El calor de "pleno verano" se ha instalado en España. Y, en esta época del año, a todos nos ha pasado que hemos tenido que aparcar nuestro vehículo en plena calle y bajo el sol en las horas más calurosas del día porque no hemos encontrado un sitio con sombra en el que estacionar. Y esto en los días más calurosos del verano puede traducirse en que nuestro coche llegue a alcanzar hasta los 70 grados centígrados en su interior. ¿Las consecuencias? El volante, los asientos y las hebillas de los cinturones queman y el ambiente dentro del vehículo es tan caluroso que cuesta incluso hasta respirar. Una situación nada fácil de sobrellevar sobre todo los primeros minutos de conducción.
Esta situación puede llegar a repetirse numerosas veces, sobre todo en los meses de julio y agosto, que es cuando los días tienden a ser más calurosos y la realidad es que no siempre tendremos la suerte de encontrar un aparcamiento con sombra en el que poder aparcar. Así que la mejor solución es que sepamos adaptar nuestro vehículo a estas condiciones para que no acabe convirtiéndose en un verdadero infierno cada verano. Precisamente por esto y porque la vida de tu coche lo agradecerá, aquí te recopilamos algunos consejos que te serán de gran utilidad para proteger tu coche del sol durante los próximos meses de calor.
1. Aparcar en la sombra
Puede parecer bastante obvio pero esta opción es la mejor manera posible de evitar que el coche sufra todos los inconvenientes del calor. Lo más recomendable es que además de intentar aparcarlo en lugares con sombra, no nos olvidemos de algo tan lógico como que el sol se irá moviendo a lo largo del día. Así que en el caso de que tengas pensado dejarlo aparcado en el mismo lugar durante varias horas, es importante que calcules como se irá moviendo el sol para que quede lo menos expuesto posible sobre todo en las horas centrales y más calurosas del día.
Pero si el vehículo va a estar durante varios días aparcado en el mismo lugar y no tienes posibilidad de dejarlo en un garaje o en un parking y te preocupa que esto pueda perjudicar a la carrocería del coche, la mejor solución es que te hagas con una funda que cubra todo el vehículo.
2. Lavar el coche
Esto es algo aconsejable en cualquier época del año, sobre todo si nos preocupa que nuestro coche se vea limpio y queremos conservar el buen estado de la pintura, pero en verano lavar el coche se convierte en una tarea aún más imprescindible. ¿La razón? De esta manera ayudaremos a que la carrocería del vehículo refresque pero eso sí, te recomendamos que evites las horas centrales del día para lavarlo porque si hace mucho calor será más fácil que el agua se evapore, pudiendo no llegar a quedar bien aclarado.
Otra buena manera de evitar que la pintura se dañe es procurando quitar todos los mosquitos que queden después de hacer algún viaje y teniendo especial precaución en lugares de costa, ya que la salitre o la arena pueden llegar a dañar la carrocería, si no se retiran a tiempo con un buen lavado.
3. Protección en el interior
El clásico parasol delantero es y será siempre el mejor aliado para esos días de temperaturas más altas y es que su función en este caso es clave ya que la mayoría de rayos de sol llegan al interior del vehículo a través del parabrisas. Así que además de ayudar a reducir los grados de temperatura en el interior, también ayudará a que el volante no esté ardiendo cuando lleguemos al coche. Aunque para evitar ese calentamiento excesivo del volante, también podemos recurrir a los clásicos protectores de volante. Un elemento recomendado sobre todo para esas zonas en las que las temperaturas tienden a ser más elevadas.
Las lunas tintadas también serán otro elemento muy útil para ayudar a que el coche no sea un auténtico infierno cuando entremos en él. Y es que, además de ser un elemento estético para el vehículo, también ayudarán a reducir los rayos ultravioletas, transmitiendo de esta manera menos calor al interior del coche.
4. Baja las ventanillas
Cuando entres en el coche antes de poner el aire acondicionado deja unos minutos las ventanillas bajadas. De esta forma conseguirás igualar la temperatura entre el exterior y el interior, evitando así sobrecargas por el uso del aire acondicionado y a la vez alargarás su vida útil.
5. Protege la mecánica
Sobre todo si tienes pensado hacer algún viaje para irte de vacaciones, lo mejor será que realices una revisión completa del coche y que no te olvides de comprobar entre otras cosas: los niveles de líquidos, los filtros, el estado de las escobillas de los limpiaparabrisas, el estado de la batería, las luces, tampoco te olvides de los triángulos y los chalecos reflectantes.
Pero sobre todo recuerda que los neumáticos y los frenos son unos de los elementos más importantes del coche y que estos deben estar en perfecto estado todo el año y más aún en verano ya que su desgaste será mayor debido a las altas temperaturas. Por otro lado, el calentamiento de las pastillas de freno pueden llegar a provocar deformaciones en el disco o problemas con el líquido de frenos. La mejor forma de evitar esto es que te anticipes a las frenadas reduciendo marchas y haciendo una conducción suave.