Todos nos lavamos los dientes y cambiamos los cepillos y cabezales cada cierto tiempo. De hecho, la Asociación Dental Americana (ADA) recomienda hacerlo cada tres o cuatro meses por el desgaste y por el crecimiento bacteriano que, a largo plazo, podría ser perjudicial para la salud.
Quizás no hayas pensado en su impacto en el medio ambiente, pero para que te hagas una idea, España es el segundo país que más plástico vierte al Mediterráneo y es el cuarto de la Unión Europea que más plástico consume. Por eso, la importancia de reciclar los cepillos de dientes, porque este plástico no se rompe ni se suele reciclar.
Impacto de los cepillos de dientes usados en la naturaleza
Si tenemos en cuenta que cada año se venden 3.500 millones de cepillos de dientes en todo el mundo, y casi todos suelen tirarse a la basura, ¿qué ocurre con su impacto en el medio ambiente? Además, los materiales más empleado para su fabricación son el polipropileno y el polietileno. Pero eso no es todo, pues contienen unas cerdas de nylon, una fibra sintética fuerte y flexible que no se degrada, ni se rompe, por lo que los cepillos tienen una vida útil bastante larga.
Por otra parte, se calcula que un cepillo de dientes puede llegar a tardar un mínimo de 500 años en descomponerse. Si a esto le sumamos que la presencia de distintos materiales dificulta su reciclado, igual que ocurre con las maquinillas de afeitar o los bastoncillos de los oídos, es una buena noticia que hayan comenzado a fabricar cepillos de dientes de bambú y otros materiales reciclables.
Ya sabemos que uno de los mayores problemas del plástico que no se recicla es la contaminación de mares y océanos, donde se acumulan toneladas de objetos de uso diario como cepillos de dientes, pajitas y bolsas de plástico. Y es que el plástico de un solo uso representa el 25% del material hallado en estas aguas.
¿Qué hacer con los cepillos de dientes?
Lo que ocurre con los cepillos de dientes es uno de los errores más comunes del reciclado de objetos, pues al tener como material principal el plástico, suele tirarse al contenedor amarillo. De este modo, su destino final será la incineración o el vertedero. No obstante, los cepillos no están considerados como envases, que son para lo que están destinados estos contenedores.
Por lo tanto, para un reciclaje correcto, tendrían que separarse todos sus componentes, pero este proceso resultaría muy caro y costoso. De manera que el destino adecuado para este tipo de residuos es el contenedor del resto de basura, es decir, el de los residuos que no son orgánicos. En estos contenedores se deposita todo aquello que no puede ser reciclado ni aprovechado de ninguna manera, como las toallitas húmedas, las agujas de coser, pañales, lápices, pajitas, gafas, juguetes…
Aunque lo ideal de verdad sería llevar los cepillos de dientes a un punto limpio, ya que en estas instalaciones públicas permiten al consumidor llevar residuos domésticos para su reutilización y tratamiento posterior. Esto no supone ningún problema, pues en España hay unos 1.740 puntos limpios permanentes.
De ahí la importancia de utilizar cepillos de dientes ecológicos, ya que la campaña 'Uno menos en el mar' consiguió recoger más de 10.000 cepillos de dientes en España en un solo año con el fin de reciclarlos de forma adecuada y convertirlos de nuevo en materia prima. Los cepillos de dientes de bambú son una muy buena opción para dejar de emitir tanta contaminación sobre el planeta.
Mucho más fácil es reciclar los envases de la pasta de dientes que, en la mayoría de los casos, vienen en un tubo elaborado con distintos tipos de plástico y sí son reciclables. Además, estos tubos sí pueden depositarse en el contenedor amarillo junto a los envases, las latas o las bolsas de plástico.
Cepillos de dientes ecológicos
La mejor opción es optar por los cepillos de dientes ecológicos, mucho más respetuosos con el medio ambiente. Ya puedes encontrar en el mercado alternativas al plástico con el fin de frenar este impacto medioambiental.
Están confeccionados con materiales biodegradables y reciclables que incluyen almidones vegetales con cabezales intercambiables para poder utilizarlos durante más tiempo. Algunas de las alternativas ecológicas más innovadoras son los cepillos de dientes de bambú, fabricados con el mango de madera y sus cerdas están hechas con pelo de jabalí, igual que muchos cepillos para el cabello.
¿Y qué ocurre con los cepillos eléctricos?
Los cepillos de dientes eléctricos están considerados como pequeños electrodomésticos. Son escogidos por muchas personas que piensan que son mucho más efectivos que los manuales porque afirman que la limpieza bucal es mucho más eficiente. Pero, independientemente de su efectividad, el problema surge cuando dejan de funcionar.
Entonces pasan de ser un electrodoméstico útil a un residuo, además un residuo de aparatos eléctricos y electrónicos, donde se incluyen también otros objetos de uso cotidiano como secadores de pelo, planchas, depiladoras, máquinas de afeitar… Todos se vuelven inservibles cuando dejan de funcionar, pero el principal problema es que pueden contener sustancias peligrosas como plomo, mercurio, arsénico, cadmio o gases contaminantes.
Como conclusión, si no se gestionan bien estos aparatos tras su uso y no se tratan de forma adecuada, pueden suponer un gran riesgo para el medio ambiente. De hecho, está previsto que para 2025 la basura electrónica mundial crezca un 30%, alcanzando así casi los 54 millones de toneladas de desechos de este tipo.
Por lo tanto, si no tienes todavía cepillos de dientes ecológicos, en las plantas de tratamiento de residuos o puntos limpios pueden aislarse los componentes peligrosos y reciclar parte de sus materiales. Para finalizar, nuestro consejo es que empieces a utilizar cepillos de dientes de bambú, todo son ventajas.