El Informe del Consumo Alimentario en España 2019 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, viene a confirmar que durante los meses de verano se disparan las compras de bebidas refrescantes y de cerveza. Esto unido a que muchas personas dejan de hacer ejercicio y prestan menos atención a lo que comen, suele llevar a un ligero aumento de peso (entre 3 y 5 kilos).
La alimentación en verano se ve alterada por los cambios de hábitos. Durante el periodo estival, las vacaciones en el trabajo, los horarios de las comidas y las sanas costumbres del día a día habitualmente se abandonan parcial o totalmente, y esto puede tener una serie de consecuencias para nuestra salud.
El sol, el calor y la playa nos puede llevar a recurrir a bebidas y alimentos poco adecuados, como los refrescos o los helados, sobre todo cuando se abusa de ellos. A continuación, te vamos a dar una serie de tips para que cuides tu alimentación durante el periodo estival.
La importancia de la hidratación
En muchas ocasiones habrás escuchado hablar de la necesidad de mantener una buena hidratación del cuerpo, algo fundamental en las dietas de adelgazamiento para poder lograr de una mayor más eficiente cualquier dieta para perder peso. En verano, aún cobra una mayor importancia, ya que el calor y la humedad pueden favorecer la deshidratación.
Mantener un nivel apropiado de hidratación es muy importante, siendo necesario ingerir entre 1,5 a 2 litros de líquidos al día. No necesariamente debe ser agua, pero sí líquidos saludables como zumos, limonada, infusiones o refrescos no azucarados.
Distribuye las comidas
Uno de los grandes problemas relacionados con la alimentación en verano tiene que ver con los horarios de las comidas. Es habitual que se dejen de lado hábitos recomendados como el de realizar cinco comidas ligeras al día, ya que las actividades que se realizan pueden llevar a un gran desajuste de horarios.
Si pasas muchas horas sin comer puedes llegar a padecer de cierta ansiedad o hambre que te lleve a consumir productos poco o nada saludables o a comer en exceso en las principales comidas.
Frutas y verduras
Las frutas y verduras de esta época del año se caracterizan por ser bajas en calorías y muy ricas en agua, por lo que su ingesta puede contribuir a mantener un buen estado de hidratación. Además, si estás realizando alguna dieta de adelgazamiento para adelgazar, te ayudarán a mantener bajo control tu alimentación.
Es imprescindible que las incluyas en tu dieta, ya que además contienen muchas vitaminas, minerales y fibra, y su digestión es muy ligera. Siempre que sea posible debes consumirlas en crudo para conservar todos sus nutrientes.
Aléjate de las comidas copiosas
Durante el periodo estival es necesario que evites la ingesta de platos que sea muy copiosos y también de consumir grandes cantidades de alimentos, un consejo que debes aplicar, aunque los alimentos sean saludables.
En este sentido es recomendable moderar la ingesta de carne roja y sustituirla por pescado, consumiendo unas 5-6 raciones semanales, siendo al menos tres de ellas de pescado azul. También es importante que minimices el consumo de grasa, y que la que introduzcas en tu cuerpo provenga principalmente a través del aceite de oliva.
Dieta Mediterránea
A la hora de preparar tu alimentación veraniega es aconsejable seguir las pautas habituales de la dieta Mediterránea, la cual ayuda a mantener el organismo sano y actúa de forma positiva en la prevención del desarrollo de diferentes enfermedades como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer. Además, también es útil para todos aquellos que buscan perder peso.
Es muy importante mantener esta dieta durante todo el año, no solo en verano. Para ello debes utilizar el aceite de oliva como grasa principal y consumir a diario pan, frutas, verduras, legumbres y cereales, moderando la ingesta de carnes rojas, y evitando los alimentos procesados.
Formas de cocinar
Para disfrutar de una alimentación saludable, además de elegir unos alimentos apropiados, debes prestar mucha atención a la forma de cocinarlos. Es recomendable apostar por elaboraciones a la plancha, al horno, al vapor, a la parrilla…, de forma que facilites la digestión. De esta manera tu alimentación y organismo sentirá mayor bienestar.
Modera el consumo de carne
Al igual que ocurre en cualquiera de las dietas de adelgazamiento que puedas haber seguido alguna vez a lo largo de tu vida, es recomendable que durante los meses más calurosos del año moderes la ingesta de carne.
Se aconseja que limites los platos de carne, en especial los de carne roja, tomando más raciones de pescado que de carne, ya que estos tienen más agua, contribuyendo así a la hidratación del organismo, y además su digestión es más rápida. Además, los ácidos grasos esenciales del pescado azul favorecen a la hora de nutrir la piel.
Cuidado con los postres
Los postres son un tema delicado en la alimentación en verano y un gran enemigo para las dietas de adelgazamiento, lo que se debe principalmente por la mala elección y el consumo excesivo de estos.
Para combatir el calor es posible que te apetezca comer un helado. Puedes hacerlo, pero de forma ocasional y siempre y cuando valores su composición nutricional para apostar por la opción más saludable posible.
En cualquier caso, siempre será preferible, sobre todo si quieres perder peso y no incrementarlo, que sustituyas los helados por fruta o postres lácteos como un yogur o un helado de yogur sin nata. También puedes tomar un sorbete o helado de hielo.
No obstante, debes saber que los helados no son unos alimentos importantes dentro de una dieta equilibrada, por lo que siempre que puedas prescindir de ellos será lo más aconsejable, salvo que se trate de frutas, ya que el resto habitualmente cuentan con ingredientes poco beneficiosos para la salud.