Todo comenzó en Gran Hermano Vip. Tanto el desfalco con el que le ha obsequiado a la Esteban su representante Toño Sanchís como el derroche monetario que ha protagonizado la princesa del pueblo esta semana para poder cumplir la promesa que le hizo delante de toda España a su hija por haber aprobado el curso.
“Mamá he aprobado todo”. “Hija, te voy a llevar a ver a Justin Bieber a donde tú quieras”. Dicho y hecho. Esta semana, la niña tiene su entrada VIP para el próximo concierto del canadiense por la módica cantidad de 1.895 euros. Casi nada si tenemos en cuenta que su madre ha recuperado una ínfima parte (340.000 euros) del dineral que le debe su representante y que además la entrada le da derecho a una entrevista privada con el cantante.
Pero Andreíta, o mejor dicho su madre, no es ni la primera ni la última fan que sufre una “ida de pinza” por su ídolo. Los seguidores del universo Bieber han hecho de todo. Desde lo típico como hacer colas infinitas en conciertos o esconderse en contenedores de basura hasta operarse la cara para ser igual que el cantante.
Toby Sheldon se gastó 90 mil euros en cirugía estética para ser igual que Justin, lo malo es que la alegría le duró poco, pues este verano apareció su cuerpo sin vida en un motel de San Francisco. Otra fan del cantante, aprovechó su encuentro meet and greet para hacerse con una botella de agua de la que había bebido su ídolo y luego venderla en Internet por unos 547 euros. (Andreíta, toma nota).
Tener un autógrafo o foto dedicada es algo que ha quedado ya desfasado. Los fans van más allá, quieren algo que contenga la esencia de su cantante o artista favorito. En la mansión londinense de Madonna, un joven se coló con la única intención de conseguir un refresco de la nevera de la reina del pop.
Y si la cosa va de gastar de gastar dinero por un ídolo, Carl McCoid, ciudadano británico, se gastó más de 700 euros en decorarse el cuerpo en honor a Miley Cyrus. En sus brazos imágenes de la que fuera Hanna Montana acompañadas de los títulos de sus discos y en su pecho el nombre de la cantante.
Cuando un disco no tiene mucho éxito de ventas, ahí están los fans dispuestos a hacer lo que sea. Como un fan de Cristina Aguilera que decidió rescatar el disco “Bionic” del fango en el que se encontraba y para ello compró más de 250 copias del trabajo.
Y la mayor ida de pinza: tras la muerte de Michael Jackson en 2009 doce de sus seguidores se quitaron la vida por no concebir su existencia sin la presencia y la música del rey del pop. En el universo fan los límites no existen.