La tonadillera Isabel Pantoja salía esta mañana de la prisión de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) para disfrutar de su tercer permiso penitenciario, en esta ocasión de seis días. Como ocurrió en sus anteriores salidas, ha sido su hermano Agustín Pantoja el que la ha ido a buscar en su coche. Isabel con semblante serio y sin quitarse las gafas de sol, vestía pantalón blanco y un blusón de rayas horizontales color blanco y rosa. Hoy no estaba para bromas, ni siquiera el saludo del grupo de fans que aguardaban a la entrada le han animado.
No es para menos, la revista Lecturas en su edición de este miércoles mostraba en exclusiva a la madre biológica de Chabelita. En una extensa entrevista realizada por Karmele Izaguirre en Arequipa (Perú), Roxana desvela los motivos por los que tuvo que dar en adopción a su hija. “Cuando me quedé embarazada de Isa yo tenía 23 años y ya tenía una niña de tres años. Me iba con ella a limpiar a una casa a cambio de que nos dieran de comer”.
Confiesa que nunca pensó en abortar y que le costó mucho darla en adopción. Una situación que recuerda como si fuera ayer. Roxana aprovechó la entrevista para transmitir sus deseos a su hija a través de una emotiva carta: “sólo quiero verla y abrazarla aunque sólo sea un minuto. Después ya me puedo morir”.
Por mucho que Pantoja esté encerrada, no es ajena a la realidad exterior. En las celdas hay televisión y se recibe la prensa. Pero no sólo la pequeña Chabelita da que hablar, también su hijo Kiko, inmerso en su carrera como DJ, se hizo hace una semana un Deluxe para según él aclarar la situación de su familia, que vive sus peores momentos desde el encarcelamiento de la matriarca del clan Pantoja.
Ahora tendrá que explicarle a su madre porque supuestamente le fue infiel a Irene, su chica y próxima madre de su hija. A la realidad familiar, hay que unir la legal, ya que de nuevo se le ha denegado el tercer grado penitenciario y además no consigue vender ninguna de las propiedades en venta, ni puede dar conciertos para conseguir ingresos. El próximo 21 de noviembre se cumplirá un año desde que la cantante entrara en prisión, aún debe 600 mil euros de la multa impuesta por el juez, sigue con la medicación y una dieta estricta para controlar la nefropatia diabética que padece. Fuentes penitenciarias aseguran que no sale apenas de la celda y que los problemas y la enfermedad le han debilitado el carácter. Esta semana en Cantora hay poco que celebrar.