No importa si los recolectaste tú mismo por España o los compraste en el mercado, pero antes de cocinarlos, tendrás que limpiar níscalos. Tanto si los quieres para cocinarlos a la plancha como en un delicioso guiso, debes limpiarlos antes de procesarlos.
La limpieza de los níscalos puede resultar tediosa y te llevará bastante tiempo, pues suelen estar llenos de arena y otros restos de suciedad. Además, esta se puede acumular debajo del sombrero de los níscalos, y dado que son tan delicados, debes limpiarlos con sumo cuidado. ¿Quieres saber cómo limpiar níscalos de forma fácil? ¡Acompáñanos!
Importancia de limpiar níscalos
Limpiar todos los níscalos de forma convencional te llevará una eternidad. Y es que entre las láminas tendrán tierra que podría llevarte horas eliminar, por lo que es probable que termines con más recortes que níscalos.
Los hongos que recojas tú mismo en el bosque están totalmente al natural, por lo que es muy importante limpiarlos a fondo. Sin embargo, los rovellones del supermercado están más limpios, aunque conviene limpiarlos previamente a su consumo para eliminar cualquier resto de suciedad.
Pero, ¿cuál es la mejor opción para limpiar níscalos de forma fácil? A continuación, te mostramos cómo hacerlo de manera rápida y sencilla, así como distintas formas de limpiar níscalos. ¡Toma nota!
Cómo limpiar níscalos de forma fácil y correcta
Los níscalos frescos son muy delicados, por lo que debes seguir los consejos para limpiar níscalos que te ofrecemos a continuación al pie de la letra. Y mejor que no los limpies con agua, de lo contrario, los níscalos absorberían demasiado líquido y se tornarán esponjosos.
Además, demasiada agua les hará perder gran parte de su sabor. Por eso, lo mejor será que sigas nuestras indicaciones para limpiar níscalos de forma fácil.
Limpiar níscalos paso a paso
Si sabes cómo hacerlo, limpiar níscalos es realmente fácil. Pero recuerda, debes hacerlo con cuidado para eliminar la tierra depositada en las láminas. Procede haciendo lo siguiente:
- Primero, retira la suciedad más grande con un cepillo para hongos, papel absorbente o un paño de cocina.
- A continuación, corta los extremos del tallo con la ayuda de un cuchillo afilado.
- Por último, corta también las zonas secas o magulladas.
Limpiar níscalos con el truco de la harina
Si usas el truco de la harina podrás limpiar níscalos de forma fácil y muy rápida. Para ello, corta primero los tallos, coloca los níscalos en un bol grande y mézclalos con harina convencional.
También puedes introducirlos en una bolsa hermética para congelar y espolvorear un par de cucharadas de harina sobre los níscalos. Después, cierra la bolsa y agítala muy bien para que todos los níscalos queden cubiertos de harina.
La principal ventaja de este método es que la arena quedará adherida a la harina y no será necesario limpiar todos los níscalos de forma individual. Solo tendrás que enjuagarlos después con la ayuda de un colador bajo el grifo del agua.
Evita poner el grifo demasiado fuerte para no dañar los níscalos, y es muy importante que los seques con papel de cocina con cuidado de no romperlos. Mientras lo haces, comprueba que estén todos completamente limpios.
Para terminar, raspa las áreas sucias con un cuchillo superficialmente y corta las áreas secas.
Realmente puedes ahorrar mucho tiempo y esfuerzo con este truco, ya que es el más rápido y eficaz que se conoce. No obstante, hay distintas formas de limpiar níscalos con este método, por ejemplo, si no has obtenido el éxito que esperabas, remoja ligeramente los níscalos con agua y espolvoréalos después con harina.
No obstante, los níscalos quedarán tan limpios a la primera que no tendrás que mojarlos dos veces. En cualquier caso, puesto que han estado en contacto con la harina, debes limpiar níscalos antes de prepararlos.
Otras formas de limpiar níscalos para conservarlos
Con el método de la harina no necesitarás nada más, pero existen otras formas de limpiar níscalos que no queremos dejar de contarte. Recuerda que puedes limpiar níscalos individualmente con un cepillo de cocina para desincrustar toda la suciedad y las impurezas de los hongos. Para ello, colócalos sobre un paño de cocina y limpia cada uno de forma individual.
En caso de que no tengas un cepillo a mano, puedes frotar los níscalos con papel absorbente o un paño de cocina con mucho cuidado. No obstante, si la cantidad es muy elevada, mejor utiliza el método de la harina. Y antes de terminar, te contamos cómo conservar los níscalos una vez limpios.
Almacenar y congelar níscalos
A pesar de que los níscalos frescos se conservan aproximadamente tres o cuatro días en el frigorífico, te recomendamos utilizarlos el mismo día que los cogiste o compraste. Sin embargo, puedes almacenarlos de varias formas distintas y tenerlos disponibles durante todo el año.
Por ejemplo, puedes congelar los rovellones, pero debes blanquearlos de antemano. Si los congelas crudos, existe el riesgo de que tengan un sabor amargo después de descongelarlos. Después, para cocinarlos, solo tienes que ponerlos directamente en una olla o sartén todavía congelados en lugar de dejar que se descongelen a temperatura ambiente, pues retendrán su aroma y no se ablandarán.
En cualquier caso, la mejor forma de conservar los níscalos congelados es cocinarlos antes de congelarlos, así no perderán su textura. También puedes conservar los níscalos encurtidos o deshidratados.
Antes de terminar, queremos recordarte que la temporada de los níscalos es entre septiembre y octubre. Este hongo silvestre no se puede cultivar, por lo que no tendrás más remedio que comprarlos o recolectarlos tú mismo. Pero si lo haces, no excedas los dos kilogramos por persona, y utiliza una de estas formas de limpiar níscalos.
Y por supuesto, mucho cuidado con confundir este hongo con el falso níscalo, de sabor bastante desagradable, así que si no eres un experto, consulta con uno antes de consumir los hongos.