No es raro que, al oir el término peluca, lo asociemos a un cambio de look o estético. Pero son muchas las mujeres que padecen problemas de alopecia, han pasado o están pasando por un tratamiento oncológico.
Escoger una peluca oncológica es una buena opción si lo que buscas es que la pieza sea tratada de forma exclusiva, con materiales pensados para personas que han comenzado un tratamiento de quimioterapia o sufren problemas severos de pérdida de cabello.
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Bea Guerrero, CEO de la peluquería Ángela Navarro, nos da las claves para entender por qué una persona con tratamiento oncológico debe escoger sí o sí una peluca acorde a sus necesidades.
La diferencia más clara está en el tipo de tenido interior de la pieza: "Que no lleve costuras pero sí silicona para evitar pegamentos y así dejar que el cuero cabelludo esté lo mejor posible".
En el caso de las pacientes, es necesaria una peluca específica para evitar alergías o molestias, y además, "si tiene monofilamentos también le dará más naturalidad", apunta la experta.
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Pero no solo las personas con alopecia severa o tratamientos oncológicos pueden usar pelucas: las puede usar cualquiera pese a ser "especialmente recomendadas en los casos de pacientes", recalca la CEO de Ángela Navarro.
Si optas por pelucas normales, tienes que saber que las construcciones clásicas de estas, no tienen el efecto raíz, por lo que no son tan realistas ni se pueden peinar hacia adelante.
Nada tiene que ver los centros de peluquería que ofrecen pelucas para cambiar el aspecto físico frente a uno que ofrece pelucas oncológicas,ya que estas últimas están fabricadas sobre bases muy finas y tejidos tipo tul, donde en cada agujero se implanta a mano un cabello.
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Es un trabajo totalmente manual y cuidadoso cuyo objetivo es lograr un resultado natural y, sobre todo, cuidar la piel del cuero cabelludo, que se vuelve más sensible por los tratamientos que está recibiendo.
Sin embargo, las personas que utilizan pelucas para determinados momentos de su vida, ya sea por diversión o para un momento especial, suelen optar por pelucas fabricadas a máquina.
Estas pelucas no tienen porqué ser malas: simplemente hay que tener en cuenta las necesidades de cada una para optar por una u otra. Las pelucas sintéticas son elásticas, ocultan y recogen el pelo propio con total comodidad.
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Por ello, la principal diferencia entre una peluca oncológica y una peluca normal es cómo ha sido fabricada. Unas, de forma artesanal, con cabello natural y colocando pelo por pelo, mientras que las otras pueden ser de cabello natural o sintético, y están elaboradas a máquina. Pero este factor también incide en cómo lucen.
El trabajo manual y artesano de la peluca oncológica consigue un efecto natural de transparencia sobre la piel del cuero cabelludo y son mas costosas que las pelucas confeccionadas a máquina. Al mismo tiempo, éstas últimas están elaboradas con tiras de pelo unidas entre sí, en cuya base llevan un tratamiento para que no se abra y se pueda ver la raíz. De forma que, optar por ellas para el ocio no es mala opción.
Son más fáciles de lavar y cuidar y, por supuesto, son menos delicadas que las que son confeccionadas a mano. El precio cambia, pero esto es algo lógico. Esto depende de las necesidades de cada persona.
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Generalmente, las personas que se encuentran en tratamiento oncológico o con alopecia total se deciden por pelucas que lleven, como mínimo, toda la zona superior hecha a mano.
En cambio, las personas con cabello fino y que hacen uso de pelucas para determinados momentos, como viajes, cenas o falta de tiempo para ir a la peluquería optan por las hechas a máquina.
En definitiva, si lo que buscas es algo barato y no tienes problemas ni alergías capilares ni dermatológicos, te recomendamos ésta última. Si, en cambio, estás pasando por tratamiento, los expertos insisten en el uso de las oncológicas. Cuidarnos, en definitiva, tiene un precio.