Los beneficios de bañarse en agua caliente son conocidos desde la antigüedad, y ya los egipcios, los griegos y los romanos practicaban la relajación mediante los baños, una experiencia terapéutica y calmante a la que la adición de espuma y/o sales de baño con determinados ingredientes puede añadir aún más beneficios.
Pero preparar un buen baño de burbujas es mucho más que sumergirse en agua con jabón, es una experiencia sensorial que puede resultar maravillosa si se prepara de la manera adecuada.
Preparar un baño de burbujas
Ya os indicamos cómo hacer un masaje relajante, ahora os vamos a indicar los trucos de cómo preparar un buen baño que permita la relajación, así como dormir bien con un sueño profundo.
Preparar un baño de burbujas puede ser algo tan simple como comprar los productos adecuados y añadirlos al agua de la bañera, ya que el mercado ofrece productos específicos variados. No obstante, también podemos tomarnos un rato para crear nuestros propios productos y así conseguir un baño personalizado y a nuestro gusto sin recurrir tanto a los químicos:
- Espuma de baño: es un elemento básico del baño de burbujas. Las hay específicas, aunque no son otra cosa que jabones con una elevada capacidad para crear espuma, y eso implica que se trata de jabones con muchos químicos. En caso de que se prefiera algo más natural se puede usar un jabón poco espumoso (o ninguno) y conseguir las burbujas con bombas de sales de baño, por ejemplo. En todo caso, el efecto de la espuma se puede potenciar con el añadido de una clara de huevo, que ayuda a mantener las burbujas.
- Sales de baño: se trata de un tipo de sustancias que se parecen a la sal común pero que incorporan otras sustancias, como el magnesio o la glicerina y que tienen distintas acciones sobre la piel durante el baño, entre ellas la que hacerla menos permeable y permitir baños más prolongados, además de propiedades antisépticas, exfoliantes y astringentes. Actualmente estas sales pueden encontrarse a la venta tanto en formato de sal como unidas en bombas de agua, es decir, comprimidas en objetos sólidos que, al entrar en contacto con el agua, entran en efervescencia y provocan un burbujeo notable. También se pueden adquirir kits y moldes para crear nuestras propias bombas efervescentes en tiendas online como granvelada.com.
- Aceites esenciales: aceites que contienen la esencia de distintas plantas y que resultan beneficiosos para el organismo. Añadir alguno al agua del baño puede ayudarnos a relajarnos, aliviar tensiones o dolores variados y, además, conferirá al baño un aroma maravilloso.
Otro elemento que podemos añadir al agua de nuestro baño es la miel, que aporta propiedades humectantes y contribuye a una mayor hidratación de nuestro organismo. En todo caso, a continuación, os presentamos las instrucciones para un baño de burbujas perfecto para aquellos días en que llegáis a casa rendidos:
Ingredientes
- Media taza de aceite de almendras
- Dos cucharadas soperas de miel
- 1 clara de huevo
- Media taza de jabón de Marsella
- Una cucharada de postre de aceite esencial de romero
Aunque la miel y la clara de huevo aportan propiedades muy específicas a la mezcla, en caso de que seáis veganos y no podáis usar este tipo de productos de origen animal podéis optar por hacer los siguientes cambios en la lista de ingredientes:
- Jabón de Castilla (con aceite de oliva) en lugar de jabón de Marsella. Si no encontráis jabón de Castilla, podéis optar por usar un lavavajillas suave con PH neutro o algún tipo de champú de bebés con base vegetal.
- En lugar de la miel y el huevo, una cucharada de azúcar blanco y dos cucharadas de glicerina vegetal.
Pasos a seguir
El jabón de Marsella es muy bueno para la piel, pero no hace mucha espuma, por lo que hay que empezar por crear una espuma de baño casera mezclando en un recipiente la clara de huevo, el jabón de Marsella, la miel y los aceites. Esta mezcla debe introducirse en un tarro que tenga un cierre hermético (es muy importante para que dé buen resultado) y dejar este tarro dentro del refrigerador durante un par de horas mínimo antes de usar la mezcla. Como probablemente el jabón espumoso resultante te sirva para varios usos, recuerda devolver el tarro, bien cerrado, a la nevera cada vez que lo uses.
Si has usado glicerina en lugar de clara de huevo, deberás agitar bien el recipiente cada vez que lo uses, pero no hará falta mantenerlo refrigerado. Para disfrutar de un baño relajante, bastará con llenar la bañera con agua caliente y añadir la mezcla al agua. Cuando ya estés dentro, agita bien la mezcla para que se formen burbujas, y ya tienes un refrescante y maravilloso baño de espuma listo.
Aviso para principiantes: el baño de espuma que proponemos siempre tendrá menos burbujas que uno creado con una bomba de sales de baño o con espuma de baño industrial (y aún será menos burbujeante si optáis por la versión vegana), pero los efectos de prescindir de los químicos son siempre beneficiosos.