El suelo porcelánico es un tipo de revestimiento para suelos que cuenta con una gran aceptación. Esto se debe no solo a su atractivo aspecto, sino también a que requiere poco esfuerzo para su limpieza. Este material es muy poco poroso, lo que hace que, al limpiarlo, recupere casi todo su brillo original.
Al limpiar el suelo porcelánico, es importante tener en cuenta dos factores clave:
- La primera tras la instalación del suelo
- La limpieza y el mantenimiento periódico
La primera limpieza tras la instalación del suelo porcelánico
Una vez instalado el suelo porcelánico, es posible que aparezcan manchas que afecten su color original, como restos de cal, cemento o mortero. Es crucial eliminar estas manchas a tiempo para evitar que se incrusten y resulten más difíciles de quitar.
Para limpiarlas, solo necesitarás agua templada y una fregona. No es necesario usar productos químicos ni ácidos, y se desaconseja el uso de amoniaco. Tampoco debes raspar las manchas con objetos metálicos, ya que podrías dañar el suelo. Para limpiar la suciedad de las juntas, un cepillo de dientes es una herramienta eficaz.
Después de esta primera limpieza, realiza una segunda pasada utilizando una pequeña cantidad de un producto de limpieza específico recomendado por el fabricante y un cepillo de cerdas suaves. Posteriormente, vuelve a fregar con agua para aclarar y deja que se seque.
Si tienes un suelo porcelánico que imita la madera, evita el uso de ceras y barnices para su limpieza. Tras la instalación, es recomendable utilizar un producto específico para este tipo de suelo.
Limpieza y mantenimiento del suelo porcelánico
Limpiar el suelo porcelánico es una tarea muy sencilla. Por ejemplo, para retirar el polvo, basta con pasar una mopa seca. Sin embargo, en ocasiones será necesario realizar una limpieza más profunda.
Para una limpieza más a fondo, primero barre con un cepillo de cerdas suaves o utiliza un aspirador. Luego, friega el suelo con agua y jabón de pH neutro, usando una proporción de una parte de jabón por cada tres de agua. Asegúrate de aclarar bien en una segunda pasada, escurriendo la fregona lo máximo posible.
Para las manchas persistentes, una solución de vinagre de manzana es muy efectiva. Añade un poco de vinagre al agua de fregar; la acidez del vinagre eliminará la suciedad sin dañar la superficie del suelo. Si usas este método, ventila bien el área para disipar el olor.
Para limpiar las juntas de las baldosas, mezcla tres partes de agua con una de potasa y frota las juntas con un cepillo de dientes. Aclara bien con abundante agua y seca con un trapo limpio.
Evita siempre el uso de productos abrasivos, raspadores u objetos metálicos, ya que pueden dañar la superficie. Para la limpieza periódica, utiliza abundante agua y un producto específico recomendado.
Si el suelo porcelánico es rugoso, comienza aspirándolo bien para eliminar el polvo. Una vez seco, aplica el producto específico con una brocha gruesa y ancha, y deja que se seque completamente. Para este tipo de suelo, también es útil usar una fregona de microfibra de 160 gramos, que absorbe mejor la suciedad.
¿Por qué quedan marcas de suciedad en el suelo porcelánico?
A pesar de que limpiar el suelo porcelánico es sencillo, hay ocasiones en las que podrás apreciar que se quedan manchas persistentes de suciedad sobre la superficie. Si se da este caso, podría estar ocurriendo lo siguiente:
- No estás utilizando productos específicos de limpieza para este tipo de suelo
- Estas usando poca o demasiada cantidad a la hora de mezclar el producto con agua limpia para lavar
- No cambias con la suficiente frecuencia el agua con la que lavas el suelo
Para garantizar que no queden manchas en el suelo porcelánico, es preferible utilizar un producto neutro y con bioalcohol. En la etiqueta de este producto viene especificada la cantidad que se necesita aplicar en el agua. Debes añadir la cantidad exacta, independientemente del grado de suciedad que haya.
En el momento en el que aprecies que el agua para lavar está sucia, debes tirarla y reemplazarla por agua limpia. De lo contrario, es evidente que la suciedad del agua volverá a pasar al suelo por medio de la fregona.
En definitiva, limpiar el suelo porcelánico es una tarea sencilla. Lo tendrás que hacer una vez lo hayan instalado y luego de forma ya regular y periódica. Utilizando los productos adecuados, lo dejarás casi tan brillante como el primer día. De hecho, no requiere de mucho mantenimiento, pero sí de un cuidado especial para no dañar la superficie al emplear la fregona, la mopa o cualquier otro objeto de limpieza.