Como cada año en España, el frío ha llegado de repente, y es el momento de tener a punto cualquier sistema de calefacción que tengas en casa para conseguir una temperatura más confortable. Si tienes chimenea, puesto que pronto empezarás a utilizarla, es fundamental que primero compruebes su estado. Pero, ¿sabes cómo limpiar una chimenea?
La limpieza de una chimenea nos es para nada complicada, pero es muy importante hacerlo, pues de eso dependerá que la combustión y salida de humos se realicen de forma correcta y segura. ¡Descubre a continuación los mejores trucos para limpiar una chimenea!
Pasos para limpiar una chimenea
Existen distintos métodos para limpiar una chimenea y disfrutar del calor agradable que desprenden sin ningún riesgo. Por ello, vamos a explicar a lo largo de este artículo cómo hacerlo de forma efectiva, así como también ofreceremos algunos trucos para obtener unos resultados relucientes tanto por dentro, como por fuera.
El principal objetivo a la hora de proceder con la limpieza de una chimeneas de leña es conseguir desprender del tubo extractor y de las paredes todo el hollín que va quedando adherido con el uso más o menos frecuente y con el paso del tiempo.
Hay a tu disposición deshollinadores profesionales que harán este trabajo con seguridad y rapidez. Así pues, recomendamos su ayuda es caso de que tu chimenea sea antigua, no la hayas utilizado en años, o esté realmente sucia. No obstante, en el resto de los casos podrás retirar tú mismo el hollín siguiendo los trucos para limpiar una chimenea que te contamos más abajo.
De momento, vamos a comenzar con los pasos que debes seguir para limpiar una chimenea de forma mecánica. Pero antes de nada, necesitarás un buen cepillo de púas, ligero y resistente. Esta clase de cepillos limpiachimeneas suelen llevar una varilla o una guía extensible y flexible para poder introducirlo con facilidad dentro del tubo extractor para limpiarlo en profundidad.
Cuando estés preparado, los pasos a seguir para proceder a la limpieza de una chimenea son los siguientes:
- Comenzamos cubriendo con plásticos o cartones las zonas próximas a la chimenea, ya que durante el proceso de limpieza el hollín se dispersará y podría caer sobre el suelo y los muebles cercanos.
- También es conveniente que te pongas unas gafas protectoras para que tus ojos estén a salvo, y una mascarilla para evitar inhalar los restos de ceniza mientras limpias. Del mismo modo, y por razones obvias, el uso de guantes es muy aconsejable.
- Por supuesto, asegúrate de que la chimenea esté totalmente fría antes de empezar.
- La limpieza de una chimenea debe comenzar por deshollinar el tubo. Para ello, introduce el cepillo especial en su interior y raspa muy bien para desprender el hollín. Este es el mejor método, pues el cepillo no dañará los ladrillos refractarios de la chimenea, pero es bastante eficaz para eliminar cenizas y otros restos, como resinas y creosota.
- Una vez que el tubo esté completamente limpio, es el turno de pasar el cepillo por las paredes y el fondo del lugar de combustión de la chimenea.
- Por último, solo tendrás que recoger todo el hollín y la suciedad desprendida con una pequeña pala y un cepillo de chimenea. También puedes utilizar un aspirador.
- En caso de que tu chimenea tenga puerta de cristal, lo mejor es usar unas hojas arrugadas de periódico en seco para desprender los restos de hollín. ¡Quedará impoluta!
Trucos para limpiar una chimenea
Lo ideal es dejar la chimenea impecable antes del siguiente uso, y además del método que acabamos de contarte, tienes a tu disposición distintos productos en el mercado para hacerlo de forma sencilla.
Por ejemplo, un limpiador específico de chimeneas resulta muy útil para llevar a cabo la limpieza periódica que debes hacerle cada 15 días o un mes durante toda la temporada. Es decir, para la limpieza de mantenimiento.
Es lo que se llama limpieza química, y los productos más comunes para ello son las bolsas limpiadoras de chimeneas y los leños deshollinadores. Pero recuerda, debes respetar siempre las indicaciones del fabricante. En este caso, sí debe estar la chimenea encendida, y debes seguir los siguientes pasos:
- En primer lugar, enciende la chimenea y deja que se caliente durante 30 minutos más o menos, ya que así el producto desprenderá con más facilidad el hollín.
- Después de ese tiempo, coloca el tronco con su envoltorio o la bolsa encima del fuego y deja que arda por completo, pues mientras se consume, irá realizando la labor de limpieza.
- Espera hasta que el fuego se consuma totalmente y a que la chimenea esté bien fría para retirar las cenizas y los restos de suciedad que han caído en su interior.
Otros métodos para la limpieza de una chimenea
También puedes limpiar una chimenea de forma casera. De hecho, hay algunos trucos para limpiar una chimenea que podrían venirte bien para la limpieza de mantenimiento. Por ejemplo, para quitar las manchas persistentes de los ladrillos puedes hacer esto:
- Moja el cepillo de limpiar chimeneas en una solución con medio litro de agua y dos cucharadas de vinagre.
- Frota durante unos minutos y las manchas negras persistentes que no se han borrado de ninguna manera se quitarán como por arte de magia.
- El bicarbonato de sodio será otro gran aliado para la limpieza de una chimenea. Para utilizarlo, mezcla una cucharada con un poco de agua hasta obtener una pasta. Después, extiéndela sobre la mancha y deja actuar unos minutos antes de retirar con la ayuda de un paño húmedo.
- Por último, si tu chimenea es de cassette y quieres que el cristal quede perfecto, además del periódico puedes utilizar el mismo producto que usas para limpiar el horno. Aplícalo y deja que actúe unos 10 minutos, retira con una esponja ligeramente humedecida y seca el cristal para dejarlo limpio y brillante.