En España estamos en pleno verano y con temperaturas muy altas así que a todos nos apetece poder escaparnos a la playa o la piscina. Durante el verano castigamos bastante nuestra ropa de baño, la sometemos a continuos cambios de temperatura, distintas aguas… El resultado: pierde color, forma y las gomas se deshacen como si fueran mantequilla. ¿Sabías que si cuidas bien tu traje de baño puede durarte varias temporadas?
En este artículo, te mostramos cómo lavar un bañador o un bikini de tal forma que siempre esté listo para lucirlo en su máximo esplendor. Nunca más tirarás a la basura antes de tiempo tu bañador de piscina, lo que te supondrá un gran ahorro a la larga. ¡Te lo garantizamos! ¿Estás preparado o preparada? ¡Toma nota que empezamos!
1. El truco de la sal y el vinagre
Antes de estrenar tu bikini, es decir, cuando sale de la tienda, tienes que ponerlo en remojo en agua con sal y un poco de vinagre. ¿Qué hacemos con esto? Fijar los colores. Esto lo hacemos para prevenir, sobre todo si tiene estampados en distintos tonos.
Créenos, es importantísimo que haga esto si no quieres llevar un bañador de piscina desteñido a todas partes, o peor aún que tengas que tirarlo a la primera de cambio porque han quedado totalmente mezclados los colores.
2. Lavar siempre después de usar
¿A qué adivinamos tu rutina para lavar un bikini o un bañador? Te pasas toda la mañana en la playa, entre agua de mar y arena salada… Más tarde, te metes directamente en la piscina con su cloro correspondiente, y cuando sales vas rápido a la ducha para aclarar tu cuerpo y tu traje de baño, ¿verdad?
¿Te crees que es suficiente? La respuesta es ¡no! Después de cada uso es imprescindible lavar tu traje de baño con jabón neutro. De esta manera quitamos la sal y el cloro. Para aclarar tan solo es necesario utilizar abundante agua templada.
3. ¿Y cuándo va a la lavadora?
¡Atención! No es necesario que metas tu traje de baño o bañador de piscina todos los días en la lavadora. Una vez por semana es suficiente, siempre y cuando lo hayas lavado después de cada uso con un poco de jabón neutro. Este lavado en lavadora se hace para eliminar la suciedad más a fondo.
Eso sí, para lavarlo necesitarás una bolsa de algodón, si no tienes puedes usar una funda de almohada. También es conveniente que utilices un programa para prendas delicadas.
4. Cuidado al escurrir el traje de baño
¿Eres de esas personas que retuerce el bañador después de lavarlo? Pues, estás haciendo mal esta práctica, puesto que al escurrirlo pierde su forma y su elasticidad. Lo mejor que puedes hacer es colocarlo entre dos toallas secas para que absorban toda la humedad.
No obstante, puedes dejarlo secar sin escurrir. De todos modos, es una prenda preparada para estar en continuo remojo, ¿no crees? Ten paciencia y se secará por completo sin perder ni un ápice de su elasticidad.
5. Cuidado con el sol
Lo habitual es dejar secar al sol el traje de baño, el problema es que cuando lo recojas estará totalmente acartonado y habrá envejecido años en unas pocas horas. Por eso lo mejor es que lo dejes secando a la sombra y con el estampado hacia dentro.
Evita ponerle pinzas, puesto que en este tejido es muy fácil que se queden las marcas, y esto no es lo que queremos, ¿verdad? Eso sí, asegúrate de que cuando recojas el bañador esté totalmente seco, si no es así podrían concentrarse malos olores, incluso podrían existir hongos o microbios.
6. Dale un respiro a tu traje de baño
Sabemos que ese traje de baño que te has comprado este año es tu preferido, pero eso no es excusa para darle la tralla que le estás dando. Lo mejor que puedes hacer es tener siempre uno de repuesto. Esto hará que tu traje de baño recupere su forma original al estar en estado de reposo.
Sobre todo, tienes que tomártelo en serio cuando tu bañador es de lycra, es un material que necesita reposo de vez en cuando.
7. Prevenir, mejor que curar
Esto que vamos a explicarte ahora es pura lógica. Cuanto menos uses tu traje de baño, menos vas a estropearlo. Lógicamente póntelo siempre que quieras lucirlo. Pero a la hora de ir a un parque de atracciones, o un parque acuático, lo mejor es que no te pongas tu preferido, o la exposición al sol causará estragos.
En estos casos, podrías rebuscar entre tus modelos viejos, aquel que sea 100% poliéster, ya que este tejido tiene mayor resistencia que los de lycra.
8. La plancha está prohibida
¿Alguna vez te has planteado planchar tu traje de baño? Pues, sácalo de la cabeza. El bañador no se plancha, los materiales con los que están fabricados no están preparados para un golpe de calor tan directo. Así que, ni te lo plantees por muy arrugado que puedas estar. ¡Quedas advertido o advertida! Luego no digas que no te avisamos.
9. Guárdalo bien a final de temporada
Otra cosa importantísima para conservar correctamente tu traje de baño es guardarlo como se merece. Dale un lavado en la lavadora con un programa de prendas delicadas, déjalo secar al aire libre y lejos del sol y guárdalo en una bolsa de tela dentro de una caja en un entorno poco húmedo.
Intenta que no esté en contacto con otras prendas, es decir, que no esté muy apretado. ¡Déjalo respirar! Verás como tu traje de baño está intacto para el año que viene.