Llegaron juntos, a la hora señalada, sonrientes, muy cómodos y relajados. Por momentos, se movieron pegados el uno al otro, tomados de la mano. Ella cogió su brazo a la hora de las fotos, y sonrió tras un comentario de él a su oído, y, luego, se dedicaron a saludar los invitados que se acercaron al Club Metropolitan, uno de los lugares más exclusivos de Manhattan.
Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, la pareja del año, se mostraron por primera vez en público en Nueva York, una ciudad en la que reconocieron sentirse a gusto. “Tenemos un poquito más de libertad”, afirmó Isabel Preysler, a un grupo de periodistas. “A lo mejor nos venimos a vivir a Nueva York”, bromeó Vargas Llosa. Ambos sonrieron.
Vargas Llosa fue galardonado anoche por la Hispanic Society of America en su tradicional gala anual, que todos los años se realiza en el Club Metropolitan. El escritor peruano fue reconocido junto al Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, y el Presidente y CEO del banco BBVA, Francisco González.
Instalado en Nueva York, donde suele pasar el otoño boreal para enseñar en la Universidad Princeton, Vargas Llosa dijo que la experiencia de vivir en la Gran Manzana “siempre es buena”. Isabel Preysler no se instalará en la ciudad, pero dijo que espera venir de visita. “Pero no digas cuándo, por favor, no digas cuándo”, le dijo en broma el escritor peruano ante los periodistas.
Su relación ha generado una enorme atención en la prensa, y ellos no dudaron en reconocer que aquí están más tranquilos. “Hombre, sí. Un poquito más tranquila, desde luego. No sabemos desde hoy, que ya sabrán que estamos aquí”, apuntó Preysler. “Este es un walking city, donde estás andando en la calle continuamente, entonces es importante no tener a los paparazzis encima”, agregó.
Pero, acostumbrada a las celebridades, Nueva York suele ofrecer un manto de anonimato. “Es una ciudad demasiado grande, demasiadas cosas, y uno está más protegido”, admitió el escritor.Vargas Llosa lleva ya dos semanas dando clases en Princeton, una tarea que le demanda trabajo y que encuentra bastante exigente.
“Siempre es muy agradable”, dijo anoche ante la prensa. “Son grupos pequeños porque las clases tienen un límite, son 22 personas y no más de tres oyentes libres. Los estudiantes son tan buenos que lo hacen trabajar mucho a uno. La verdad, uno tiene que hacer un enorme esfuerzo para no quedarse atrás.”
Poco pudo anticipar el escritor sobre su discurso –la prensa no tuvo acceso a la cena de la gala, sólo al cocktail de bienvenida– pues la organización le dejó sólo dos minutos a los galardonados. “Mi discurso no es un discurso, me han dicho que dos minutos y no más, o sea que es una frase o dos frases. Alcanzaré a agradecer el premio y creo que ya no me queda más tiempo que para eso”, comentó el escritor.
La Hispanic Society fue fundada en 1904 por el filántropo Archer Milton Huntington, quien tuvo un vínculo cercano con la Casa de Alba. A ese vínculo le dedicó sus dos minutos el Duque de Alba.“Hice veinte minutos, lo he reducido a diez, y me acaban de decir abajo que ni un minuto más, que tienen que ser dos”, comentó. “Voy a hablar de la relación del fundador de la Hispanic Society con mi abuelo, Voy a contar muy poco, qué es lo único que me dejan”, comentó.
Francisco Gónzalez no hizo comentarios con la prensa, y transitó a paso veloz tras las fotografías de rigor hacia la sala donde se realizó el cocktail. La atención, de todos modos, ya se la habían llevado Vargas Llosa y Preysler, en la noche en la cual estrenaron su romance en Nueva York.