A la hora de consumir productos en España, es mejor que estén lo más frescos posible, ya que de esta manera podrán ofrecernos más sabor, si bien en el caso del pescado, a pesar de que se compre recién llegado de la lonja, es preferible que pase por el congelador por seguridad.
Si acudes a la pescadería para comprarlo, lo que debes hacer es llegar a tu casa y limpiarlo bien para seguidamente congelarlo; y si lo compras directamente congelado, es muy importante que no se rompa la cadena del frío hasta que se pueda introducir en el congelador de la casa.
Hay que tener claro que no sabe igual que fresco, pero siempre puedes tratar de congelarlo y descongelarlo de una manera óptima para que el sabor sea lo más parecido posible al original.
El truco para descongelar el pescado y que mantenga su sabor
A la hora de descongelar el pescado es habitual que se cometan muchos errores, los cuáles hacen que no se consiga el sabor a mar que se tenía antes de congelarlo. Uno de los fallos más habituales es el de descongelarlo a temperatura ambiente y sobre un plato, algo que deberías evitar.
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Aunque en muchas ocasiones se nos puede pasar el sacar la comida del congelador y en poco tiempo queremos preparar su cocinado, lo ideal es que antes de llegar a la temperatura ambiente pase por el frigorífico.
Además, también es necesario recalcar que no se debe colocar en cualquier parte del frigorífico, sino que lo ideal es que se quede en la parte menos fría del mismo y sobre una rejilla, con un recipiente debajo suyo. De esta manera, el pescado que estamos descongelado no se quedará bañado en agua al mismo tiempo que se descongela.
La gran diferencia es que, si se descongela a temperatura ambiente, se forman cristales, y esto provocará que la pieza de pescado acabe perdiendo una gran cantidad de jugosidad.
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Una vez que el pescado haya terminado de descongelarse, para conseguir que tenga todo su sabor y textura, el truco con el que conseguir que sepa como si fuera fresco es introducirlo en leche una hora antes de cocinarlo.
Una vez que haya pasado este tiempo, tan solo tendrás que proceder a secar la pieza de pescado y prepararla de la manera que prefieras. Así de simple será el truco para conseguir que el pescado tenga un gran sabor a mar.
Las ventajas del pescado congelado
El pescado congelado gusta por diferentes razones a los consumidores, que en muchos casos prefieren optar por este tipo de pescado, empezando por su mayor duración y disposición para cualquier momento, y continuando con su precio más asequible, entre otros. Entre las principales ventajas y propiedades del pescado cabe destacar las siguientes:
- Una mayor vida útil: el pescado congelado tiene una gran ventaja con respecto al fresco y este tiene que ver con su larga vida útil. Este pescado se puede conservar durante meses en perfecto estado, lo que hace que se pueda llevar a cabo su compra de manera esporádica. Además, siempre se podrá tener en casa pescado congelado por si hay alguna comida o cena inesperada, ya que será siempre una buena solución.
- Una amplia variedad de pescados: en la actualidad se puede comprar prácticamente cualquier tipo de pescado congelado, ya sea emperador, merluza, rape, mero, lenguado, bacalao… Esta variedad hace que se puedan preparar una gran cantidad de platos diferentes, además de poder disfrutar de una alimentación más variada y de ser una solución para elaborar una comida de forma rápida.
- Presentaciones para todos los gustos y necesidades: el hecho de que podamos encontrar el pescado congelado con formas diferentes, tales como troncos, colas, varitas, ruedas, lomos, filetes… y que, además, apenas tenga espinas, es un valor añadido a tener en cuneta y que puede ser clave para poder preparar una comida rápida.
- Buen precio: por norma general, el pescado congelado que se compra a granel resulta más económico que el pescado fresco. A ello hay que sumar que no tiene desperdicios, por lo que está preparado para que se pueda cocinar de una manera directa y sin necesidad de tener que limpiarlo para su elaboración.
- Alto valor nutricional: la congelación hace que se mantenga el valor nutricional del pescado, al mismo tiempo que se consigue evitar el crecimiento y el desarrollo de bacterias, siempre que no se llegue a romper la cadena de frío. De esta manera, mantendrán estos valores siempre que se mantengan las temperaturas apropiadas de congelación desde el momento en el que el pescado está congelado hasta que se encuentra en el hogar para su consumo.
De esta manera, se puede conseguir la conservación del alto valor biológico de sus proteínas, así como de la cantidad de ácidos grasos insaturados, entre ellos el Omega-3, las vitaminas y los minerales.
Más allá de conocer estas ventajas, hay que recordar que solo uno de cada cuatro consumidores compra el pescado congelado por su alto valor nutricional y por considerar que es un producto sano y saludable. En otros casos, los consumidores prefieren optar por este tipo de pescado porque les gusta y por ser una solución para la preparación de una comida rápida; y, además, por quienes lo ven como una base para la preparación de otros platos.
Para disfrutar de todas estas ventajas, recalcamos la importancia de que no se rompa la cadena de frío tras comprar el pescado en el establecimiento hasta el hogar. De hecho es recomendable transportarlo en una bolsa térmica.