Las calas o lirios de agua son plantas típicas de España. Y sus cuidados, ya sea en el suelo del jardín o en maceta, no es una tarea nada complicada. Todo lo contrario; a pesar de que sus flores son delicadas, la mata de esta planta es muy resistente y fácil de cuidar.
La cala recibe distintos nombres según la región: lirio de agua, flor de jarro, alcatraz, cartucho, etc. Aunque también se le conoce por su nombre científico: Zantedeschia. Esta planta es originaria del sur de África, pero se cultiva en todo el mundo. Descubre los mejores trucos y consejos para cuidar las calas. ¡Comenzamos!
Trucos y consejos para cuidar las calas
La primavera es el mejor momento para plantar las calas si quieres disfrutar de sus preciosas flores en verano. No importa si tienes jardín o no, pues las calas crecen en macetas perfectamente. Sus flores tienen forma de embudo y desprenden un aroma muy agradable y, aunque las más comunes son de color blanco, también las hay amarillas, púrpura, rosa y otros tonos intermedios.
Esta planta forma abundantes y densas raíces a partir de un tallo subterráneo llamado rizoma, el cual le permite crecer en invierno y rebrotar en primavera. Si vas a plantarla en maceta, elige un recipiente profundo y grande con bastantes agujeros para el drenaje del agua, así evitarás que se quede en el fondo.
Del mismo modo, para cuidar las calas en el jardín, debes escoger un lugar con buen drenaje y el suelo profundo. Y recuerda, el rizoma debe enterrarse muy bien, por lo menos con dos o tres dedos de sustrato por encima. Descubre a continuación otros trucos y consejos para cuidar las calas.
1. El suelo
El sustrato para cultivar esta planta debe ser fresco, ligero y muy húmedo. En maceta conviene utilizar un sustrato con turba, y para el jardín, tendrás que incorporar turba al suelo donde vayas a sembrarla. Recuerda que necesitan mucha humedad para crecer, evitando así las calas secas, por eso se pueden colocar en los bordes de un estanque.
2. La luz
Con suficiente humedad, el alcatraz puede crecer a pleno sol sin problemas, aunque su ubicación ideal es a semisombra. Esto es muy importante, sobre todo, en regiones demasiado cálidas y con poca humedad ambiental.
Recuerda que las calas proceden del continente africano y, aunque crezcan en zonas húmedas, necesitan bastante luz. Por lo tanto, si vives en una zona fría mejor colocarla en un lugar soleado. En cambio, en un clima cálido, la cala necesitará también algo de sombra, pues si dejas que crezca en una zona sombría no producirá flores.
3. La temperatura
Los lirios de agua requieren temperaturas ligeramente cálidas, por ello la temperatura ideal para cultivarlos sería entre los 14 y los 20 ºC. Pueden llegar a invernar en exterior durante el invierno con temperaturas que ronden los 0 ºC, pero no sobrevivirán a las heladas fuertes.
4. El riego
Para evitar las calas secas, debes saber que necesitan un sustrato ligeramente húmedo y bastante agua mientras están floreciendo. No obstante, cuando casi estemos en otoño y se hayan marchitado todas las flores, puedes reducir el riego hasta suspenderlo por completo en invierno. Cuando llegue la primavera siguiente, puedes volver a regar y cuidar las calas.
Por lo general, crecerán mejor en un suelo rico, así que si tu suelo es seco añade materia orgánica para enriquecerlo. Incorpora además agua cada dos o tres días para mantener la tierra siempre mojada, evitando así las calas secas.
5. El abonado
La cala agradece de vez en cuando una buena dosis de algún fertilizante orgánico, como humus o estiércol, para poder rebrotar en primavera. Además, te recomendamos que abones esta planta cada 15 días durante el periodo de floración con abono líquido en la tierra, pero deja de hacerlo en otoño para que comience su reposo invernal.
6. La poda
A la hora de cuidar las calas, no será necesario podarlas, solo cortar las flores secas y las hojas feas o enfermas. Sin embargo, después de la floración, es decir, en otoño, tendrás que cortar toda la planta a ras del suelo.
7. La multiplicación
Los lirios de agua se pueden reproducir a través de semillas, pero lo más efectivo es hacerlo separando los bulbos hijos que nacen junto a la raíz. Esto se debe hacer en otoño, así que puedes proceder al mismo tiempo que cortas todas sus hojas para dejarla invernar. Para ello, extrae todo el rizoma, corta las nuevas protuberancias y vuelve a plantarlo.
8. Plagas y enfermedades de las calas
El último de los trucos y consejos para cuidar las calas hace referencia a las plagas y enfermedades que puede sufrir esta planta. Por suerte, los alcatraces son muy resistentes a las enfermedades, pero sí es cierto que sus hojas carnosas son muy apetecibles para babosas y caracoles. Además, de forma ocasional, también pueden verse afectadas por la invasión de pulgones.
Asegúrate también de que los bulbos de las calas están sanos, y si alguno no lo está, arráncalo con las raíces incluidas para evitar que la plaga se propague a los demás bulbos. Para eliminar los pulgones, añade algún pesticida orgánico a la tierra o aplica un buen chorro de agua sobre la flor afectada.
La cala es una flor muy decorativa, por lo que puedes tenerla tanto en tu patio o jardín exterior como en el interior de tu hogar. Sigue todos los trucos y consejos para cuidar las calas que te hemos ofrecido en este artículo y sus flores ornamentarán cualquier estancia de tu hogar con mucho encanto.
Por último, después de cuidar las calas durante la primavera y el verano, y puesto que no soportan los climas fríos extremos, lo mejor será que desentierres el bulbo de la planta y lo almacenes en una bolsa o caja ventilada con un poco de musgo de turba. Así podrás volver a plantarlo en primavera.