El agua destilada es agua purificada y sin ningún tipo de impurezas, por lo que está libre de microorganismos. Tiene muchas utilidades, como su uso en las planchas y electrodomésticos como humidificadores, y es muy fácil de hacer en casa.
Qué es el agua destilada y para qué sirve
El agua destilada se obtiene al hervir el agua y recoger el vapor de la condensación en un recipiente. Este tipo de agua se puede beber, aunque carece de sales minerales por lo que no debe hacerse por un tiempo demasiado prolongado.
Además de ser buena para el consumo, el agua destilada tiene otros usos. Sirve para llenar los humidificadores de los radiadores, para regar las plantas, o como agua para peceras. Si tenemos una huerta casera, regar con agua destilada es una excelente opción, ya que las frutas y verduras regadas con agua destilada estarán mucho más sabrosas.
Podemos encontrar destiladoras de agua para uso casero, pero también lo podemos hacer nosotros mismos en casa porque, aunque hay jarras capaces de destilar agua, no son fáciles de encontrar y tampoco son baratas, con lo que ahorramos un buen dinero si lo hacemos con nuestros propios recursos.
Cómo hacer agua destilada en casa
Existen varios tipos de destilación de agua, entre ellos la destilación simple, la destilación por presión atmosférica o la destilación por vapor. El más sencillo es el simple, el que se puede hacer fácilmente en casa.
Para obtener agua destilada necesitaremos lo siguiente:
- Una olla de acero inoxidable que tenga una capacidad mínima de 5 libros.
- Un recipiente de cristal para introducirlo encima de la rejilla y dentro de la olla.
- Una rejilla para introducir dentro de la olla.
- Una tapa para cubrir la olla.
- Cubitos de hielo.
- Unos guantes o manoplas de cocina.
- Botellas de cristal para poder conservar el agua destilada.
Para obtener agua destilada seguiremos los siguientes pasos:
- Llena la olla con agua del grifo. Importante no llenarla hasta arriba, para que no se desborde durante el proceso de destilado y porque vamos a introducir un recipiente de vidrio dentro de la olla.
- Introduce el recipiente de vidrio sin que se sumerja en el fondo. Podemos utilizar la rejilla para poner sobre ella el recipiente de cristal.
- Pon la olla en el fuego, calentando el agua a fuego medio teniendo cuidado de que no llegue a hervir. El agua se irá evaporando en contacto con el cristal por efecto de la condensación. Esto se consigue gracias al efecto frío-calor. Para conseguir este efecto, lo que tenemos que hacer es coger la tapa de la olla y darle la vuelta, colocando encima unos cuantos cubitos de hielo.
- Dejamos al fuego, y poco a poco el vapor irá subiendo hasta la tapa de la olla lentamente. Cuando el vapor choque con el frío de los hielos, se creará el efecto de condensación. Mientras la olla se sigue calentando, el vapor va subiendo y se convierte de nuevo en agua, debido a la condensación.
- Este agua irá cayendo en el recipiente de vidrio que hemos colocado dentro de la olla, y ya tendremos nuestra agua destilada y sin impurezas, que irá obteniéndose poco a poco, por lo que hay que esperar y tener paciencia. Debemos ir vigilando cómo se calienta el agua, levantando la tapa de la olla levemente, para comprobar si el recipiente de vidrio se está llenando correctamente y ver cuánta agua tenemos ya destilada en el recipiente.
- Si queremos más agua, debemos volver a tapar la olla y esperar a que la condensación del agua continúe. Debemos poner más hielo en la tapa cuando los cubitos que pusimos al principio se vayan acabando.
Una vez que ya tenemos toda el agua destilada que necesitamos, ya podemos apagar el fuego, retirar la olla y levantar la tapa. Para poder retirar el recipiente de vidrio, debemos ponernos unos guantes, para evitar quemarnos con el vapor que seguirá saliendo. Cuando hayamos retirado el recipiente de cristal, lo dejamos enfriar durante algún tiempo, y es conveniente taparlo para proteger el agua destilada.
Una vez que el agua esté ya a temperatura ambiente, la podemos almacenar en botellas de cristal, que es la forma de conservación más conveniente. Podemos dejar el agua a temperatura ambiente para regar las plantas o llenar los humidificadores de casa, o bien meter el agua en el frigorífico para nuestro consumo.
El agua destilada es muy útil para cuando tenemos un resfriado porque es agua totalmente purificada. Podemos hacer inhalaciones para despejar la nariz, o bien hacer infusiones. También podemos usarla para la cosmética, ya que al ser pura, tiene mejores propiedades limpiadoras, y es perfecta para elaborar mascarillas faciales de arcilla.