Cada vez está más cerca la Navidad, y si quieres evitar pagar de más por la comida, cuyos precios se encarecen en los días previos a las fiestas, será aconsejable que comiences a hacerte con todo lo necesario para las comidas y cenas navideñas.
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Es habitual que en este momento del año nos centremos en comprar mariscos, carnes y pescados, siendo algunas de las principales opciones optar por los bogavantes, gambas, pavo, cordero, merluza o el salmón, que es una de las mejores opciones. Sin embargo, a la hora de comprar este último, es necesario conocer el secreto para escoger un buen salmón para Navidad, de manera que así puedas crear tu receta con la mejor materia prima.
El salmón, una gran opción
Tanto en Navidad como el resto del año, el salmón es una gran opción, ya que se trata de un pescado que es nutritivo y delicioso, si bien, para poder disfrutar al máximo de su sabor, es imprescindible comprarlo bien.
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Para ello hay varios trucos y recomendaciones a tener presentes, que tienen que ver con si es mejor adquirirlo en la pescadería o en el supermercado, o los aspectos en los que fijarse para poder hacer una buena elección.
Un gran valor nutritivo
El samón es un pescado azul rico en ácidos grasos Omega-3, proteínas y minerales (fósforo, magnesio, calcio, selenio, hierro y potasio), además de ser rico en vitaminas B6 y B12. Gracias a todo ello, no es de extrañar que los especialistas en el campo de la nutrición recomienden su consumo entre una a tres veces por semana.
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El consumo de este pescado conlleva beneficios para las articulaciones, para el cerebro, así como para cuidar el corazón, prevenir la depresión y el deterioro cognitivo, y ayudar a que se mantengan sanos tanto los huevos como la vista. Todo ello hace que sea considerado un "superalimento".
Cómo distinguir un buen salmón de uno malo por su color
Lo primero que hay que fijarse a la hora de comprar un salmón es en su color, ya que gracias a ello podremos saber si se trata de un pescado de piscifactoría o proviene directamente de su hábitat natural. Los primeros tienen un tono rosa claro, más pálido, mientras que el salmón salvaje tiene un color brillante rojo anaranjado. Esto se debe a que su alimentación es a base de camarones y krill, que tienen astaxantina, que tiene ese color características.
De hecho, el salmón que proviene de la piscifactoría es de color gris, pero luego se le añade ese color rosado.
Las líneas, otro aspecto a valorar
También hay que fijarse en el veteado de las líneas blancas que aparecen en los filetes de salmón. Esto es lo que proporciona firmeza al pescado, por lo que es recomendable fijarse en ellas para ver si es o no fresco.
Cuánto más separadas estén las líneas, quiere decir que será menos fresco y que estará iniciándose su etapa de descomposición. Un truco a tener en cuenta es que si, cuando vas a comer un salmón crudo, ahumado o marinado se nota que no es firme y la carne está separada, como si estuviese rota, no será apto para el consumo.
Otros signos de que el salmón no es fresco
Además de las líneas y el color, hay otros tres aspectos en los que debemos fijarnos a la hora de escoger un buen salmón para Navidad, que son: las manchas, el olor y la palidez. Si tienen alguna o todas ellas, quiere decir que el salmón no es fresco, por lo que debes abstenerte de comprarlo.
El aroma del pescado debe ser suave y que no desprenda un olor a amoníaco, mientras que la piel, no debe tener una capa blanquecina y translúcida, ya que en ese caso nos indicará que no está bien. Si al tocarlo te encuentras con que no tiene una consistencia firme, también deberás evitar su compra.
Mira los ojos del salmón
A la hora de comprar tu salmón en la pescadería podrás observar el pescado entero, tal y como se recogió o fue pescado. En este caso, podrás atender a otro indicativo para ver si es o no fresco, que es el de fijarte en el brillo de los ojos.
En el caso de que estos sean saltones, brillantes y con la pupila oscura en el medio, quiere decir que se trata de un pescado fresco, mientras que, si ves que se encuentran hundidos, no debes hacerlo.
Fíjate en el precio
El salmón es un pescado que es caro, y dado que de cara a la Navidad se busca ahorrar, es posible que caigamos en la trampa de comprar el producto muy barato. Si te encuentras con que el salmón que te están vendiendo está demasiado barato, desconfía, ya que en ese caso podría tratarse de un ejemplar cultivado que no será tan ricos en nutrientes como la variedad silvestre. Lo mejor siempre será el salmón salvaje, cuyo precio es de cerca de unos 26 euros el kilo.
Las variedades del pescado
A la hora de comprar tu salmón, debes tener en cuenta que hay diferentes clases, como es el sockeye o rojo, que es el más rico en colesterol, astaxantina y vitamina D, debido a que este pescado se alimenta principalmente de plancton.
Luego te puedes encontrar con el chinook, king salmon o salmón real, que tiene un mayor tamaño y que puede llegar a alcanzar un peso de 18 kilos. En este último caso, es muy apreciado por la alta cocina al tener una carne de una calidad superior.