No. No era una noche cualquiera. La hija pequeña de nuestra socialité más internacional se la jugaba: inauguración de Pull & Bear con celebrities internacionales de la talla de Alice Dellal (la musa más punk de Chanel y hermana e hija de famosos de peso) mientras American Vintage se llevaba a la riada de actores apetecibles que puebla Madrid. Lo peor viene ahora: las dos tiendas se encontraban a menos de veinte metros de la flagship store de Caramelo que presentaba Ana Boyer.
Para colmo la mayor de sus hermanastras (osea Chabeli) apadrinaba acto de Swarovski en Barcelona, ¿no podía haber elegido otro día?. En la segunda planta de la tienda Caramelo no cabía un alfiler, de la cantidad de gráficos y reporteros que querían ver, tocar y hablar con Anita. "Echo muchísimas cosas de menos de mi padre. Lo cariñoso que era conmigo, lo que me cuidaba y que aprendía algo de él todos los días", declara tras haberse cumplido ya el primer aniversario de la muerte de su padre.
Entre el sofocante calor y las sempiternas preguntas se intuía un cierre en banda de la protagonista pero, la no niña de mamá demuestra que la profesionalidad la lleva en la sangre. "¿Una de las razones por la que te fuiste a vivir con él (Verdasco) es porque tú no estabas de acuerdo con el romance de tu madre con Vargas Llosa?", pregunta la reportera. "No, yo me iba a ir a vivir con Fernando, estaba en mis planes y eso iba a pasar en algún momento. Decidimos dar el paso ahora".
Ana Boyer tiene las cosas claras: "Primero boda y luego hijos. Somos tradicionales", responde contundente. Ella ejerce de cocinera y él limpia. Aún así declara que lo peor de la convivencia con el tenista es que es un poco desordenado. Algo malo en el paraíso... El que suscribe lo duda. "Aunque es mucho más ordenado que Tamara", declara a carcajada limpia . Afirma que Tamara no se arranca a quedarse embarazada pero, "yo estoy deseando que cualquiera de mis hermanos tengan hijos, pero yo de momento no". Aunque reconoce que tiene más relación con sus hermanos por parte de madre.