Hasta hace no mucho tiempo, en todas las casas había un termómetro de mercurio. No obstante, en la actualidad, se opta más por los termómetros digitales, aunque los de mercurio siguen siendo muy utilizados por muchas familias. Si eres de los que prefieren estos termómetros, pero no sabe muy bien cómo utilizarlo, este artículo te interesa.
Pero antes, debes saber que funcionan gracias al mercurio de su interior. Esta sustancia se dilata frente al calor, midiendo así la temperatura corporal con total precisión. Descubre cómo funciona y cómo interpretarlo.
Cómo funciona un termómetro de mercurio
Los termómetros de mercurio tienen unos números que indican la temperatura, la cual se mide mediante una línea muy delgada dibujada en el centro, que es la encargada de indicar el valor de la temperatura.
Lo recomendable es usarlo en la axila cuando hay indicios de fiebre, aunque se puede tomar la temperatura también en el recto y en la boca. Para comprobar si hay fiebre, solo tienes que poner el bulbo debajo de la lengua, en el recto o en la axila. Sigue estos pasos para usar de forma correcta un termómetro de mercurio:
- Limpia el bulbo, es decir, por la parte metálica del termómetro con un algodón impregnado en alcohol antiséptico. Esta es la parte que estará en contacto con tu cuerpo.
- Agita de forma enérgica el termómetro de mercurio cogiéndolo por el lado opuesto al bulbo. Así bajará cualquier residuo de mercurio que haya quedado y garantizarás que la temperatura indicada sea correcta.
- Coloca el termómetro en la axila con el bulbo justo en el centro. Deja el brazo en el regazo sin moverlo mientras dejas que suba el mercurio para comprobar si tienes fiebre.
- Espera unos cinco minutos que es lo que tarda el mercurio en subir para indicar la temperatura. Es importante cronometrar el tiempo para evitar retirarlo antes de tiempo.
- Baja el mercurio agitándolo de nuevo y guárdalo muy bien en su funda para que no se rompa, pues el mercurio es tóxico y el cristal del termómetro es muy frágil. Desinféctalo de nuevo con alcohol antes de guardarlo.
Cómo leer un termómetro de mercurio
Para saber interpretar un termómetro de mercurio, debes aprender a leerlo de forma correcta. Después de esperar los cinco minutos para que suba la temperatura, retira el termómetro y observa la línea central, pues ella es la que indicará la temperatura corporal y, por lo tanto, si tienes fiebre.
Quizás debas mover con suavidad el termómetro porque, según la posición, no se ve la línea de mercurio con claridad. Si la línea supera los 37 grados significa que tenemos fiebre, pero si no pasa más que unas décimas no tenemos por qué preocuparnos. Sin embargo, si la temperatura está cercana a los 40 grados, tendrás que acudir de inmediato al médico pues tendrá que medicarte para bajarla de inmediato antes de que se produzcan daños mayores.
Tipos de termómetro
Existe una gran variedad de termómetros donde la forma de leer la temperatura puede variar. Por lo general, suelen leerse de forma digital o analógica y algunos están diseñados para una zona del cuerpo específica.
Para saber si tienes fiebre, solo debes seguir las instrucciones de cada fabricante para usarlo de forma correcta. Aquí te mostramos los tipos de termómetros más utilizados en la actualidad.
Termómetro digital
Las pautas a seguir son las mismas que con un termómetro de mercurio, es decir, limpiarlo con alcohol antes y después de utilizarlo. Al encenderlo, debes verificar que en la pantalla aparezca el número 0 antes de ponerlo y podrás retirarlo una vez que emita unos pitidos. En la pantalla aparecerá indicada la temperatura corporal para saber si tienes fiebre.
Termómetro infrarrojo
Hace una lectura de la temperatura a través de los rayos que emite la piel, y son inocuos para la salud. Los hay para el oído y la frente y en ambos casos son rápidos, prácticos e higiénicos.
Termómetro de mercurio
Ya hemos explicado cómo funcionan estos termómetros, pero su uso está desaconsejado debido a los riesgos que supone para la salud. Sin embargo, hoy en día podemos encontrar termómetro de vidrio como los antiguos de mercurio, pero son analógicos y no poseen esta sustancia en su composición. De este modo, podrás usarlos de forma segura y el funcionamiento es el mismo que el de un termómetro de mercurio.
Termómetro de bebé
Para ellos, lo ideal son los termómetros de infrarrojos porque son más cómodos de usar y más rápidos. Aunque también existen termómetros chupete que, sin ninguna duda, son los que mejor podremos utilizar para saber si los más pequeños tienen fiebre. Eso sí, solo podrás usarlo mientras sea un bebé.
Qué hacer si se nos rompe un termómetro de mercurio
Es muy importante evitar cualquier tipo de contacto directo con la piel en caso de que se nos rompa un termómetro de mercurio. Lo primero que debes hacer es abrir la ventana y salir del cuarto, por lo menos, durante 15 minutos.
Ponte unos guantes de goma y utiliza un trozo de papel para juntar las bolitas de mercurio. Después, recógelas con la ayuda de una jeringa. Para asegurarte de que todo el mercurio está recogido, deja la habitación a oscuras e ilumina la zona donde se rompió el termómetro con una linterna. Si ves algo brillante, es posible que alguna bolita de mercurio haya quedado sin recoger.
Si el mercurio entra en contacto con superficies absorbentes, deshazte de todo metiéndolo en una bolsa de plástico y dejándolo en un punto de reciclado apropiado.