Es sin dudarlo el capítulo tres de La corte de Felipe VI (La Esfera de los Libros), el que más polémica va a traer. “La casa de Ginebra de Jaime del Burgo habría sido asaltada y registrada. A posteriori alguien no identificado hizo llegar a la redacción de uno de los cuatro grandes diarios nacionales unos mensajes y unos pantallazos que contienen conversaciones de la entonces princesa de Asturias, doña Letizia. Presuntas bombas con el contador en marcha que, sin embargo, nunca han sido publicadas y que, de momento, se guardan en un cajón sin que ese diario parezca interesado en publicarlas”, relatan los periodistas Daniel Forcada y Alberto Lardiés, redactor de EL ESPAÑOL, a lo largo del capítulo.
Esta historia, de la que faltan muchos cabos, la corroboran hasta seis fuentes distintas a los autores, cuatro ligadas al diario que recibió los documentos y un ex trabajador de Zarzuela. Del Burgo, no ha respondido a las insistentes preguntas que los autores le han hecho llegar durante la elaboración del libro. El entorno del abogado y no sabemos si todavía cuñado de la Reina, quita importancia a los mensajes y asegura que son exageraciones de la prensa rosa y rumores malintencionados.
Sobre si hubo una relación previa entre Jaime del Burgo y la hoy reina Letizia, Lardiés es escéptico: “No sé si Jaime del Burgo se enamoró de doña Letizia porque no estoy dentro de su cabeza, pero sí puedo decir que tienen o tuvieron una relación particular. A nadie se le escapa que en los actos de proclamación, los grandes ausentes fueron Jaime Arturo del Burgo y Telma Ortiz, la hermana de la Reina. ¿Por qué los que antes eran tan amigos, ahora ya no lo son y de repente no se les ve en ningún acto? Y por qué de repente la Reina hace una visita a Pamplona y está la madre de Jaime, vamos la suegra de su hermana y le hace un feo y apenas la saluda cuando pasa por su lado. Son los grandes olvidados de la corte cuando antes mantenían una estrechísima amistad. Es sin duda uno de los grandes secretos”.
Muchas incógnitas que tras un año de investigación y más de 40 entrevistas a personas muy cercanas a la Casa Real, los autores no han podido esclarecer: “El libro es de la Corte pero no cortesano. Si algo hemos aprendido haciendo este libro, es que a día de hoy no es fácil todavía escribir sobre la Casa del Rey. Jordi Gutiérrez, Jefe de Prensa de la Casa, es un hombre frontón, que, como las pelotas, hace que las informaciones reboten. Va en el sueldo y en el cargo, el dircom de Casa del Rey está para negarlo todo. Nos lo han dicho anteriores cargos, reconociendo que han mentido a sabiendas o no han confirmado una información, aún sabiendo que era cierta. Por la famosa razón de Estado o porque le convenía a la monarquía. Nosotros defendemos una prensa libre. Ya no vale lo de “de esto no se informa” o “no podemos decir nada”. Se ha avanzado, pero queda aún mucho”, reclama Lardiés coautor del libro y en la actualidad redactor de EL ESPAÑOL.
No creen que exista una corte a la antigua usanza, como las que existían en siglos anteriores, pero sí creen que existe un círculo cercano a ambos monarcas que han querido analizar con profundidad a lo largo de este documentadísimo trabajo literario. La pareja real tiene características similares a la de cualquier pareja de hoy en día. Hay amigos que son comunes y luego cada cónyuge tiene su propio grupo.
Los ‘oligarquistas’
Así definía David Rocasolano, en su libro Adiós, princesa, a los amigos de Felipe VI. “Hay diferentes círculos: el de la vela que incluye a las personas con las que ha navegado, el círculo de Álvaro Fuster y Ricky y de otras personas con los que estudio en Los Rosales y Javier López Madrid, que aunque no estudió allí, llegó después a la pandilla. Son un grupo de gente adinerada, elitista, muy diferente al común de los mortales que no pueden separase de la vida de Felipe VI. El problema es que Letizia encaje en ese grupo”.
Pregunta.- ¿No fue bien recibida al principio, no?
Respuesta.- “No. Algunos la llamaban la chacha al principio, pero no todos. Por ejemplo, Javier López Madrid se ha llevado muy bien con ella y su esposa, Silvia Villar Mir, es muy amiga de Letizia. Hacen yoga juntas. Pero el resto no la ha recibido muy bien porque consideraban que no era de su mundo. Si lo ves sin prejuicios, en cierta medida es normal, y pasaría en cualquier otro ámbito. Con el paso de los años algunas relaciones han mejorado, algunas de las esposas de algunos de estos chicos, o algunos familiares de Felipe VI que marginaban a Letizia al principio pensando que era una novia más, hoy no pisan palacio porque ella se ha encargado de que no lo pisen”, desvela Alberto.
P.- ¿Qué crees que le ha perjudicado más su pasado o el hecho de ser periodista?
R.- Buena pregunta, creo que le han perjudicado mucho ambas cosas. Por un lado, sus orígenes no aristocráticos y por otro pertenecer a este divino oficio, donde hay muchas mentes deslenguadas que van esparciendo rumores. Pero estoy seguro que si muchos de esos monárquicos que no la consideraban candidata idónea hoy hacen balance, verán que es positivo. En el libro señalamos algunas sombras de Letizia pero son muchas más las luces. Somos de los que creemos que le da modernidad a la monarquía del Siglo XXI. Su fama real de indiscreta en algunos actos oficiales, sus enfados con la prensa, su odio a pasar los veranos en Mallorca, con lo que la isla significa para la monarquía. Eso está ahí, pero insisto que son más los aciertos que los errores y si se compara la actuación de Letizia de estos últimos años con la de la Infanta Elena, la Infanta Cristina o incluso la de Don Juan Carlos, ella saca notable.
En La corte de Felipe VI se repasa el pasado del monarca para entender su presente. Tiene por tanto el protagonismo que se merece en la historia vital del Rey, la modelo noruega Eva Sanum, que estuvo a punto de convertirse en su esposa. Lardiés es conocedor de que aún hoy la leyenda de que siguen viéndose sobrevuela por los mentideros de la Villa y corte. “A mí también me han dicho en varias ocasiones que los han visto cenando en algún restaurante de Madrid. Yo creo que son leyendas urbanas. No está en la actualidad presente, pero no se puede olvidar que de no ser por el atentado del 11S, la Casa Real hubiera anunciado el compromiso entre Eva Sannum y el entonces Príncipe Felipe. Se pospuso y a partir de entonces tuvo mucho que ver el papel que tuvieron periodistas como Pepe Oneto, o políticos como Peces Barba y el propio Aznar. Una cuestión de Estado, donde muchas personas fueron consultadas por Casa Real y la mayoría recomendó que la noruega no podía ser la esposa. Felipe se vio obligado a renunciar, pero no fue una versión tan edulcorada como la que se ha contado al respecto, o al menos así hemos podido averiguar tras meses de investigación y entrevistas”.
Futuro prometedor
Aunque se hace mención a la crisis de pareja que mantuvo en vilo a la institución en 2013, aplauden al matrimonio. “Contra lo que suele decir la mayoría, que el matrimonio continúe y lo haga bien, dice mucho de ellos dos, porque no lo han tenido fácil y desde luego que una persona que es periodista, con lo que cuesta dejar este oficio... la vocación que tiene todo periodista y dejar eso para pasar a ser la consorte de otra persona, a nosotros nos parece que tiene más valor. Y algunos ven en ella siempre el germen de la traición, que un día acabará divorciándose y escribiendo un libro sobre las miserias de la monarquía, pero yo lo que veo es una mujer que se enamoró de una persona que iba a ser Rey y a un Príncipe que se enamoró de una periodista”.
Este 12 de octubre, la Corte tiene un papel importante y eso lo saben bien Forcada y Lardiés, autores de este imprescindible manual. A ellos no les ha cambiado la visión de la institución tras una ardua investigación: “demasiados mitos y leyendas en torno a ella tanto para bien como para mal. Creo que todo es más sencillo y no es como lo cuentan. Hace falta más transparencia, la institución es útil si funciona pero hay que conseguir que lo haga”.