Según indica el informe alimentario de España en 2019 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la sandía es una de las frutas más consumidas en España. Destacan los tipos Klondike y Charleston Gray. Frutos redondos: de corteza de color verde oscuro o negro, son los ejemplares más cultivados aunque están siendo desplazadas por las variedades sin semillas.
La sandía es una fruta ideal debido a su alto contenido en agua. Sin embargo, es una fruta que, a veces, resulta difícil elegir, sobre todo si se quiere adquirir la pieza completa. Para no equivocarte y poder disfrutar de todos los beneficios de la sandía con todo su sabor, puedes seguir una serie de recomendaciones a la hora de elegirla. ¡Sigue leyendo, te lo mostramos!
Trucos para saber si una sandía está en su punto
Puedes disfrutas de todos los beneficios de la sandía en multitud de recetas gracias a su versatilidad. Por ejemplo, podrás añadirla a un gazpacho, incluirla en batidos, elaborar postres con ella o mezclarla en diversas comidas. Además, dentro de las propiedades de la sandía podemos destacar que es una fuente natural de vitaminas y minerales, aportando hidratación y fibra al organismo.
También cabe destacar que las calorías de la sandía son casi inexistentes, pues tiene 30 por cada 100 gramos de producto. Es una fruta refrescante, dulce y sabrosa, pero no madura una vez recolectada, por lo que debes asegurarte de que está en su punto cuando la compres. Te mostramos cómo saber si una sandía esta buena a través de los siguientes consejos.
1. La fisionomía
Evita las sandías con grietas, deformaciones y zonas feas. Mejor escoger una con la forma lo más redonda posible, pues será una evidencia de que la sandía ha recibido luz y agua de forma homogénea, por lo que su sabor y textura serán perfectos.
2. El peso
Igual que ocurre con el melón, la sandía debe pesar de forma proporcional a su tamaño. Incluso debe pesar más de lo que aparenta a simple vista, así que cuando vayas a escoger una, si no pesa, descártala y escoge otra.
3. Su aspecto interno
A pesar de que las calorías de la sandía son muy reducidas, si no está buena no servirá de nada pues te costará comerla. Por ello, si vas a escoger una cortada por la mitad, fíjate muy bien en su apariencia. Su textura ha de ser firme y no arenosa, es decir, que el dedo no se hunda con facilidad.
Además, si la escoges con pepitas, presta atención a que la mayoría sean oscuras y no blancas. Por último, huele la fruta, pues según su olor sabrás si debes llevártela a casa o descartarla.
4. Dale unos golpes
Para beneficiarte de todas las propiedades de la sandía, antes de comprarla dale unos golpes para ver qué resultados obtienes. Si el sonido es hueco y rotundo, la fruta estará en su punto exacto de madurez, pero si el sonido es suave y con resonancia, no lo estará. Si te resulta difícil distinguirlo al principio, seguro que te será más sencillo si comparas los sonidos de varias piezas diferentes.
5. El aspecto exterior
Para que los beneficios de la sandía estén es su máxima plenitud, no sientas predilección por las más brillantes, porque no es un buen indicativo. Mejor escoger las piezas oscuras, con poco brillo y con la corteza uniforme, es decir, que no tengan demasiadas manchas o vetas distintas. Esto indicará que están más maduras que las de un color vivo, brillante y con manchas.
Después de todos estos consejos, ya puedes disfrutar de las reducidas calorías de la sandía sin miedo a que te salga defectuosa. Así que, aunque al principio no te resulte fácil, la experiencia hará que acabes escogiendo las mejores piezas de la frutería. ¡A disfrutar de los beneficios de la sandía!
Cómo cortar una sandía
Para elegir la mejor sandía, lo primero que debes considerar es que la temporada ideal de esta fruta va de finales de mayo a principios de septiembre. Pero, además de seguir una serie de pautas para escoger la mejor pieza de la frutería, debes saber cómo cortarla.
Lo primero de todo, olvídate de cortarla por la mitad en dos trozos grandes como lo hacemos de forma habitual. Mejor colócala de pie por uno de sus extremos y pega un corte grande justo por la mitad para separarla en dos. Después, guarda una mitad en el frigorífico y coge la otra para ir cortando de manera uniforme de un extremo al otro. Gírala y vuelve a cortarla de forma homogénea de un lado a otro hasta obtener unos deliciosos sticks de sandía.
Fíjate al llegar a la frutería que las sandías suelen estar apiladas, así que mejor coger de las que están más arriba del montón. Así estarán en mejores condiciones al no haber sufrido tantos golpes ni estar chafada, conservando todas las propiedades de la sandía.
También debes tener en cuenta si está dura al tacto o no, pues la falta de firmeza puede indicar que la sandía está pasada o ha sufrido golpes. Fíjate además si la sandía tiene grietas, descartando de inmediato la que tenga defectos en su exterior.
El famoso y viejo truco de golpear la sandía para comprobar si está en su punto funciona. Así que basta con golpear con mucho cuidado la sandía con los nudillos: si está en su punto, el sonido ha de ser hueco y contundente.
Por último, también puedes adquirir la sandía cortada en piezas y así evitar arriesgarte a que esté mala, ya que puedes observar su aspecto. Además, no tendrás que preocuparte de cortarla en casa, pero cuenta con una desventaja, y es que pierde frescura.