En España, las rosas son una de las flores más típicas. Además, cada color tiene un significado, por eso muchos aficionados a la jardinería sueñan con tener su propio rosal aunque no dispongan de jardín. Y es que cultivar tu propio rosal de maceta es posible si sabes cómo hacerlo.
Así, podrás plantar un rosal de maceta para decorar espacios pequeños o el interior de tu hogar. Solo tienes que elegir muy bien el tipo de rosal y cuidarlo de forma correcta. ¡Descubre a continuación cómo cuidar un rosal de maceta: trucos y consejos!
Trucos para el cuidado de rosal de maceta
Entre los rosales más adecuados para cultivar en una maceta podemos destacar el rosal mini o rosal de pitiminí, aunque también puedes optar por un rosal de patio. A continuación, te mostramos una guía completa para cuidar rosal de maceta, así como los mejores consejos y trucos para el cuidado de rosal. ¡No te lo pierdas!
Para empezar, y a modo resumen, vamos a hacer una síntesis de los principales cuidados de un rosal en maceta:
- La maceta debe ser profunda y si es posible, de barro.
- En cuanto al sustrato, mejor que sea rico en turba y nutrientes y con una textura suelta para facilitar un buen drenaje.
- El riego debe ser frecuente, a diario en verano y en invienro cada tres días.
- Lo ideal es abonarlo de forma mensual, ya sea con un abono específico o con guano.
- La poda debe hacerse limpiando las hojas y los tallos secos, y hay que realizar una poda de rejuvenecimieto cuando proceda.
- Por último, recuerda trasplantar tu rosal de maceta cada dos o tres años.
1. Maceta adecuada para un rosal de maceta
Los rosales requieren una maceta bastante profunda aunque, dependiendo de la clase de rosal, puede variar un poco. Por ejemplo, para un rosal mini será suficiente con un tiesto de unos 35 centímetros de profundidad.
Sin embargo, otros rosales de mayor tamaño seguro que agradecen un recipiente de 50 centímetros, pero tampoco mucho más. Debemos hacer una mención aparte para los rosales trepadores, que cuanta más profundidad tengan, mucho mejor, así que una buena ánfora será la mejor opción.
En cuanto al material, las macetas de cerámica o terracota son las mejores para un rosal de maceta. Esto es debido a que contribuyen a mantener una temperatura más estable del sustrato y, por ende, de las raíces.
Además, favorece que pueda evaporarse el exceso de humedad a través de la transpiración, para lo que es indispensable también que tenga agujeros en la base para facilitar el drenaje. Por último, ubica la maceta en una zona lo más soleada posible.
2. Sustrato para el rosal de maceta
Los rosales necesitan gran cantidad de nutrientes. Por lo tanto, tenemos que preparar un sustrato a base de turba, rico en materia orgánica pero ligero a la vez para otorgar un buen drenaje.
Para cuidar rosal de maceta también puedes añadir grava gruesa para mejorar el drenaje. La manera idónea de hacerlo es colocar unos trozos de teja o unos cuarzos redondos de río en el fondo de la maceta. Así evitarás además que se salga el sustrato por los agujeros.
Vierte después el sustrato sobre este lecho de piedras. Para cuidar rosal de maceta y enriquecer todavía más el sustrato, puedes añadir un poco de humus de lombriz o compost o para aportarle más nutrientes.
3. Cómo regar un rosal de maceta
Los rosales de exterior tienen más humedad a su disposición y pueden aguantar mucho más tiempo sin agua. En cambio, un rosal de maceta necesitará agua todos los días en verano y cada tres días el resto del año. No obstante, es fundamental que prestes atención a las señales que te ofrece la planta y aprendas a saber cuál es el punto medio para no regarla poco ni demasiado.
Esto es muy importante, ya que los rosales en general son muy susceptibles a la aparición de hongos por exceso de humedad. Así que riega el rosal sin encharcar la tierra y procura no mojar ni flores ni hojas, solo el suelo.
4. Forma correcta de abonar un rosal
Un rosal de maceta es más propenso a carecer de nutrientes, pues el riego va arrastrándolos poco a poco. Por esta razón, es preciso abonarlo de forma más frecuente que los de exterior.
Para ello, puedes adquirir un abono para rosales específico y utilizarlo una vez al mes siguiendo las instrucciones de uso, u optar por el guano o el humus de lombriz que son ecológicos. Por último, si tu rosal se pone amarillento o sus hojas pierden el color, tendrás que añadir un suplemento ferroso a la tierra.
5. Cómo podar el rosal de maceta
Otro de los consejos y trucos para el cuidado del rosal de maceta es la poda, una tarea imprescindible para conservar la planta en buen estado. Para hacerlo bien, tendrás que seguir un mantenimiento de la planta de forma constante, que consiste en retirar las flores, hojas y tallos secos.
Con el tiempo, si tu rosal de maceta crece demasiado, puedes hacerle una poda de rejuvenecimiento. Esta consiste en podarlo a unos 10 centímetros a ras del suelo, lo que ayudará a hacerle que crezca de nuevo con más fuerza y vitalidad.
6. Trasplante de tu rosal
La última de las recomendaciones para cuidar rosal de maceta es el trasplante, algo vital para esta planta. Y es que necesita una renovación de la tierra cada tres años como máximo, aunque uses la misma maceta.
Para hacerlo bien, renueva más de la mitad del sustrato y utiliza uno nuevo rico en nutrientes. Aprovecha también para podar las raíces de la planta de forma equilibrada para que puedan renovarse.