El truco del secador para limpiar la suciedad oculta tras los radiadores en pocos segundos

En muy poco tiempo en España empezaremos a hacer uso de los radiadores de casa. Aunque no lo veamos a simple vista, en ellos suele acumularse bastante suciedad, sobre todo entre los distintos recovecos. Ten en cuenta, además, que se suelen instalar bajo la ventana y siempre hay más posibilidad de que vaya a parar el polvo sobre ellos.

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Es importante que se haga una limpieza regular, pero antes de encenderlos no estaría de más realizar una más en profundidad. Ten en cuenta que si no lo realizamos estaremos entorpeciendo su adecuado funcionamiento y en el momento de encenderlos no desprenderán todo el calor que debieran.

Piensa que esta labor te llevará solo unos pocos segundos, y los resultados te reportarán grandes beneficios. Sobre todo porque incluso podrás ahorrar calefacción al sacarle un mayor rendimiento a unos radiadores limpios sin ningún tipo residuos.

Cada cierto tiempo habría que hacer una limpieza en profundidad sobre estos aparatos, pero también sobre el conjunto de la vivienda. La llegada del buen tiempo es un momento adecuado para ponerse manos a la obra, sobre todo para dejar la casa limpia para el verano, una época en la que pasamos mucho menos tiempo en el hogar.

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Esta operación debe llevarse a cabo también en otoño con intención de dejarlo todo a punto para el invierno. Para que te sirva de recordatorio, aprovecha cuando hagas el cambio de armario con cada temporada para así también hacer la limpieza a fondo.

Cómo limpiar los radiadores

La caída de las temperaturas ya empieza a ser visible en muchos lugares. Por eso es mejor ir preparándose para todo lo que está por llegar. Habrá épocas en las que el frío haga de las suyas y tengamos que refugiarnos en nuestra casa con la calefacción. Eso sí, previamente hay que limpiar los radiadores de la vivienda.

Todavía estás a tiempo de hacerlo, pero recuerda que es posible que todavía lleguen a acumular algo de polvo hasta que se vuelvan a usar. Ya se sabe que se trata de una tarea bastante ingrata, sobre todo por las dificultades que entraña la retirada del polvo. Al estar fijado a la pared resulta muy incómodo.

Los pasos para hacer la limpieza del radiador

La limpieza del radiador nos exigirá muy poco tiempo. En primer lugar, para evitar que se manche aún más la zona que ocupa, protegeremos el suelo con trapos viejos o papel de periódico. De esta manera el polvo que acumulen estos aparatos caerá sobre ello y resultará más fácil recogerlo.

Es posible que algunas personas lleguen a cubrir la pared del radiador con papel de aluminio. Existe la creencia de que consigue reflectar el calor y emitirlo en dirección contraria. Sin embargo, no resulta nada efectivo, por lo que puedes retirarlo si lo crees conveniente.

El siguiente paso nos llevará a retirar el polvo que se haya amontonado en el radiador. Nos ayudaremos de una bayeta o de un plumero para pasarlo por su superficie. Es importante prestarle atención a la parte de atrás. Aunque resulte complicado acceder hasta ahí, recurriremos a un cepillo especial, con un cierto tamaño, que nos permita llegar a los huecos más complicados.

Un truco para atrapar mejor el polvo del radiador

Hay una serie de trucos que posiblemente desconozcas pero que te harán la vida mucho más sencilla a la hora de limpiar los radiadores. Puedes optar por colocar un paño húmedo en la pared trasera donde se ubica el radiador y otro en el suelo. Por medio de un secador dispararemos aire caliente para que el polvo que puedan tener estos aparatos caiga hacia el suelo, donde tendremos colocados los trapos. Será una manera muy interesante de dejarlos como nuevos, pero todavía hay nuevas propuestas para que queden impolutos.

Para librarnos del polvo durante un buen tiempo y acabar con toda esa suciedad que se incrusta en el radiador, lo adecuado sería utilizar vapor. Tienes la posibilidad de recurrir a la vaporeta a presión. Así podrás acabar con todas esas manchas que haya de agua y polvo.

Para ir finalizando la tarea utilizaremos un trapo seco y limpio que pasaremos por el radiador. Así retiraremos cualquier resto que haya podido quedar adherido a la superficie. En algún caso incluso puedes recurrir a mezclar un poco de desengrasante con agua para que tenga un aspecto más brillante. Esta opción se emplea principalmente para los aparatos eléctricos o de aluminio.

Cómo limpiar los radiadores de hierro

Pero no todos los radiadores se limpian de la misma forma. Los fabricados con hierro fundido es preciso hacerlo con más frecuencia, ya que la acumulación de polvo provoca que el calor no se emita con la misma intensidad. De ser así, lo aconsejable es ayudarse de una aspiradora que tenga bastante potencia y una boquilla estrecha que nos permita llegar a los rincones más complicados. Hay que limpiar también la parte de abajo, que será donde puede ir cayendo la suciedad.

Por último, hay que hacer mención a una acción que debemos hacer todos los años con la llegada del otoño. Se trata de purgar los radiadores. Debemos realizarlo antes de encenderlos por primera vez al comienzo de la temporada de frío.

Bastará con abrir la válvula que presentan en un lateral para que vaya saliendo el agua que se queda en el interior de las tuberías. Como podrás comprobar, el líquido que saldrá será un tanto turbio, después de unos cuantos días parado.