Cómo superar el síndrome postvacacional: síntomas y tratamiento
Seguro que alguna vez nos hemos preguntado ¿qué hacer para no tener depresión o síndrome postvacacional? Pues bien, aquí van unas cuantas pautas muy útiles para superarlo.
10 septiembre, 2019 09:21Las vacaciones de verano ya se han terminado, al menos para la gran mayoría, y toca lo de siempre, volver al trabajo, los colegios, el mal tiempo, y, en definitiva, una vuelta a nuestra rutina después de nuestro descanso, un horizonte muy duro para muchos, que vuelven a la realidad.
Muchas personas somatizan esta vuelta y la convierten en lo que se conoce como síndrome postvacacional. Se vuelven irritables, apáticos, sufren alteraciones de sueño, pérdida de apetito, concentración o atención, y pasa tanto en niños como en adultos.
Síndrome o depresión postvacacional
Algunos de los síntomas más comunes del llamado síndrome postvacacional de estrés serían, además de los mencionados, el malestar general, la sudoración, la falta de concentración y como consecuencia de ésta el descenso del rendimiento, la ansiedad o los repentinos cambios de humor.
Síndrome postvacacional: actitudes y pensamientos
Uno de las recomendaciones más importantes y prioritarias para superar el síndrome postvacacional es pensar en positivo. No ver el trabajo como un castigo, sino el medio que nos permite mantenernos es fundamental. Además, hay que pensar que precisamente este medio es el que nos ha permitido irnos de vacaciones, un lujo para quienes no pueden hacerlo porque no tienen trabajo.
Si nos decimos algo así como "puede que no sea el trabajo de mi vida, pero me permite vivir" las cosas nos irán mejor. También podemos sacarle el mayor partido al trabajo, pese a que no nos apetezca. Por ejemplo, desempeñando algunas tareas que habíamos dejado pendientes y que más nos apetecen como forma de "aterrizar" en la realidad, e ilusionándonos porque vamos a ver a compañero que no vemos hace algún tiempo, comiendo con ellos o tomando un café.
Adelantar acontecimientos sobre lo que nos puede esperar: una avalancha de trabajo, una conversación el jefe, situaciones incómodas con algún compañero, etc., tan sólo hace que podamos perder concentración y cansarnos antes de tiempo.
Síndrome postvacacional: lo que podemos hacer
Hay algunos trucos prácticos para superar el síndrome postvacacional, por ejemplo, cuidar los horarios para procurarnos tiempos de descanso quizás más largos en nuestro periodo de readaptación a as rutinas de siempre.
Descansar bien y comer bien para minimizar el cansancio que mentalmente nos produce la vuelta a la rutina, son dos buenas opciones para empezar. Además, no debemos olvidarnos de que volver a comer fuera no es sinónimo de alimentarnos de cualquier manera. Volvamos a una dieta sana y equilibrada, y esto nos hará sentir mucho mejor con nuestra reincorporación al trabajo.
Desarrollar nuevas actividades y afrontar nuevos retos es una opción perfecta para hacer más interesante nuestra reincorporación, y sufrir menos. Si nos planteamos septiembre como el inicio de un curso pensando en positivo, todo nos irá mucho mejor. Es el momento perfecto para iniciarnos en algo que nos apetezca: gimnasios, clases de baile, aprender un idioma, un curso de fotografía que siempre nos ha gustado y que hemos ido posponiendo, desarrollar tareas laborales que no habíamos hecho antes…hay muchas cosas que podemos hacer e integrar en nuestra rutina, ya que nos aporta un extra de ilusión y ayudará a que nos sintamos bien.
A veces, para ir superando la depresión, algunos psicólogos recomiendan el desarrollo de actividades, que, sin prolongar el verano, sean una actividad de ocio para ir readaptándonos a nuestra realidad, como planificar alguna escapada de fin de semana, lo que nos aportará un plus de bienestar porque habremos hecho una actividad de relax que nos produce placer y descanso, y la estaremos incorporando a nuestra rutina diaria.
Síndrome postvacacional: pautas y consejos
- Lo mejor es programar nuestro regreso con cierto margen de tiempo. Suele ser un error llegar el día antes de incorporarnos al trabajo. Dejar un par de días para organizarnos y mentalizarnos es una mejor opción.
- Un buen truco para la incorporación al trabajo consiste en volver un miércoles o jueves, para que el comienzo sea progresivo y tengamos en mente un descanso próximo de fin de semana. Los días se harán más cortos.
- En los primeros días, es mejor intentar cumplir los horarios, sin hacer jornadas excesivas pensando en que tenemos que recuperar el tiempo y las tareas pendientes. Conseguiremos desanimarnos, y lo más probable es que no seamos productivos.
- Los días seguirán siendo largos, y hará buenas nuevas temperaturas. Aprovechemos esos días para realizar actividades de ocio que generalmente tendremos que aparcar o minimizar durante el otoño. El deporte al aire libre genera endorfinas, hormonas que proporcionan una agradable sensación de bienestar y optimismo.
- Hay que intentar volver al horario habitual, durmiendo una serie de horas y volviendo a los ritmos normales, ya que lo más probable es que durante las vacaciones hayamos alterado nuestro horario de descanso, levantándonos más tarde o trasnochando.
- Evitar, en lo posible, el consumo de cafeína y de alcohol, ya que la primera, al ser un estimulante, aumentará la sensación de estrés o ansiedad, y el segundo, un depresor del sistema nervioso central, puede aumentar el desánimo y la desconcentración.
- No caer en el desánimo cuando hayamos salido de trabajar, cayendo en pensamientos negativos. Lo mejor, en ese caso, es intentar hacer algo que nos relaje: un paseo, escuchar música, quedar con algún amigo….las aficiones y las relaciones personales en nuestro tiempo libre son un buen recurso para escapar de la rutina.