Según los datos de del panel de consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cada persona consume en España 14 kilos de carne de pollo al año, con un gasto de 56,5 euros. Y es que el pollo es como el cerdo, de este animal se aprovecha todo. Aunque, claro está, hay partes que gustan más que otras, así como más demandadas, más sanas, etc. Con las alitas no suele haber duda, tanto en la gastronomía española como en la internacional, nos encantan.
Es una pieza pequeña, con poca carne, pero jugosa, tierna y sabrosa. Se pueden tomar como aperitivo, entrante o acompañante. Al igual que el pollo, las alitas son muy versátiles en la cocina, ya que se pueden preparar de mil formas. Puedes freírlas, empanarlas, rebozarlas o, para que sean más saludables, se pueden cocinar al horno. De esta forma tendrán menos aceite y serán menos calóricas, además están deliciosas.
Una receta sencilla de alitas de pollo al horno
Una de las recetas de alitas de pollo al horno crujientes más sencillas es la que te proponemos a continuación. No necesitarás muchos ingredientes para su preparación y la fase de elaboración es de lo más cómoda y rápida.
Ingredientes
- 10-12 alitas de pollo
- ⅓ taza de harina
- 1 cucharada de pimentón ahumado
- 1 cucharadita de pimienta negra
- Media cucharadita de cayena molida
- Ajo majado en aceite de oliva
- Sal
Preparación de las alitas de pollo al horno crujientes
Las alitas de pollo las puedes comprar ya cortadas o cortar en casa por sus articulaciones. Lo primero que tendrás que hacer es precalentar el horno a 200 grados centígrados. A continuación, debes mezclar en un recipiente o en un bol la harina, el pimentón ahumado, la pimienta negra y la cayena molida.
A continuación, se maja en un mortero el aceite de oliva con el ajo y se vierte sobre la mezcla anterior de forma lenta y sin dejar de remover para que quede todo bien homogénea. Por último, se le agrega a esta mezcla sal al gusto.
El siguiente paso será introducir las alitas de pollo en una bolsa de plástico apta para uso alimentario, añadiendo luego la mezcla de ingredientes anteriores. Se cierra la bolsa y se mueve el contenido para que quede todo bien impregnado.
Luego se colocan las alitas de pollo en la bandeja del horno, cubierta con papel de hornear, y se introduce en el horno durante unos 30 minutos. Pasado este tiempo, se le da la vuelta a las alitas para hornear por completo y se dejan unos 15 minutos más en el interior del horno.
Por último, ya se pueden sacar las alitas y estarán listas para servir.
Cómo conseguir que las alitas de pollo estén crujientes
Preparar unas alitas de pollo al horno es muy sencillo. La única dificultad está, precisamente, en tratar de que queden crujientes. Para conseguirlo, se pueden poner en práctica una serie de soluciones.
Una de ellas es rociar las alitas de pollo con un poco de zumo de limón por encima antes de meterlas en el horno. Es uno de los trucos más habituales y con el que, a su vez, se consigue que se resalte más el sabor del pollo.
Otra opción es emplear sobre las alitas de pollo levadura de tipo Royal. Gracias a esta levadura, ni tan siquiera tendrías que pasar las alitas por la sartén para que estén más crujientes. También puedes rebozar las alitas en cereales y freírlas a fuego fuerte en la sartén.
Uno de los trucos más habituales para conseguir unas alitas de pollo crujientes es mezclarlas con maicena, levadura, sal y pimienta. Una vez rebozadas, se elimina el exceso y se deja solo una capa muy fina en la superficie. Si no lo haces, se corre el riesgo de que queden muy pastosas y se note demasiado el sabor de la harina.
Por cierto, si le echas salsa a las alitas lo mejor es agregarla al final para que, precisamente, queden más crujientes. Asimismo, es preferible cocinar las alitas en el horno primero a fuego medio-bajo para que la carne quede más jugosa y, una vez que estén doradas, subir el fuego al máximo para tostar la piel.
Cómo cortar y limpiar las alitas de pollo
Por lo general, las alitas de pollo se compran ya cortadas y listas para su preparación. Sin embargo, en otras ocasiones hay que cortarlas en casa. Pero antes, es necesario limpiarlas y eliminar con unas pinzas cualquier posible resto de pluma que puedan tener.
Una vez limpias, lo primero que debes hacer es separar el muslo de la parte del ala, a la que habrá que quitarle la punta. Las incisiones hay que realizarlas en los cartílagos que se hallan entre la parte del muslo y del ala. Se cortan con cuidado y poco a poco los tendones, evitando cortar el hueso para que no se astille y separando las piezas.
También se puede hacer un corte hasta llegar al hueso en la parte por donde sujetas el muslo, justo debajo del cartílago. Así se puede separar la carne más fácilmente del cartílago y retirar este. Luego, con un cuchillo afilado se desplaza la carne hacia la parte de abajo del muslo para liberar el hueso y que este quede a la vista.
Las alitas pueden quedar así o puedes seguir empujando la carne hasta dar la vuelta sin que se separe por completo del hueso, con lo que la piel en este caso queda por dentro. No obstante, si deseas que las alitas de pollo sean más crujientes lo mejor será dejar la piel por fuera.
En definitiva, preparar unas alitas de pollo al horno crujientes no es nada complicado. Lo único que habrá que tener en cuenta es la manera de conseguir esta textura crujiente y sabrosa. Una receta fácil de elaborar y que se puede hacer en una hora. Un plato ideal para toda la familia y que gusta tanto a niños como a mayores.