Coincidiendo con el lanzamiento de su propia marca de zapatos, Cristiano Ronaldo se sofistica. Sí, ha leído bien. La campaña de lanzamiento de su colección de zapatos CR7Footwear ha sido medida al milímetro. Pasos de baile que recuerdan a un bailarín profesional, escenario minimalista y estética renovada para el dueño del balón.
Después de no ganar la liga y el descubrimiento de su supuesto affaire con la chilena Daniella Chávez mientras estaba con Irina llevan al camino de la obligada renovación. Los pasos son aún pequeños pero las pruebas se suceden evidentes: Nada más recibir el premio al máximo goleador en la historia del Real Madrid, Cristiano Ronaldo se dirige a la grada. No hace referencia a sus goles, amistades o trayectoria en el equipo. Su máximo interés radica en reprochar a su hijo la utilización de los calcetines blancos para asistir a la gala.
Cejas más gruesas, traje entallado pero no hasta la extenuación y corbata contenida. Fuera anillos. Ya nadie se acuerda de los grandes pendientes de brillantes. El grano no hace la montaña pero confirma que la alocada imagen de Cristiano ha llegado a su fin. La cuadratura del círculo se cierra en torno a las nuevas imágenes de la campaña de zapatos. Asiste en helicóptero a un evento en Mónaco embutido en un traje de raya diplomática de doble botonadura con pañuelo de seda y sus sempiternos zapatos marrones. Presenta su colonia con total look negro sin un ápice de excentricidad más que su infalible gomina. Un aura más elegante rodea al astro. Las nuevas aperturas de sus tiendas en el Palladium Mall en Teherán, Seúl y Moscú dejan claro que la conquista de nuevos mercados es inminente. Fuera del campo tampoco se le resiste nada.
La Agencia de Comunicación Portugal Footwear creada ex profeso para elevar a Cristino a empresario del año detalla los pasos a seguir. En un bungalow lunar que podría estar ubicado en el centro de Tokio trabajan sobre su imagen. Desde Guimaraes intentan captar al fan de Cristiano que busca zapatos correctos para ir a la oficina.
Por supuesto, CR7 ilustra la imagen promocional embutido en unas sneakers de skate blancas más propias de la estética basket que del fútbol. El as del balón puede permitírselo pero, su último sueño estuvo al borde del abismo. Su contrato con Nike blindado en diez millones de euros al año peligraba. Pese a las lógicas primeras desavenencias, la empresa de Portland ha mantenido el caché. La utilización de sus famosas iniciales CR7 coincidían en ambas marcas.
Y es que los outfits de Cristiano Ronaldo han sido copiados hasta la saciedad. Solo falta asomarse a cualquier gimnasio de un área de extrarradio para darse cuenta de que la mezcla de pelo engominado, músculos, pendientes de brillantes y ropa ajustada han calado entre los teenagers. Precisamente por este motivo las marcas buscan una vuelta de tuerca: por la imposibilidad de sacar a la venta zapatillas de fútbol y otros productos que ya copan las estanterías de las cuartos de los más jóvenes y, por consiguiente, también de los grandes almacenes. Hay que seguir vendiendo y los giros inesperados son los mejores golpes de efecto. Llega el nuevo smart. Y tiene a Cristiano como protagonista.