Al igual que ocurre con algunas de nuestras prendas de ropa, los textiles del hogar pueden comenzar a dañarse a medida que pasa el tiempo, haciendo que así pierdan su resistencia o suavidad. Por este motivo, es imprescindible saber cómo lavar las toallas para que queden suaves, esponjosas y con un buen olor.
Este textil, que es imprescindible para el baño, se encuentra compuesto de manera permanente a la humedad y a los cambios de temperatura, lo que hace que se originen daños en ellas con mayor frecuencia. Además, el propio hecho de que se utilice con gran frecuencia, implica que sea uno de los textiles del hogar que hay que lavar más a menudo. Este hecho hace que las toallas pierdan calidad y suavidad, haciéndose incluso ásperas al tacto. Por ello, conviene conocer algunos aspectos clave para que se mantengan en las mejores condiciones.
¿Cada cuánto tiempo se deben lavar las toallas?
Antes de explicarte con detalle cómo lavar las toallas para que queden suaves, esponjosas y con un buen olor, debes conocer cada cuánto debes hacerlo. Según los expertos, no debe pasar más de una semana sin lavar este tipo de textiles, además de ser aconsejable que, tras ser utilizadas, se cuelguen en un lugar ventilado para evitar que conserven la humedad.
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Hay quienes optan por lavar las toallas cada 2-3 días, lo que lejos de ser una buena opción, lo que provoca es que puedan llegar a perder su eficacia. Sin embargo, sí que es posible utilizarlas hasta una semana.
Cómo lavar las toallas paso a paso
Para conservarlas en el mejor estado posible y que mantengan su calidad y eficacia, las toallas deben lavarse siguiendo estas instrucciones:
- Antes de introducirla en la lavadora: introduce las toallas en un barreño con agua fría y vierte un poco de vinagre y limón en ella, dejando que la mezcla actúe durante una hora para que queden más suaves.
- Enjuaga: ahora llega el momento de enjuagar las toallas con agua fría, de manera que se realiza un prelavado sencillo que hará que no queden tan ásperas al tacto tras su paso por la lavadora.
- Utiliza una cantidad pequeña de detergente: debes añadir una pequeña cantidad de detergente para conseguir que las toallas queden bien limpias y suaves al mismo tiempo. Además, debes evitar el uso de suavizante, ya que no ayudará a que las toallas queden más esponjosas. Si lo usas, hazlo en una cantidad pequeña y tras haberlas lavado con anterioridad en al menos tres o cuatro ocasiones.
- No sobrecargues la lavadora: si llenas la lavadora al máximo, las toallas no se limpiarán bien al no tener suficiente espacio. Además, es aconsejable utilizar programas de lavado fríos para un mejor resultado final.
Una vez conocidos los pasos para poder conseguir unas toallas perfectas, es necesario insistir en la necesidad de elegir un adecuado programa de lavado, que dependerá del tipo de tejido. En la gran mayoría de los casos, estos textiles del hogar se encuentran fabricados en algodón, por lo que si son de color blanco habrá que lavarlas a 60 grados centígrados para evitar que se vuelvan amarillas, mientras que si son oscuras deberás hacer lo propio a 40 grados centígrados para que no destiñan.
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Si, por el contrario, las toallas están fabricadas con un tejido más delicado, lo más indicado será optar por un programa corto y agua fría, si bien en todo caso hay que fijarse en la etiqueta de las toallas, en las que el fabricante nos indica la temperatura recomendada para el lavado.
Cómo suavizar y secar las toallas de manera sencilla
Siguiendo los pasos mencionados podrás deshacerte de todas las manchas de las toallas y conseguir que queden perfectas, pero si quieres que además estén más suaves y esponjosas, existe una manera muy sencilla de conseguirlo, y es recurriendo al uso de bicarbonato de sodio.
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Para utilizar este producto tan habitual en nuestros hogares, solo debes introducir las toallas en la lavadora y añadir un par de cucharadas de bicarbonato de sodio al agua del aclarado, una acción con la que además conseguirás desinfectarla y acabar con las manchas más resistentes.
Asimismo, para potenciar su efecto, añade un chorro de vinagre blanco de limpieza, que gracias a sus propiedades hará que las toallas queden aún más suaves. Si optas por utilizarlo, solo tendrás que agregar el bicarbonato y un chorro de vinagre a la carga con agua caliente e iniciar el lavado, para luego volver a llenar con agua caliente y verter el bicarbonato. Tras finalizar el ciclo, se deben secar las toallas para que queden perfectas.
Una vez conocido cómo lavar las toallas, conviene recordar que para que queden lo más suaves posible, lo ideal es secarlas en una secadora y a una temperatura baja. Sin embargo, si no se dispone de una o se quiere ahorrar en la factura de la electricidad, una alternativa es tenderlas al aire libre y sacudirlas bien para deshacerse del exceso de humedad.
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De igual modo, conviene recordar que no se deben colocar sobre el radiador, ya que hará que aparezca humedad en la estancia del hogar. Además, se puede aplicar un sencillo truco para que si se lavan varias toallas estas no se peguen por completo y se laven adecuadamente, que consiste en introducir unas pelotas de tenis o pádel en el tambor.