Hay muchas situaciones que nos pueden provocar nerviosismo. No hay que confundirlo con la ansiedad, pues el nerviosismo es algo pasajero y seguramente desaparezca cuando ya haya pasado la situación que nos lo estaba generando. Igualmente ya os dimos las pautas sobre cómo combatir la ansiedad, ahora os daremos unas recomendaciones para controlar esos nervios.
Nervios en el estómago y nervios craneales
El cerebro es poderoso, y existe una relación directa entre éste y los nervios en el estómago. Cuando sentimos dolores de estómago por enfrentarnos a situaciones nuevas, estresantes o desagradables, lo que se está activado es el conocido como sistema nervioso entérico, que tiene mucha importancia en el conjunto de nuestro organismo. Se trata de un conjunto de fibras nerviosas que controlan el funcionamiento del sistema digestivo, y son los responsables de los llamados nervios en el estómago, que pueden tener efectos positivos como las conocidas "mariposas en el estómago" cuando estamos sintiendo un enamoramiento, o el estómago revuelto cuando tenemos nervios.
Lo mismo ocurre con el cerebro, que es el motor de nuestro organismo, y que envía señales a los nervios, haciendo que también podamos sentir nervios craneales, que se pueden traducir en dificultades para concentrarse, para recordar, para tomar decisiones, y en este caso es la memoria a corto plazo la que se ve afectada. Pero todas estas sensaciones son pasajeras y no responden a ninguna patología que deba preocupar. Son, simple y llanamente, nervios.
Cómo controlar los nervios: respiraciones, meditación y relajación
Si somos de las personas que tendemos a ponernos nerviosos con algunas situaciones de la vida cotidiana, podemos poner en práctica estas técnicas para controlar los nervios:
- Respirar correctamente: cuando estamos nerviosos, inconscientemente respiramos a más velocidad, por lo que la inhalación se dificulta. Tenemos lo que se llama una "respiración agitada". Para evitar estas situación, una técnica muy eficaz consiste en pararnos, inhalar muy lentamente contando hasta 5, para luego exhalar, también muy lentamente y contando hasta 5. Le devolveremos la respiración pausada a nuestro organismo, y con la práctica, seremos capaces de controlar los nervios.
- Practica la meditación: ya os dimos las claves para practicar la meditación de forma correcta. Esta práctica es excelente para controlar los nervios y se debe hacer de forma diaria. En este tipo de prácticas, el mindfulness nos ayudará a ser más conscientes de nuestras sensaciones y pensamientos, centrarnos en el ahora, y aprender a calmar nuestro nerviosismo.
- Aprender alguna técnica de relajación puede ayudar a calmar los nervios. Hay mucho donde elegir, como la relajación progresiva, en la que, con la práctica, seremos capaces de aprender a relajar hasta 16 músculos del cuerpo. Otra técnica muy efectiva consiste en conseguir un estado de relajación a través de imágenes mentales.
Cómo controlar los nervios: técnicas basadas en las aptitudes de las personas
Hay una forma de intentar controlar los nervios que consiste en nuestra propia capacidad para hacerlo a través del pensamiento. Cuando estamos nerviosos, está demostrado que nuestra mente funciona mucho más rápido, pero no es ni más productiva, ni más eficaz. Fallan la memoria y el razonamiento, muy relacionados con el los nervios craneales. Tenemos un estado de alerta en la que hay muchos pensamientos infundados, accidentados y rápidos.
Ante esta situación, debemos calmar la mente cuestionando la veracidad de nuestros propios pensamientos en ese momento. Debemos relativizar, y ver si nuestros pensamientos son reales, o responden al nerviosismo del momento. Por ejemplo, si vamos a dar una conferencia, estamos muy nerviosos y pensamos que no lo vamos a hacer bien, lo mejor es echar la vista atrás y preguntarnos cuántas veces lo hemos hecho mal en el pasado. Y veremos que nuestros pensamientos no son reales, porque las conferencias que dimos anteriormente no fueron un fracaso.
En ocasiones, los nervios vienen porque estamos intentando controlar en exceso una determinada situación. Que tratemos de ensayar la situación a la que nos vamos a enfrentar en el futuro está muy bien, pero si nos obsesionamos, llegará un punto en el que los nervios estarán a flor de piel. Para calmar los nervios es importante dejar lugar a la improvisación, y ser conscientes de que no todo está bajo nuestro control. Está claro que cuando no dejamos lugar a esa improvisación, es cuando más nerviosos nos ponemos ante cualquier imprevisto.
Cómo controlar los nervios: el ejercicio físico y en último caso, la ayuda profesional
La práctica de algún deporte es siempre muy beneficiosa para el organismo, en todos los sentidos. Al igual que ocurre con la relajación, es un hábito que, independientemente de que pueda controlar los nervios en un momento dado, es imprescindible para llevar una vida saludable, tanto física como mentalmente.
Cuando practicamos deporte, nuestro organismo produce endorfinas, que son unas hormonas neurotransmisoras que facilitan la disminución de las tensiones en nuestro interior, y provocan agradables sensaciones de satisfacción y de calma. Nos sentiremos mucho mejor en nuestro día a día, y aprenderemos a calmar los nervios.
Si todas estas técnicas no son efectivas, lo mejor es buscar ayuda profesional. La terapia puede ayudarnos con tratamientos de cuadros de nerviosismo, y estrés, con consecuencias como el insomnio y la pérdida de peso.