesio, probióticos y enzimas, que matan los gérmenes y al mismo tiempo fomentan el crecimiento de bacterias probióticas, beneficiosas para el organismo.
Advertencias sobre el uso de estos remedios
Todos los productos blanqueadores (y esto incluye tanto los caseros, como los que se adquieren en los comercios) en alguna u otra medida erosionan el esmalte dental. Por este motivo, hay que emplearlos con precaución, de forma espaciada y progresiva, prestando siempre atención a síntomas como la sensibilidad al frío o los dulces, que pueden indicar un adelgazamiento de la capa de esmalte.
En cualquier caso, estos remedios caseros, no sólo resultan económicos, sino que disfrutan de la gran ventaja de no contener aditivos químicos y son menos dañinos para la salud y bienestar del esmalte que la mayoría de los productos comerciales.