Uno de los motivos que provocan la disminución del deseo sexual es la monotonía. Hacer siempre las mismas posiciones sexuales pueden acabar no solo por aburrir sino reducir la libido que debería haber entre los dos. Variar las posturas para hacer el amor es algo que toda pareja debería tener muy en cuenta.
Hay muchas variantes a las posturas más tradicionales, las cuales pueden ser muy placenteras. Con ellas se puede conseguir un orgasmo fácilmente y permiten aumentar la pasión en la cama entre los dos.
Posturas para hacer el amor que pueden ayudar
Por ejemplo, podemos pensar en posturas para hacer el amor de pie y muchas otras para disfrutar de la sexualidad. Si nunca se ha hecho, se puede probar y descubrir que hay placer más allá de las posturas de siempre.
Cuando tienes la menstruación hacer sexo con la posición correcta nos ayudará a que sea más placentero el acto. Una de ellas es la postura de la esfinge, donde la mujer está tumbada boca abajo con una pierna doblada. Se debe apoyar sobre los antebrazos y el hombre encima de ella dejará caer su peso sobre los brazos tendidos.
Otra de las posturas diferentes es la que se conoce como el molde. Los dos se recuestan de lado y los glúteos de la mujer se ponen contra el vientre del nombre. Éste la penetra suavemente con la ventaja de tener las manos libres para acariciar o estimular vaginalmente a la chica. Esta postura, también es conocida como la “cucharita” y es ideal para mujeres embarazadas de cinco meses o menos o las curvys.
La postura de la libélula hace que ambos se recuesten de lado, mirándose uno al otro. El hombre tendrá que poner las piernas en ángulo recto mientras la mujer pone una de sus piernas entre las de él. Con la otra se aferra a la cintura del chico. De esta forma, los cuerpos quedan enlazados. Esto favorece que puedan hacerse abrazos y caricias.
Hay posturas que hacen alargar el placer de forma natural, haciendo que las relaciones de pareja sean más satisfactorias.
Inspiración en las posturas del Kamasutra
- El puente es una postura para la que se requiere una gran flexibilidad y resistencia. Si crees que cuentas con estas características, puedes intentarlo. El hombre tendrá que hacer el pino puente y la mujer se sienta delicadamente sobre él. Ella, debe hacer una suave rotación de cadera. Puede parecer algo descabellado, pero es una de las posturas más destacadas del Kamasutra.
- En la postura de la balsa, el hombre debe estar sentado con las piernas abiertas. También debe tener las plantas de los pies pegadas entre sí. La mujer se sienta sobre él, rodeando la cintura con las piernas y los pies sobre la cama. Con esta postura se favorece un contacto íntimo y fuerte.
- El tobogán de seda es un curioso nombre para otra de las posturas que se pueden poner en marcha. El chico se puede sentar cómodamente y la chica se pondrá encima de él arqueando el cuerpo hacia el suelo. El chico podrá estimular su clítoris y si es posible, puede penetrarla, proporcionándole un gran placer.
- El exprimidor es una postura en la que ella se pone encima del chico tumbado. No es la clásica que todos conocemos porque ella se pondrá de espaldas. Se inclinará y apoyará sus manos sobre las piernas del chico. Con esta posición se favorece un mejor ensanchamiento de las caderas de la mujer, facilitando la penetración. Por otro lado, la visión del hombre es muy morbosa, facilitando así la erección para una correcta penetración.
- La alineación coital es como la postura del misionero, pero con ciertas modificaciones. Con ella se consigue estimular el clítoris con el roce de la pelvis de él. Esto evitar tener que estimularlo de manera manual. En esta postura, ella tendrá las piernas juntas y él separadas. No se podrá introducir todo el pene, apenas unos cuantos centímetros. Será lo suficiente como para experimentar un gran placer.
- Hacer el amor sentados en una silla, facilitará el orgasmo, sobre todo por lo morbosa que es la situación. El chico se sienta sobre una silla y ella puede sentarse sobre él, de cara o de espaldas. El clítoris puede ser estimulado por ambos y se puede practicar la penetración tanto vaginal como anal. En este caso, la silla debe tener una altura adecuada para que ella no se sienta incómoda.
La importancia del contacto visual entre ambos
Para mejorar la relación y la intimidad, hay que elegir posiciones en las que se permita un contacto visual. El misionero es un clásico y permite que ambos puedan mirarse mientras están teniendo sexo. Lo que se busca es contactar visualmente con la pareja en los momentos del clímax. Hacerlo proporcionará nuevas sensaciones y permitirá conocer mejor la clase de relación que se tiene.
Si se cierran los ojos, se optará por concentrarnos en nosotros mismos y no en la relación que se está teniendo. La experiencia emocional que se consigue con el contacto visual es muy importante. Además, permite que la pareja pueda acercarse más entre sí.
Sea la posición que sea, no hay que olvidar que el sexo seguro es lo más importante, con anticonceptivos como el condón para evitar las enfermedades de transmisión sexual.