El llanto de los bebés, sobre todo si se trata de recién nacidos, suelen generar preocupación y ansiedad a los padres y cuidadores. Es un problema frecuente que afecta a uno de cada cinco niños y que se resuelve habitualmente en las primeras 12 semanas de vida.
En otro post, ya os mostramos cómo sacar los gases a un recién nacido y evitar así, los cólicos. Ahora hablaremos de las mejores técnicas para calmar el llanto de un bebé.
Por qué suelen llorar los bebés
El bebé puede llorar porque tiene hambre, porque está cansado, porque tiene calor o frío, o porque necesita un cambio de pañal. Por lo que lo primero que debemos hacer es comprobar que está cómodo, que no le toca comer, que tiene el pañal limpio o que está a gusto con su temperatura. También hay que tener en cuenta que un bebé, sobre todo si es recién nacido, necesita más abrigo que un adulto.
También es cierto que los bebés, sobre todo si son recién nacidos, reciben el nerviosismo de los padres, y pueden transmitirlos, por lo que es aconsejable que estemos tranquilos siempre que atendamos a nuestro bebé, y le transmitamos esa relajación que necesitan para calmar a un bebé.
Cómo calmar el llanto de un bebé: algunas técnicas efectivas
El bebé también necesita llorar para calmar su tensión, y si llora por hambre, lo aconsejable, aunque es de sentido común, es no darle de comer inmediatamente cuando está acabando una crisis de llanto, porque su pequeño estómago no estará asentado y podemos provocarle el vómito.
Lo mejor es calmarle primero, y alimentarle después. Una vez que tiene sus necesidades básicas más cubiertas, hay una serie de consejos que funcionan muy bien, y que se pueden ir probando hasta saber cuál puede funcionar mejor:
- Recostarle en vertical sobre un hombro: muchas veces, el llanto de un bebé se debe a que no ha expulsado convenientemente los gases de las comidas. Para los recién nacidos es una sensación muy incómoda que no les deja dormir ni estar a gusto cuando están tumbados, por lo que es conveniente recostarlos en vertical. Apoyamos su cabecita en nuestro hombro, y le damos suaves toquecitos en la espalda hasta comprobar que ha soltado todos los gases. De esta forma, irá tranquilizándose y dejará de llorar. Además, escuchará el latido de nuestro corazón, al que ya está acostumbrado desde antes de nacer. Y eso le tranquilizará.
- Mecerle o pasearle de forma suave y rítmica: dar pequeños paseos con el bebé en brazos, de forma rítmica es una buena opción para que se tranquilice. También se le puede pasear en el portabebés o en el cochecito. El vaivén constante suele relajarles mucho, porque les ayuda a acompasar sus ritmos respiratorios y cardíacos. De hecho, hay muchos bebés que se quedan dormidos cuando salen a su paseo diario a la calle.
- Hablarle bajito o cantarle: cantarle canciones que, poco a poco, se vayan haciendo familiares, de forma suave y no muy alto, o decirle palabras cariñosas, le ayudan a recordar cómo era su fase de gestación, y le puede tranquilizar, y calmar su llanto.
- Ofrecerle un chupete: no es la mejor solución, puesto que cuando le salgan los dientes se le pueden deformar, y además, un bebé acostumbrado al chupete, tardará mucho en querer renunciar a él. Pero es una forma efectiva de calmarle, ya que succionar suele calmar a los bebés, y siempre es mejor que chuparse un dedo, que puede traer, en el futuro, más perjuicios que beneficios porque también deforman los dientes.
- Un buen baño con agua caliente: un baño con agua caliente suele calmar a los bebés porque les recuerda a su época de gestación rodeado de líquido amniótico a una temperatura templada. Además, un baño caliente les ayuda a conciliar el sueño.
- Poner música de tipo relajante: la música de ritmos tranquilos y relajantes suele calmar el llanto del bebé de forma muy efectiva, y también los sonidos monótonos como el tic-tac de un reloj.
- Un masaje: los masajes a los bebés son una buena técnica y rebajan la inquietud del bebé, calmando el llanto. El bebé se sentirá mucho mejor con un suave masaje en la espalda o en la tripa.
Debemos ser conscientes de que un bebé, a edades tempranas, no está llorando para llamar nuestra atención gratuitamente, o para manipularnos, sino porque necesita algo. Por tanto, no debemos ignorar su llanto pensando que ya se le pasará, ni desatender a un bebé cuando llora. Si lo hace, debemos estar seguros de que es por algún motivo, incluso aunque no haya motivo aparente, a veces, cuando no cogen el sueño fácilmente, se ponen nerviosos y lloran. Por eso siempre hay que tratar de tranquilizarlos.
Cuando un bebé no para de llorar y tiene un berrinche que no se le pasa, lo que resulta más eficaz es realizar tres operaciones básicas: cogerle en brazos y pegarle a nuestro pecho, hablarle bajito o cantarle, para que note la presencia, el olor y la voz de sus padres. Estos tres gestos, salvo que se encuentre mal por alguna otra razón que se nos escapa, en cuyo caso habrá que llevarle al médico sin demoras, son los más efectivos para hacer que el bebé se calme y deje de llorar.