Realmente, no es hasta la tercera semana cuando podemos afirmar oficialmente que estamos en estado, ya que ha sido recientemente el momento en el que se ha formado el embrión. Tiempo en el que también, tu futuro bebé ha comenzado a alimentarse para seguir creciendo dentro de tu vientre.
Es por esto que muchos test de embarazo pueden dar falsos resultados hasta pasada esta semana. Si da positivo, ¡enhorabuena! Ya puedes comenzar a dar saltos de alegría.
3 semanas de embarazo: qué se siente
La ovulación está reciente, se estima que en la mayoría de las mujeres esta tiene lugar aproximadamente en el día 14 o 15 del ciclo. Por lo tanto, aunque en algunos casos los síntomas se agravan, es probable que aún no sientas los cambios físicos.
Los síntomas de embarazo más notables, no los empezarás a sentir hasta la quinta o sexta semana o incluso finales de la octava, así que puedes relajarte hasta entonces. Por tanto, en este periodo de gestación, lo más probable sería sufrir solo pequeñas hemorragias provocadas por la implantación del blastocisto en el endometrio, o lo que es lo mismo la acumulación de células que forman el embrión en el útero.
En ocasiones, y sobre todo cuando no se es consciente de estar sufriendo un embarazo, se suele confundir este pequeño sangrado de implantación, con la misma menstruación. Además, como los síntomas del periodo femenino son muy similares a los primeros síntomas de embarazo, estos también suelen ser confundidos.
Por lo general las primeras 3 semanas de embarazo que se siente exactamente la misma sensación, son las más monótonas y aburridas, ya que estamos deseando que se nos note barriguita y el bebé comience a darnos patadas, pero para eso, aún nos queda bastante recorrido.
Síntomas de la tercera semana
Dependiendo de la mujer, a parte de la hemorragia, se pueden notar algunas molestias significativas, derivadas de la actividad celular que está teniendo lugar en nuestro cuerpo. Estos trastornos son muy similares a los que tienen lugar en las semanas anteriores de la gestación.
Otros síntomas que van a tomar toda tu atención en este periodo van a ser el aumento de tensión mamaria, debido a un incremento de tus senos, dolores abdominales intensos parecidos a las molestias premenstruales, pero de forma continuada. También notarás mayor irritabilidad y cambios de humor repentinos debido a que tu cuerpo está empezando a producir progesterona y estrógeno, las temidas hormonas del embarazo.
El cansancio y el sueño es quizás lo que más va a molestarnos, ya que hasta que nos acostumbremos, nos sentiremos perezosas y desganadas. Mi consejo es que luches contra estas sensaciones y que sigas con tus rutinas habituales y realizando actividades para combatir la somnolencia. Y no nos quitaremos de encima, las famosas náuseas matutinas, nos acompañarán también esta semana y desgraciadamente serán las responsables de cortarnos el rollo en algunas de nuestras conversaciones.
Qué pasa a la tercera semana de embarazo
Esta semana es la clave, la que marca el inicio definitivo de nuestro viaje como mamás. Un espermatozoide ha fecundado ya el óvulo y este ha recorrido una de las trompas de Falopio para terminar en el útero, lugar que será su hogar, las próximas 37 semanas.
La placenta también ha comenzado a desarrollarse y a enviar oxígeno y nutrientes al pequeño bebé, todavía considerado embrión. Además, es interesante comentar que el embrión, ya dispone de información genética, pues tanto óvulo como espermatozoide aportan en la fecundación 23 cromosomas cada uno. Esto hace también que el sexo de tu hijo ya esté determinado, aunque este es indetectable hasta la semana 20 del embarazo.
Ahora es importante destacar que los cambios de la tercera semana de embarazo desactivan el ciclo menstrual, lo que elimina tu periodo, es decir no volverás a tener la regla durante los próximos 9 meses.
Esta semana también comienzan a formarse multitud de células, una de ellas será la responsable de construir cada uno de los órganos que tendrá tu bebé. Aunque la célula especializada ya está creada, tendremos que esperar unas semanas más hasta ver cómo inicia su función.
Aunque muchas madres se realizan una de las primeras ecografías, es muy probable que aún no pueda distinguirse nada de nada en ellas. El cigoto es minúsculo, podríamos compararlo con una cabeza de alfiler, el profesional podría ver si todo va bien, pero nosotros no vamos a lograr diferenciar nada en las imágenes.
Consejos para tu bienestar
Como en las anteriores semanas, llevar unos hábitos de vida saludables es indispensable para el buen desarrollo de nuestro feto. Por lo tanto, deberíamos haber eliminado ya de nuestra vida, elementos nocivos no solo para la salud personal, si no para la del bebé como son el tabaco, el alcohol o simplemente el café.
Esta fase del embarazo es la que más riesgo de malformaciones puede haber provocado por los malos hábitos, así que, sé responsable desde un primer momento, o podrían ocasionarse consecuencias.
También debemos seguir con la ingesta de vitaminas prenatales como ácido fólico y alimentos ricos en fibra y calcio. Si no sabemos muy bien qué alimentación seguir en esta fase del embarazo, ni que suplementos has de tomar, puedes solicitar ayuda a tu médico especializado en maternidad o a un nutricionista y ellos te guiarán para que tu salud y la de tu bebé estén al 100%.