La oruga procesionaria se ha convertido en un huésped familiar de las zonas forestales del área mediterránea, llegando incluso a alcanzar proporciones epidémicas. Esta plaga tan común no es sólo una amenaza para los bosques de pinos, sino que constituye un serio peligro tanto para personas como animales, especialmente nuestras mascotas.
Si tenemos árboles en nuestro jardín, es imprescindible su poda, para que la oruga no lo infecte. Te mostramos cómo podar un árbol de la forma correcta.
¿Qué es la oruga procesionaria?
Thaumetopoea pityocampa es su nombre científico y se trata de un tipo de polilla cuyo ciclo de vida como larva atraviesa cinco fases distintas. Este insecto está activo sólo durante los meses más fríos del año, pasando los meses de verano como una pupa o crisálida enterrada en el suelo. Las polillas comienzan a emerger del suelo en agosto y poco después se aparean y buscan pinos donde colocar sus huevos. Una vez los huevos eclosionan, el insecto atraviesa cinco fases distintas como oruga y empieza a alimentarse de las hojas de los pinos, formando nidos en forma de bolsa con una especie de tejido de seda. Estas características bolsas son cada vez más grandes a medida que la oruga dobla su tamaño al mudar la piel y pueden llegar a contener hasta 300 orugas, que en su último estado son extremadamente voraces.
A finales de invierno, las orugas alcanzan su tamaño definitivo y entonces es cuando dejan su nido, siguiéndose unas a otras en largas procesiones.
Peligros de la oruga procesionaria
Si tenemos pensado crear un huerto urbano, hay que tener en cuenta este tipo de oruga. La procesionaria es totalmente inofensiva en su fase adulta pero en sus etapas como larva es una importante amenaza tanto para los ecosistemas como para otros seres vivos. A pesar de su pequeño tamaño, las orugas recién nacidas tienen unas mandíbulas notablemente fuertes y capaces de penetrar en las agujas duras del pino y, a medida que crecen, su apetito aumenta hasta el punto de llegar a defoliar árboles enteros.
A partir de la tercera mutación, las orugas están cubiertas de unos pelos extremadamente urticantes que pueden causar reacciones que van desde una inflamación leve e irritación hasta una reacción alérgica grave. La erupción puede ser increíblemente picante y dolorosa y durar hasta tres semanas. Para los adultos es relativamente fácil evitar el contacto con las orugas, pero niños pequeños, perros y gatos están especialmente expuestos, por lo que si tenemos procesionarias en nuestro jardín es prioritario erradicarlas, ya que pueden matar fácilmente a una mascota, especialmente si los pelos urticantes alcanzan garganta del animal, donde la hinchazón podría impedirles respirar.
Cómo exterminar la oruga procesionaria del pino
- Eliminar el nido. Si las bolsas están a una altura accesible, eliminarlas del árbol es la mejor opción. Esto debe hacerse con extremo cuidado y utilizando guantes largos y cualquier tipo de precauciones adicionales, ya que es una actividad que implica riesgos. Es preciso hacerlo a la hora más cálida del día, que es cuando las orugas están menos activas y, seguidamente, quemar el nido, no sólo para matar las orugas, sino para quemar sus pelos, que siguen siendo peligrosos una vez muertas.
- Trampas de feromonas: este medio pasivo utiliza una feromona similar a la que emiten las orugas hembras. La feromona atrae a las orugas macho hacia una trampa de la que no pueden salir.
- Tratamientos fitosanitarios. Se trata de pesticidas químicos que matan a las larvas. Es esencial usar pesticidas que no dañen los árboles y, sobre todo, que no pongan en peligro a otras personas, animales o el medio ambiente. Una herramienta que podemos usar es el sulfato de potasio, aquí te mostramos cómo hacerlo de forma segura.
- Bacillus Thuringiensis. Este producto, que se encuentra en los centros de jardinería, es una bacteria que produce una toxina que mata a las larvas en sus primeros estadios. La toxina es absorbida por la planta y las orugas mueren al ingerir sus agujas. Por desgracia, no es eficaz en la última etapa de desarrollo, por lo que es importante aplicarlo de forma temprana. La gran ventaja es que se trata de un producto completamente inofensivo para el medio ambiente.
- Barreras físicas. En los comercios se encuentra un producto que consta de una especie de cono que envuelve el tronco del árbol y que dirige las orugas hacia una bolsa de la que no pueden salir, evitando que lleguen al suelo y se reproduzcan. Otra forma simple es envolver el tronco del pino con algún tipo de cinta plástica sobre la cual las orugas se quedarán pegadas.
- Destrucción de los huevos. Durante el verano es posible encontrar sus huevos y destruirlos antes de que eclosionen. Estos huevos son presa de pájaros y de otros insectos y no es una tarea sencilla identificarlos visualmente, pero una vez destruidos, el ciclo vital del insecto queda interrumpido definitivamente.
Otros remedios caseros no son recomendables o incluso es preferible evitarlos, como pisar las orugas. Al destruirlas con el zapato, los pelos pueden quedar adheridos a la suela y luego llegar hasta nuestro hogar donde pueden estar al alcance de bebés o mascotas. Hay que tener siempre en cuenta que lo importante no es tanto matar la oruga como destruir sus pelos urticantes, que son los que representan un mayor peligro para los seres vivos, por lo que es siempre conveniente tomar el mayor número de precauciones posibles.