El juego del solitario, es uno de los juegos de mesa más populares. Tal como indica su nombre, es para ser jugado por una sola persona. Para jugar al solitario se pueden utilizar diferentes clases de barajas, tanto la baraja española como la de póker. Del solitario podemos decir que existen diferentes variedades, lo que permitirá que tengamos a nuestra disposición un gran número de propuestas de entretenimiento a nuestra disposición.
Si te gustan las habilidades con las cartas te recordamos el artículo que escribimos sobre cómo aprender a hacer trucos de magia con barajas. Ahora vamos a jugar con estos naipes en solitario.
Sus reglas son muy sencillas y puede ser jugado por cualquier clase de persona. Incluso los niños de 8 o 10 años podrán jugarlo porque les resultará muy sencillo.
Un poco de historia sobre el solitario de cartas
No se trata de un juego nuevo, se lleva jugando desde hace cientos de años. Se dice que el juego del solitario nace de forma paralela a la creación de los naipes. Lo que no se sabe es ni quién, ni cuándo se inventó. Se dice que el origen de este juego se remonta al siglo XVIII y que en cada país que tenía presencia, contaba con un nombre diferente. Según se cuenta, en las tradiciones escandinavas, se jugaba al solitario no como entretenimiento sino como forma para predecir el futuro.
Hay muchas teorías acerca del juego solitario y una de ellas es que fue inventado por un aristócrata francés que estuvo encerrado en la prisión de la Bastilla. Esto se cree que fue así porque muchas de las instrucciones del juego se encontraban escritas en francés. Además, el juego utiliza un gran número de palabras que cuentan con una marcada etimología francesa. Al juego del solitario se le conoce como Éxito, Kabal o Cabala o "Paciencia", siendo esta última palabra la que mejor describe al juego, porque a veces se necesita para jugarlo.
Cuál es el objetivo del juego
El principal objetivo del juego es el de conseguir ordenar las cartas según el palo o su numeración, de manera ascendente. Antes de comenzar se deben organizar las cartas en siete columnas y el resto se colocan en la esquina superior boca abajo. Para jugar al solitario, las cartas se irán colocando de una forma específica. La primera se coloca boca arriba y las otras seis a mano izquierda boca abajo. Después iremos a la segunda columna y colocaremos una carta boca arriba y las otras cinco cartas boca abajo. Seguiremos hasta que en la séptima columna solo colocaremos una carta boca arriba.
El objetivo es colocar las cartas en las columnas inferiores, siempre de manera descendente y alternando los colores de rojo a negro o los diferentes palos (corazón, diamantes, picas y tréboles o copas, oros, espadas y bastos). El orden de las cartas en forma descendente es K, Q, J, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3 y 2. También puede ser Rey, caballo, sota, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y As. Si llegamos a un momento en el que no tenemos movimientos disponibles, podemos utilizar las cartas de la pila de cartas que está boca abajo. Si se puede usar la carta, la acomodaremos y podremos utilizar la próxima. En caso de las cartas que no se han utilizado, se colocarán en una pila de descarte boca abajo.
Otra característica especial de este juego es que podremos ir moviendo las cartas de las diferentes columnas. De esta forma podremos ir descubriendo las cartas que se encuentran boca abajo. Si la carta que vamos a usar tiene otras encima, tendremos que moverlas juntas, de una columna a otra.
En caso de que quede algún espacio de una columna queda disponible, solamente podremos llenarlo con una K o con un Rey. De lo contrario no se podrá comenzar ninguna columna. Por otro lado, cuando se tiene un As, se puede colocar fuera, normalmente en la esquina superior derecha. Es sobre esta carta sobre la que iremos colocando cartas del mismo palo o símbolo de manera ascendente: A, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, J, Q y K. En este caso, las cartas que movamos a esta pila tienen que estar libres y no deben contar con cartas encima.
Jugar al solitario no es eterno y tiene su fin, o bien nos quedamos atascados y no podemos avanzar o conseguimos colocar todas las columnas con las cartas. El juego llega a su fin cuando se consiguen sacar todas las cartas de las columnas y colocarlas en la pila que corresponda a cada símbolo. Debemos tener muy en cuenta que no siempre podremos ordenar todas las cartas, por eso, la "Paciencia" que hay que tener al volver a comenzar el juego de nuevo. Cuanto más practiquemos, más experiencia iremos adquiriendo y más fácil nos resultará acabar el solitario, aunque para ello también intervienen otros factores como la suerte.
El juego termina cuando logras sacar todas tus cartas de las columnas y colocarlas en la pila correspondiente al símbolo. Debes tener en cuenta de que no en todos los juegos lograrás ordenarlas todas. De ahí la "paciencia" que se debe tener para volver a comenzar. Entre más practiques más oportunidades tendrás de completar todo el juego en una sola mano.