El plástico es un derivado del petróleo que se usa en infinidad de aplicaciones cotidianas, desde recipientes a neumáticos, tejidos o muebles. Se trata de un material nocivo para el medio ambiente y su uso masivo por parte de los ciudadanos está convirtiendo el planeta en un gran estercolero: cada año llegan al mar miles de toneladas de plásticos de todo tipo y éstos resultan muy dañinos para el ecosistema marino.
No obstante, el plástico se puede reciclar en plantas de reciclado, y las botellas de plástico, que es uno de los objetos de plástico desechables más comunes en nuestros hogares, pueden ser reutilizadas.
Manualidades con botellas de plástico
¿Cómo reciclar botellas de plástico y convertirlas en objetos decorativos y prácticos? en la actualidad hay un mundo entero de posibilidades a nuestro alcance, y nosotros hemos seleccionado 3 de ellas, explicándoos cómo realizarlas.
1. Macetas
Entre las ideas para reciclar botellas de plástico más útiles está la de usarlas como macetas. Las botellas de plástico son resistentes e impermeables, pueden soportar bastante peso sin deformarse y su tapón permite evacuar líquido sobrante, por lo que introducirles tierra y plantar en ellas es una buena opción. Las posibilidades van desde macetas simples creadas simplemente cortando la parte inferior de una botella, hasta jardines colgantes en los que las botellas son atadas unas a otras con hilos o cables resistentes, pasando por jardines verticales de pared con sistemas de riego incorporados como el que os vamos a explicar a continuación.
Materiales necesarios para el reciclaje
- 10 botellas de agua, todas del mismo tamaño y forma. Preferentemente de forma regular, que no adelgacen en el centro
- Un listón de madera tratado para exterior.
- Clavos finos o grapas para clavar las botellas a la madera.
- Punzón
Pasos a seguir
- Cortar 9 de las botellas, quitándoles toda la parte del cuello, donde se estrechan. La décima, cortarla sólo por unos 10 cm por encima del fondo.
- Hacer otro corte, en los nueve culos largos de botella, quitando la parte delantera del plástico y dejando la trasera hasta unos 10 centímetros por encima de la base. En el décimo, dejar la parte del culo tal como está y realizar el mismo corte que en las demás usando la parte del tapón, invertido.
- Perforar con el punzón las bases de las botellas, excepto de 1 de las largas.
- Clavar las botellas en el listón de madera, de manera que cada uno de los culos de botella quede delante de la parte trasera de la botella que tiene debajo. La botella sin extensión trasera debe quedar arriba de todo, y el pedazo de cuello de botella con tapón, invertido, debajo de todo. En la parte superior, el listón debe sobresalir por encima de la botella para que se pueda atornillar a la pared.
Ahora ya podéis poner tierra y plantar lo que queráis en cada una de las botellas, pero la de arriba de todo y la de abajo deben quedar libres, porque tras plantar se echará el agua en la botella superior y ésta irá cayendo de maceta en maceta hasta ser recogida por la inferior que, como recordaremos, es la que tiene tapón. Cuando queramos vaciar el agua de ésta bastará con colocar un recipiente debajo y abrir el tapón.
Las macetas se pueden pintar, pero no es necesario hacerlo si vais a usar plantas que vayan a crecer bastante, ya que ellas mismas ocultarán la maceta.
2. Bisutería
Otra aplicación muy original es utilizar trozos recortados de botellas para hacer colgantes, o los tapones para usarlos como pendientes, (podéis ver más en nuestro artículo cómo hacer pendientes originales) pero una de las más divertidas es utilizar las botellas para crear pulseras, aprovechando que ya tienen una forma tubular.
Las pulseras de plástico pueden ser muy simples o muy complejas, eso ya depende de tu imaginación, y pueden ser simples elementos de plástico reciclado o auténticas obras de arte a las que se da forma con fuego o se les añaden brillantes, telas, abalorios colgantes…, pero una de las ideas más interesantes y originales que hay son las pulseras irregulares creadas por efecto del calor, para las cuáles sólo hay que recortar un trozo del "tubo" que forma la botella y jugar con un poco de calor en los bordes del mismo para que se doble, con ello podemos hacer collares muy a la moda.
Este efecto queda mejor con plástico de colores y es recomendable que la fuente de calor no sea fuego directo, acercar el plástico a una bombilla encendida o un metal caliente sería mejor opción.
3. Cierres de bolsas de congelación
Esta es una de las opciones más simples que hay para reutilizar los tapones de las botellas de plástico, y sin embargo también es una de las útiles, ya que, ¿quién no ha querido congelar algo y no ha tenido una pinza o una goma con la que cerrar la bolsa de congelación? A todos nos ha pasado, y para eso, los tapones de botella son la mejor solución. Con cortar la parte superior del cuello de las botellas, un par de centímetros por debajo de dónde éste se une al tapón, vais a disponer de un mecanismo de cierre y apertura reutilizable que nunca va a darse de sí ni a estropearse.
Basta con que llenéis la bolsa con los productos a congelar, introduzcáis la parte superior de la misma dentro del cuello de la botella y girarla sobre el borde para que al volver a meter el tapón la bolsa quede herméticamente cerrada.