Si para un adulto tener gases resulta incómodo, molesto, e incluso en ocasiones, doloroso, imaginemos cómo puede ser para un bebé. En los recién nacidos es muy habitual, y podemos prevenirlos, aunque en las tomas(ya sea biberón o pecho) algunos bebés serán más propensos a tragar gases, pero sí podemos eliminarlos y aliviarlos.
En un post anterior vimos cómo bajar la fiebre a un bebé con algunos trucos, ahora miraremos algo más sencillo como es la eliminación de los gases.
Cómo sacar los gases a un bebé: algunas técnicas previas a las tomas
Cuando un bebé tiene gases, se retorcerá, llorará por las molestias, y posiblemente tenga flatulencias. Lo primero que debemos hacer es ver si está molesto y llorón por causa de los gases. Palpando su tripita, si notamos que está dura, es porque tiene gases. Muchas veces podemos notar que tiene gases si estira y encoge las piernas para aliviar las molestias, cosa que hace de forma instintiva. También podemos notar que está molesto y no quiere mamar, aunque es su hora, por lo que es posible que tenga gases.
Podemos coger al bebé, ponerlo boca abajo, y sostenerlo sólo con la palma de nuestras manos, mientras le masajeamos la espalda. Esto le ayuda a relajarse, y a comer más tranquilo, y posiblemente suelte algunos eructos. De forma también preventiva, podemos, de vez en cuando y entre toma y toma, practicarle suaves masajes en la tripita, en el sentido contrario de las agujas del reloj, para facilitar su tránsito intestinal y que vaya soltando eructos y pedetes.
Para aliviar gases al bebé, otra técnica muy efectiva consiste en tumbarle boca arriba y hacerle movimientos de bicicleta con las piernas, siempre con mucha suavidad, como si estuviera pedaleando. Estos movimientos facilitarán la expulsión de gases por abajo.
Técnicas para eliminar gases del bebé mientras come
También podemos ayudar al bebé a sacar los gases mientras come, si observamos que empieza a llorar, se retira de la toma y encoge las piernas. Eso es que empieza a tener gases, y como normalmente las tomas se producen boca arriba, en esta postura encogerá las piernas, no querrá seguir tomando, y llorará.
Si observamos que esto está pasando, no importa interrumpir la comida del bebé tantas veces como sea necesario, para que acabe expulsando todos los gases y ya pueda hacer su toma cómodamente y sin problemas. Normalmente, y si damos pecho, entre toma de un pecho y otro, lo pondremos recto, apoyándolo en nuestro hombro, y le daremos ligeros toquecitos en la espalda hasta que el bebé eructe y suelte bien los gases, siempre antes de empezar con la toma del segundo pecho.
Si vemos que está molesto, no hay problema. Podemos hacer esta operación tantas veces como sea necesario, entre toma y toma. Tendremos que armarnos de paciencia, pues hay bebés muy propensos a tardar en soltar los gases, y a lo mejor una toma que puede durar unos 20 minutos, dura muchísimo más porque tenemos que interrumpirla frecuentemente, pero así nos aseguraremos de que el bebé está comiendo correctamente.
Cuando le tenemos de recto apoyado sobre nuestro hombro y le vamos dando golpecitos en la espalda, notaremos que eructa y los eructos son muy fuertes. Ya estará listo para la siguiente toma.
Algunas otras técnicas para que el bebé expulse gases entre las comidas
Si hace tiempo que ha comido, ponerlo boca abajo y sostenerlo con la palma de la mano mientras es recién nacido, como decíamos antes, es muy efectivo para que haya tránsito intestinal, y pueda expulsar los gases por abajo. Hay que tener cuidado de no emplear esta técnica si el bebe acaba de comer, o bien si no ha hecho la digestión, ya que puede vomitar, al estar colocado boca abajo, y en este caso, será peor el remedio que la enfermedad.
Entre comidas, además de los masajes en la tripita en movimientos circulares, también podemos aplicarle calor suave de forma local, con nuestras propias manos o envolviéndolo bien con algún arrullo, manta o toquilla. Existen asimismo en el mercado almohadas y bandas térmicas diseñadas para bebés. Este calor atenúa el dolor que provocan los gases, y tiene un efecto analgésico. Además, les ayuda a expulsarlos.
En todo caso, hay productos en farmacias y parafarmacias que, siempre bajo la estrecha vigilancia de los pediatras, se le pueden dar al bebé para ayudarle a expulsar los gases. Hay médicos pediatras que no son muy partidarios, aunque todo depende de la moda y también de si se lo damos en exceso, lo cual, en bebés muy pequeños puede provocar una intoxicación.
El anís estrellado en infusión es uno de los remedios caseros más eficaces de todos los tiempos, aunque como en todo, darle biberones con infusiones de maíz a nuestro bebé depende de la moda y lo que en unas épocas era muy efectivo, luego es desaconsejado por los pediatras, pero es cierto que siempre ha funcionado muy bien no dándolo en exceso. Además, a los bebés les encanta el sabor de las infusiones de anís.
El anís se compra en estrellitas. En casa, llenamos un recipiente de agua y lo ponemos a calentar. Cuando rompa e hervir echamos un par de estrellitas de anís como mucho, para que la infusión no sea muy fuerte, y dejamos hervir unos minutos, como cualquier otra infusión. Después colaremos en otro recipiente, esperaremos a que se enfríe, y ya podemos verter en un biberón para dárselo al bebé entre las comidas, si lo notamos incómodo y con gases.
Las infusiones de anís son muy efectivas, pero tienen un inconveniente. Como a los bebés les gusta, la tomarán sin problema, y es importante espaciar las tomas de infusión y las dediquemos su objetivo, que es la eliminación de gases, ya que, si se la ofrecemos con profusión, el bebé puede sentirse saciado, y tendrá más dificultades para hacer su toma habitual.